5 consejos básicos para hacer un viaje largo con tu bebé

Por placer o por trabajo, o en ocasiones a causa de mudanzas a una nueva ciudad. Hacer un viaje largo con tu bebé es una situación que encierra algunas complejidades, aunque tampoco se trata de una misión imposible. Tomando las medidas preventivas correspondientes, junto con un poco de sentido común, es una labor perfectamente realizable. Y en muchos casos, hasta puede ocurrir sin sobresaltos.

Por supuesto que algunas travesías parecen estar marcadas por la mala suerte. Desde inclemencias climatológicas hasta retrasos en el itinerario de aviones, barcos o trenes. Los imprevistos, que seguramente surgirán, requieren que los padres estén preparados para todo. Y más aún si hay bebés en la casa y también realizarán el viaje largo previsto.

En el coche

Para un viaje largo con tu bebé, el coche familiar trae consigo varias ventajas. Un mayor control del tiempo y del espacio es una de ellas. La elección de la silla en donde viajará el pequeño es quizá el aspecto más importante. Esta debe ajustarse a contramarcha y salvo que en el vehículo además del niño solo vaya quien conduce, alguien debe acompañar al pequeño en el asiento trasero.

Cada dos horas toca hacer paradas de manera obligatoria. Entre otras cosas, para evitar los riesgos de bradicardia (baja frecuencia cardiaca) y una caída en los niveles de oxígeno en la sangre. La postura que llevan los pequeños mientras están dentro de estos accesorios, puede dar lugar a estos problemas cuando realizan largos recorridos sin descansos.

En avión

Si alguno de los padres sufre de miedo a volar a niveles enfermizos, lo mejor es evitar este medio de transporte. De lo contrario, transmitirá inevitable al bebé este temor. Aun cuando intente disimularlo.

Se debe, en lo posible, tomar vuelos directos. En caso que sean necesarias conexiones en uno o varios aeropuertos, lo ideal es que estas sean extensas. Mejor esperar con tranquilidad la siguiente salida, a tener que ‘correr’ por una terminal y con un bebé a cuestas, ante el riesgo de perder el avión.

Consideraciones generales para hacer un viaje largo con tu bebé

Mucha paciencia, este es un requisito indispensable para emprender un viaje con un bebé. Estas aventuras son impredecibles. Los pequeños pueden disfrutarlas, en ocasiones duermen casi todo el tiempo y no se enteran de lo que ocurre. Lo mismo que lloran de manera incontrolable y sin razones aparentes.

Es fundamental que los pequeños lleven ropa cómoda y transpirable. El calor suele ser uno de los inconvenientes de estas cruzadas, aunque también hay que estar preparado en caso de bajas temperaturas. Una manta es algo que no puede faltar dentro de la maleta o provisiones para el bebé. Además de las mudas de ropa (al menos dos), pañales y toallas húmedas.

Por último, debes procurar que el niño no se aburra. Si para muchos adultos pasar largo rato dentro de un coche o un avión resulta tedioso, no es muy difícil imaginar lo que implica para tu bebé. Considerando que probablemente no entienda muy bien lo qué está ocurriendo.