Mientras Madrid se despide de la feria de turismo más importante a nivel internacional, Bruselas abre las puertas de otra gran feria, en su caso centrada en el mundo del arte, BRAFA. Desde el 28 de enero al 4 de febrero la capital belga se convierte en un hervidero artístico en el que se encuentran tanto artistas como coleccionistas y amantes de las antigüedades, del arte moderno y contemporáneo. Nosotros ya hemos tenido ocasión de descubrir todo lo que se exhibe (y vende) y tenemos claro qué seis obras de arte nos llevaríamos a casa si pudiéramos.
Con 132 galerías de 14 países bajo la temática del surrealismo, la visita de BRAFA 2024 se convierte en un viaje en el tiempo, desde la Antigüedad hasta nuestros días. La 69ª edición de BRAFA se centra en el Art Nouveau y en el surrealismo de Paul Delvaux porque este año se rinde homenaje a de Paul Delvaux, en conmemoración del 30 aniversario de su fallecimiento.
‘La ville lunaire’, 1944. Paul Delvaux
Son varias las obras de arte que aún retenemos en nuestras retinas del artista de honor. Paul Delvaux fue uno de los principales representantes del surrealismo en Bélgica. En la década de 1930, Delvaux se adentró en esta corriente seducido por el savoir faire de René Magritte y la pintura metafísica de Giorgio de Chirico. Años después creó esta fascinante pintura de óleo sobre lienzo.
La ciudad lunar, título en español, es parte de una serie de pinturas que representan paisajes urbanos, nocturnos y desértico. Te invita, sin duda, a sumergirte en un universo onírico y fantástico, tanto o más como las de Vincent Leroy.
‘La Fin du Voyage’, 1968. Paul Delvaux
También un óleo sobre lienzo en el que el artista juega entre lo real y la imaginación. Delvaux confesó en una ocasión que para él, el surrealismo, supuso «una liberación». Fue, en todo caso, «comprender que podía hacer desaparecer cualquier limitación a la inventiva». Esta Venus tiene relación con la tradición iconográfica de la Venus de Botticelli.
‘Ninfa’, 1900. René Lalique
Dentro de las antigüedades, como grandes admiradores de las joyas que somos, destacamos este delicado broche de René Lalique, perteneciente a la edad dorada del Art Nouveau. Diseñado como una ninfa alada, es mitad mujer, mitad mariposa, está decorada con esmalte y realzado con diamantes talla mina antigua y talla rosa, en oro de 18 quilates.
‘Tête d’Homme’, 1928. Ossip Zadkine
Entre las obras de arte, el busto de 42 x 35 cm impacta mucho más en persona, todo sea dicho. De ojos penetrantes y gesto seductor. Con influencias románicas y cubistas, el escultor y pintor ruso en esta obra conjugó todas sus corrientes artísticas.
‘Bird IV’, 1958. Lynn Chadwick
Dos años después de que Chadwick recibiera el Premio Internacional de Escultura en la Bienal de Venecia, creó esta escultura, una figura alada semiabstracta. Bird IV ejemplifica la capacidad de Chadwick para generar armonía entre lo teatral y lo técnico mientras juega con el equilibrio, la forma y el movimiento.
Jarrón azul, Emile Gallé
El artista francés expresa a través de su obra múltiples referencias, en los que la naturaleza juega un papel dominante. Este jarrón de cerámica es la máxima representación del Art Nouveau.
