Los seis puntos clave que debes revisar en el mantenimiento de tu vehículo eléctrico
La tecnología de un coche eléctrico difiere mucho respecto a la de uno de combustión, por lo que su revisión técnica también es especial
La llegada del vehículo eléctrico y su irrupción en el mercado ha cambiado los parámetros de muchas cosas a las que nos habíamos acostumbrado siendo propietario de un coche de combustión, desde su uso hasta su mantenimiento.
Además de cambiar la forma de entender y acostumbrarse a otra forma de conducirlo y de «llenar el depósito», también hay que tener en cuenta que la tecnología de un coche eléctrico difiere mucho respecto a la de uno de combustión, por lo que su mantenimiento y revisión técnica también es especial.
La electrificación del parque móvil, además de las ventajas ambientales de las cero emisiones, también es beneficiosa para el bolsillo de los usuarios de un vehículo eléctrico, que verán cómo es más barato el mantenimiento de forma sensible.
Menor gasto
Otro tema es si la inversión en la compra de un vehículo eléctrico compensa ese menor gasto en la rutina de pasar por el taller para las tareas de mantenimiento que todos los coches deben pasar.
Sin embargo, la diferencia entre los precios de los de combustión y los eléctricos irá desapareciendo en el futuro, según haya mayor demanda, mejor tecnología en la recarga y autonomía y se imponga por la implantación de las Zonas de Bajas Emisiones.
La factura media de reparación mecánica de un coche eléctrico es un 28% menor que la de un automóvil de combustión, es decir, en contraposición con un vehículo que utiliza diésel o gasolina para circular, además de las ventajas que se añaden a las emisiones que dejan de emitir cuando circulan en beneficio del medioambiente.
Claramente no se libran del mantenimiento, aunque sea menor y, por este motivo, Euromaster, señala desgrana los seis elementos clave a revisar de forma específica en un vehículo de estas características.
Estado de salud de la batería
La batería es el componente técnico principal en los coches eléctricos e híbridos enchufables, por lo que comprobar su estado de salud es vital para su buen funcionamiento. Al respecto, Euromaster ha suscrito recientemente un acuerdo con la empresa especializada Aviloo para certificar el estado de las baterías en los talleres de la red.
Este test de certificación apenas dura 3 minutos y se realiza conectando los diferentes dispositivos de certificación a la toma OBD (On Board Diagnostics o sistema de valoración a bordo de los vehículos).
Durante el proceso, se tiene en cuenta los datos tanto del análisis in situ como los del historial del vehículo. Así, con una determinada puntuación, este test analiza variables como el consumo total de energía, los ciclos de carga completos o incompletos o el estilo de conducción del usuario, entre otros.
Así mismo, con este test también se puede detectar posibles problemas o fallos internos de funcionamiento, emitiendo un mensaje de alerta con las especificaciones concretas de la incidencia en cuestión.
Sistema de ventilación/refrigeración
Dentro de las entrañas de un vehículo eléctrico, resulta crucial que tanto la batería como el transformador funcionen en condiciones óptimas de temperatura. Por ello, los fabricantes han decidido añadir un sistema de ventilación/refrigeración, ya sea por agua o por aire.
En el primero de los casos, el depósito debe tener siempre el nivel óptimo de líquido, por lo que es imprescindible vigilar el nivel y que no haya fugas. Además, el líquido refrigerante del sistema ha de ser sustituido cuando se encuentra en mal estado o con la periodicidad que dice el fabricante.
Por su parte, para el sistema de refrigeración por aire, se debe revisar que el filtro no esté obstruido, además de cambiarlo periódicamente en caso de que esté en mal estado, una operación que se debe incluir en cada mantenimiento.
Neumáticos
Diferentes en sus prestaciones a los de un vehículo de combustión en tres aspectos principalmente: deben ser muy resistentes por el peso habitualmente mayor que tiene un coche eléctrico.
Deben ser capaces de soportar toda la fuerza de la gran entrega de par de los motores eléctricos, que se suele producir de forma muy enérgica e instantánea y suelen tener una baja resistencia a la rodadura.
Los neumáticos específicos de vehículos eléctricos tienden a tener unas medidas especiales. En cuanto a su mantenimiento y al igual que en los vehículos de combustión, es conveniente revisar las presiones una vez al mes.
Así mismo, muchos fabricantes de vehículos eléctricos también recomiendan hacer la permutación -los neumáticos de delante a atrás y viceversa- una vez al año para asegurar un desgaste homogéneo de las cuatro ruedas.
Sistema de frenado
En un vehículo eléctrico hay dos sistemas de frenada. En primer lugar, la regenerativa, que se activa cuando se pisa levemente el freno o se levanta el pie del acelerador, transformando la energía cinética en energía eléctrica que se acumula en las baterías.
Y, en segundo lugar, el frenado tradicional, por el que la acción conjunta de las pastillas y los discos hacen detener completamente al vehículo. En un vehículo eléctrico, el sistema que más se usa habitualmente es el regenerativo, por lo que los frenos mecánicos tienen un uso menor.
Sin embargo, cuando tienen que entrar en funcionamiento de verdad en situaciones extremas de frenada intensa, los discos pueden llegar a alcanzar una temperatura muy elevada, doblándose su estructura y, por tanto, teniendo que ser sustituidos.
Suspensiones y dirección
El peso mayor de un vehículo eléctrico y la entrega de par elevado de sus motores son dos factores que hacen que las suspensiones y la dirección estén sometidas, produciéndose holguras en las rótulas de la suspensión y en los de los diferentes elementos de la dirección.
En este sentido, desde Euromaster recomiendan revisar concienzudamente los brazos de la suspensión y alinear la dirección al menos una vez al año.
Cableado de alta tensión
Para el buen y óptimo funcionamiento de todo el sistema de cableado de alta tensión, éste debe estar debidamente aislado y sin que ninguno de los cables esté deshilachado o ‘mordido’ por cuestiones de seguridad.