Con este truco no se te volverá a pegar la cáscara de los huevos duros al pelarlos

Los huevos duros son uno de los alimentos más beneficiosos y, al mismo tiempo, versátiles en la cocina. Podemos utilizarlos para elaborar multitud de recetas, como ensaladas y pastas. Sin embargo, pelarlos sin dejarnos las uñas no es nada sencillo, así que a continuación desvelamos el mejor truco para que no se pegue la cáscara de los huevos duros al pelarlos. ¡Toma nota!

Los expertos señalan que la dificultad para pelar los huevos frescos radica en la

La usuaria de Instagram @lacaprichosa._ nos muestra en un vídeo lo fácil que es poner en práctica este truco y los buenos resultados que da. Una vez cocidos los huevos, solo tienes que meterlos en un tupper, llenarlo con agua fría, mover con energía, ¡y listo! De esta forma tan sencilla, la cáscara se desprenderá sola.

En los comentarios, los usuarios también aportan otros trucos: «Hay otro truco y sale toda la cáscara, escurres el agua de la cacerola y echas agua fría debajo del grifo con un cuchara rompes la cáscara del huevo mientras vas rompiendo uno a uno. El agua fría entra por dentro de la cáscara y separa el huevo de la misma. Me lo enseñó mi abuela! Tradición japonesa!»; «También sirve poner el huevo en un envase de vidrio o vaso, con un poquito de agua que cubra el huevo, se tapa y se bate vigorosamente y sale toda la cáscara de inmediato!».

fuerte unión entre la membrana que rodea la clara y la propia clara. Con el tiempo, los huevos pierden agua y dióxido de carbono a través de los poros de la cáscara, lo que eleva el pH y debilita la unión, haciendo que sea más fácil pelarlos.

El mejor truco para pelar los huevos duros

 

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Otros métodos caseros

Existen varias técnicas para pelar huevos duros sin que se rompan, y aquí tienes algunas opciones:

• Este método es adecuado si vas a comer el huevo tú mismo, ya que no es la opción más higiénica. Después de cocinarlo, retira un pequeño trozo de cáscara en cada extremo y sopla con fuerza. El huevo saldrá fácilmente.
• Una alternativa más higiénica y profesional implica agrietar el huevo con un pequeño golpe después de cocinarlo. Luego, colócalo en un bote de conserva con un poco de agua (sin cubrirlo completamente) y agita enérgicamente. Esto facilitará el pelado, y puedes hacerlo con uno o varios huevos a la vez.
• Un método que ha ganado popularidad es hacer un pequeño agujero en la cáscara antes de cocinar el huevo, utilizando una chincheta con precaución. Después de hervir el huevo lentamente, lo colocas en agua fría con hielo durante 15 minutos.
• Otra opción consiste en hacer pequeñas mordidas en los extremos del huevo, agrietarlo y luego introducir una cuchara entre la cáscara y la clara con cuidado. Al aplicar presión con la cuchara, la cáscara se desprenderá uniformemente.

Consejos de cocción

Para garantizar que la cáscara del huevo no se rompa al cocerlo, es esencial seguir algunos consejos. Primero, asegúrate de que el huevo esté a temperatura ambiente para evitar el contraste de temperatura al sumergirlo en agua hirviendo.

También puedes sumergirlo en agua fría y llevarlo lentamente a ebullición, aunque esto puede resultar en que la yema no quede en el centro. En caso de rotura, agregar sal al agua con unas gotas de vinagre o limón evita que el interior del huevo se derrame.

Para lograr que la yema quede en el centro del huevo, se recomienda poner los huevos en agua hirviendo, ya que esto provoca que el huevo gire y la yema se ubique en el centro.

En cuanto a los tiempos de cocción del huevo duro, si comienzas con agua fría, cuenta 10 minutos desde el inicio de la ebullición. Si introduces los huevos en agua hirviendo, puede contar hasta 12 minutos. Durante la ebullición, reduce un poco el fuego y mantenerlo a temperatura media y constante. Evitar la sobrecocción es crucial para evitar una coloración verdosa alrededor de la yema, causada por la liberación de sulfuro de hidrógeno.

¿Cómo conservarlos?

Conservar los huevos de manera adecuada es esencial para garantizar su frescura y seguridad alimentaria. El tiempo de consumo preferente es de aproximadamente 28 días después de la puesta. La elección entre conservarlos a temperatura ambiente o en el frigorífico afecta su durabilidad.

En el frigorífico, la temperatura ideal es entre 2 y 5 °C, y los huevos pueden durar hasta 15 días. Es recomendable colocarlos en los estantes interiores en lugar de la puerta, que experimenta más variaciones térmicas.

Asimismo, es muy importante no lavarlos para no dañar la barrera protectora de la cáscara. Recuerda sacarlos del frigorífico justo antes de usarlos y procura mantener una correcta higiene al manipularlos. Estos cuidados aseguran la frescura y seguridad de los huevos.