La extinción de especies: ¿es demasiado tarde para actuar?

Hay varias especies que están en peligro de extinción y esto puede afectar seriamente la biodiversidad en el planeta. La deforestación, el cambio climático y la caza furtiva son algunas de las principales causas de este fenómeno.

Aunque la situación es crítica, aún no es tarde para actuar. Con acciones adecuadas y a tiempo, es posible evitar que más animales se sumen a la lista de extintos. La conservación es una tarea urgente que compromete el destino de la vida salvaje, pero también el futuro de la humanidad.

Causas de la extinción de especies

• La urbanización, la agricultura intensiva y la deforestación han reducido drásticamente los hábitats naturales de muchas especies. La pérdida de estos espacios vitales no solo afecta a los animales y plantas que dependen de ellos, sino que también altera los equilibrios ecológicos.
• El calentamiento global está modificando los patrones climáticos, lo que afecta la distribución de muchas especies. Algunas no pueden adaptarse lo suficientemente rápido a estos cambios y, como resultado, enfrentan un alto riesgo de extinción.
• La polución del aire, el agua y el suelo impacta negativamente en la salud de los ecosistemas. Muchas especies son sensibles a los contaminantes, y su exposición puede llevar a la disminución de sus poblaciones.
• La caza, la pesca y la recolección excesiva de recursos naturales han llevado a la disminución de muchas especies. La sobreexplotación no solo afecta a las especies objetivo, sino que también altera las cadenas alimentarias y los ecosistemas.
• La introducción de especies no nativas en nuevos ecosistemas puede desplazar a las especies autóctonas, compitiendo por recursos y, en algunos casos, depredándolas.

Un panorama preocupante

La Universidad de las Naciones Unidas (UNU) ha destacado un fenómeno alarmante: las coextinciones. Estas hacen referencia a la reacción en cadena que ocurre cuando la extinción de una especie impacta negativamente a otras.

La UNU señala que varias actividades humanas están acelerando las extinciones a un ritmo alarmante. Entre esas actividades se cuentan el cambio en el uso del suelo, la sobreexplotación, la contaminación, el cambio climático y la introducción de especies invasoras,

En el último siglo, más de 400 especies de vertebrados han desaparecido. La pérdida de una sola especie no es un asunto trivial. Cada una juega un rol fundamental en el ecosistema. Las especies pueden compararse con ladrillos en un muro: al retirar ladrillos, la estabilidad del muro se compromete; lo mismo ocurre en los ecosistemas.

Especies en peligro

El siglo XX y principios del XXI han sido testigos de la desaparición de varias especies. Algunas de ellas son las siguientes:

• Tigre de Bali (Panthera tigris balica). El último fue visto en la década de 1940.
• Pájaro carpintero de Carolina (Campephilus principalis). Fue declarado extinto en la década de 1940.
• Rinoceronte negro del Oeste (Diceros bicornis longipes). Declarado extinto en 2011.
• Tigre de Java (Panthera tigris sondaica). Desapareció en la década de 1980.
• Quagga (Equus quagga quagga). Subespecie de cebra extinta en el siglo XIX.

Por desgracia, la crisis de extinción sigue avanzando a un ritmo alarmante. En 2024 se estima que más del 20% de las especies animales están en riesgo. Algunas de las más destacadas son las siguientes:

• Panda gigante. Hay menos de 2.000 ejemplares en libertad. Dependen de los bosques de bambú, que están gravemente amenazados por el cambio climático.
• Ajolote. Es conocido por su asombrosa capacidad de regenerar órganos. Está al borde de la extinción debido a la contaminación y la pérdida de su hábitat en los lagos de México.
• Mandril. Enfrenta serias amenazas debido a la caza furtiva y la destrucción de los bosques de Gabón, su hogar natural.
• Osos polares. Son un ejemplo emblemático de las consecuencias del cambio climático. El derretimiento de los glaciares pone en peligro su capacidad de acumular grasa suficiente para sobrevivir el invierno.
• Mono dorado de nariz chata. Habita en las montañas de China, en condiciones extremas. Solo quedan unos 120 individuos en estado salvaje.
• Lémures. El 90% de sus bosques originales en Madagascar han sido destruidos. A pesar de su éxito en cautiverio, su supervivencia en estado salvaje depende de la restauración de los bosques que habitan.

Acciones urgentes

En 2022 varias naciones adoptaron el Plan de Biodiversidad. Este establece objetivos claros para detener e invertir la pérdida de la naturaleza antes de 2050. Entre estos objetivos se encuentra reducir la tasa de extinción de especies y restaurar poblaciones de especies autóctonas. Es importante que no se convierta en letra muerta, sino que se traduzca en acciones concretas.

En lugar de ver toda esta situación como un escenario apocalíptico, lo importante es centrarse en lo que se puede lograr. La atención debe dirigirse hacia las medidas que deben implementarse para frenar la pérdida de biodiversidad y promover la conservación.

La situación actual involucra una triple crisis: el cambio climático, la contaminación y el colapso de la biodiversidad. Es urgente actuar ante la procrastinación política, ya que retrasar la respuesta aumenta el riesgo de un futuro desolador.

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