Animales

Las poblaciones de gorrión común en España descienden casi un 20% en 24 años

Según el informe de SEO/BirdLife, el descenso es más acusado en los medios urbanos que en entornos rurales

Gorrión
Un reciente estudio de investigadores españoles apunta que los efectos de nuestra “comida basura” sobre el gorrión común son negativos y nocivos para la especie
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

La población de gorrión común (Passer domesticus) en España, una de las aves más cercanas al ser humano, ha descendido casi un 20% desde el primer estudio que realizó la organización SEO/BirdLife en 1998.

Las causas de este declive, según la entidad, «permanecen sin ser identificadas con seguridad, pero se ha constatado que el descenso es más acusado en los medios urbanos que en entornos rurales».

Para paliar este descenso, desde SEO/BiirdLife, se apunta a que hay que implementar «medidas encaminadas a la naturalización de las ciudades, ayudan a mejorar la dieta del gorrión común».

Renaturalizar las ciudades

Entre estas acciones se dan ejemplos muy claros como la reducción de la frecuencia de siegas en praderas de césped, la naturalización de alcorques en el arbolado urbano o la presencia de vegetación adventicia, las también llamadas «malas hierbas» en cunetas y descampados benefician a la especie.

Estas áreas cubiertas por vegetación herbácea son una fuente de alimento, semillas e insectos, que son aprovechadas por el gorrión común y otras especies silvestres en la ciudad.

«Es importante constatar la belleza de los espacios asalvajados en las ciudades, ya que son capaces de albergar una mayor biodiversidad que las áreas verdes en las que se realiza un mantenimiento intensivo», señala Beatriz Sánchez, del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.

Medidas en ciudades

«SEO/BirdLife viene desarrollando estas y otras medidas de naturalización que benefician a especies de aves urbanas, como el gorrión común, en ciudades como Santander, Girona, Valencia o Pinto, en Madrid», añade Sánchez.

La organización señala la importancia de que «la biodiversidad urbana es sin duda la base de las ciudades resilientes» y considera que «los ayuntamientos deben apostar por la biodiversidad como elemento transversal, no sólo desde el punto de vista de la responsabilidad en su conservación».

Además, se apunta que es fundamental el importante papel que debe tener la biodiversidad en la construcción de ciudades resilientes, su relevancia en la aportación de servicios ambientales básicos y, en definitiva, su repercusión en la mejora de la calidad de vida de los habitantes de los entornos urbanos.

Desde SEO/BirdLife se reseña que asumió el desafío de conservar la biodiversidad urbana hace cerca de 20 años y, desde entonces, ha desarrollado proyectos pioneros, en colaboración con administraciones locales y empresas.

Gorrión
Para SEO/BirdLife es fundamental el importante papel que debe tener la biodiversidad en la construcción de ciudades resilientes

Interacción entre gorrión y humanos

El paralelismo que realiza la entidad que, al igual que lo que «le pasa al canario en la mina, lo que le pase al gorrión común debería servir como aviso de lo que le puede pasar a las personas que viven en los entornos urbanos».

SEO/BirdLife se lamenta de que las noticias no son buenas porque, «a pesar de su abundancia y amplia distribución, ya que en las últimas décadas se han detectado declives de sus poblaciones».

Como ejemplo negativo, se destaca que en algunas ciudades de Europa, como Londres y Praga, lugares en los que se produjeron un gran descenso de sus poblaciones, se estima que en las últimas tres décadas Europa ha perdido el 60% de las poblaciones de gorriones comunes.

Descenso con altibajos

En España, según los últimos datos del programa de seguimiento de aves Sacre de SEO/BirdLife las poblaciones de gorrión común han descendido casi un 20% desde que se registran sus datos con el programa Sacre (1998), aunque como se observa en la gráfica su evolución presenta altibajos, propios de la dinámica de las poblaciones de pequeñas aves.

Para esta especie la acumulación de declives es mayor que la de aumentos, por ello, con el paso de los años, la población cada vez es menor respecto a 1998. De todas formas, también se observa que este descenso sucedió principalmente en la primera década de estudio, mientras que en los últimos diez años se está estabilizando.

Las causas de este declive permanecen sin ser identificadas, pero sí se sabe que el descenso es más acusado en los medios urbanos que en entornos rurales.

Por qué hay cada vez menos gorriones

Dada la preocupante situación observada a nivel global, han sido muchos los investigadores que se han lanzado a la ardua tarea de averiguar por qué hay cada vez menos gorriones en los sitios donde disminuyen (aumentan en otros, pero esto es la excepción, no la regla). Sin embargo, esta es una pregunta muy compleja donde, a cada nuevo paso, se abren nuevos interrogantes.

«Hasta la fecha, lo único que parece evidente es que un desmesurado desarrollo urbanístico en el territorio se relaciona con la disminución del número de gorriones en esa área», señala Beatriz Sánchez.

En cuanto a las causas señaladas, son muchas y muy variadas, apuntan desde SEO/BirLife, causas como la contaminación atmosférica, el exceso de ruido, la falta de lugares de nidificación, la escasez de insectos, especialmente necesarios en  su dieta durante la época de cría, o una gestión de zonas verdes que no tiene en cuenta la biodiversidad.

Ciudades más verdes

La advertencia es clara, ya que algunas de estas causas afectan también directamente a los seres humanos, el declive de las poblaciones de gorriones debería servir a la humanidad.

Este sería como un primer aviso de que se necesitan ciudades más verdes, que se planifiquen y gestionen teniendo en cuenta el importante papel de la biodiversidad como proveedora de servicios ecosistémicos fundamentales para garantizar la calidad de vida en los entornos urbanos.

Interacción humana

Así mismo, las causas apuntadas del declive del gorrión tienen un origen antrópico, causado por la interacción humana. Por ejemplo, según un reciente estudio elaborado por investigadores españoles la costumbre de aprovechar los restos de comida de los seres humanos afecta negativamente a la salud de los gorriones.

Esta circunstancia afecta, en concreto, a su condición corporal y a su fisiología nutricional, induciendo, en algunos casos, al estrés oxidativo a pesar de la ausencia de contaminación ambiental.

Los investigadores recogen en Eating in the city: Experimental effect of anthropogenic food resources on the body condition, nutritional status, and oxidative stress of an urban bioindicator passerine, entre otras muchas conclusiones, que los gorriones expuestos a dietas distintas sufren diferentes carencias.

Comida basura

Por ejemplo, la dieta a base de bocadillos les provocó anemia y desnutrición (especialmente a las hembras, produciéndoles una pérdida de su condición corporal), mientras que una dieta a base de alimentos para gatos supuso un aumento de los indicadores de estrés oxidativo y el catabolismo proteico.

Es de sobra conocido que la comida basura tiene consecuencias similares en los seres humanos, por lo que estos resultados son un ejemplo claro del importantísimo papel que tiene el gorrión común como bioindicador.