Almería Tráfico ilegal y contaminación

Narcolanchas y tráfico ilegal de personas: así contaminan nuestras costas

Una asociación en Cabo de Gata denuncia el aumento de residuos procedentes del narcotráfico y del tráfico de personas

tráfico ilegal
Narcolanchas refugiadas del temporal en la playa de Los Genoveses, en Cabo de Gata (Níjar) (Foto: Europa Press)
Antonio Quilis Sanz
  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

El tráfico ilegal de drogas y personas están dejando constantemente un rastro de residuos en las costas que contaminan y también están suponiendo un problema ambiental para los gestores de los litorales españoles.

Narcolanchas, narcosubmarinos, fardos de droga, embarcaciones abandonadas dedicadas al tráfico ilegal de seres humanos o bidones de combustible son los residuos que están dejando constantemente un rastro muy visible que contaminan nuestras costas.

La contaminación comienza en los cultivos y el tráfico de drogas en origen, en los países que las producen, que suponen un efecto en los bosques que se deforestan y en los ríos donde se vierten toneladas de sustancias químicas.

Contaminación por tráfico ilegal

Lejos de los centros de producción y de los países desde donde llegan los migrantes, aquí en España está dejando otros problemas ambientales que no sólo contaminan playas y aguas, que afectan a las especies y a la biodiversidad, también repercuten en el paisaje de unos espacios naturales que se quedan tocados en algunos casos durante muchos meses o años.

El problema recae directamente en los municipios, ya que, según el artículo 115 de la Ley de Costas, «la competencia de limpieza y mantenimiento de la salubridad de las playas es exclusivamente municipal».

Unos consistorios que en muchos casos no tienen recursos económicos ni materiales para afrontar la recogida de unos residuos que se quedan, en muchos de los casos, atrapados en las playas.

Embarcación abandonada cabo de gata
Embarcación abandonada en la Isleta del Moro (Foto: Amigos del Parque Natural – Cabo de Gata Níjar / Eco del Parque / AH)

La basura de las narcolanchas

En este contexto, la asociación Amigos del Parque Natural Cabo de Gata – Níjar, denunciaba una vez más el rastro de basura que dejan las narcolanchas. Se da la circunstancia que este paraje natural, donde también está la mole ilegal de El Algarrobico, es el punto donde recalan las narcolanchas y todo tipo de embarcaciones.

La asociación lleva publicando en su revista digital estos hechos denunciando el estado de playas y calas y la tardanza en erradicar los residuos que van desde docenas de garrafas de gasolina hasta embarcaciones.

En una de sus noticias denuncian que «empezamos a acostumbrarnos en las playas del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar (Almería) a ver las denominadas de forma sensacionalista narcolanchas -embarcaciones neumáticas súper rápidas, con dos o tres motores de alta cilindrada-, que trasladan a personas o drogas hasta zonas poco habitadas o transitadas».

Impotencia de la Guardia Civil

Añaden que todo esto ocurre «sin que la Guardia Civil pueda hacer nada por interceptarlas, debido a las velocidades que alcanzan y a la falta de personal para realizar las labores de vigilancia, persecución y detención».

Explican que «ante la presión registrada en el Estrecho, estas embarcaciones han decidido trasladar su actividad a las costas de Almería, y algunas están desembarcando inmigrantes o drogas por las costas de este espacio natural».

No sólo se trata de acciones rápidas, Incluso, cuando se han producido días de mal tiempo o se han quedado sin combustible, estas lanchas se han refugiado en las calas del parque hasta que ha llegado el buen tiempo o han recibido el alimento que necesitan sus motores. No son una imagen muy agradable para los turistas, y preocupa que remuevan los fondos y perjudiquen o espanten a la fauna marina que hay en las costas de Cabo de Gata.

Garrafas incautadas
Garrafas con combustible para el narcotráfico interceptadas en Chiclana por la Guardia Civil (Foto: Guardia Civil / Europa Press)

Garrafas y embarcaciones

En este ir y venir de lanchas y embarcaciones de todo tipo que se ha incrementado, también se ha visto aumentar el número de garrafas tiradas en el medio natural procedentes de estas actividades ilegales.

Estos envases flotan en grandes cantidades en el agua, se amontonan en las playas y calas del parque natural, siendo recogidas en ocasiones por personas que se encuentran con ellas a su paso.

La tardanza en la retirada de embarcaciones abandonadas dedicadas al tráfico de personas y drogas en las playas de La Isleta y Los Escullos de esta zona también se centra en las denuncias de la asociación.

Tráfico de drogas o de personas

Explican que son cuatro las empresas que trabajan dentro del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar como depositarios extrajudiciales de embarcaciones sustraídas o abandonadas en la costa de este Parque Natural.

Llaman la atención que «los barcos suelen estar relacionadas con el tráfico de drogas o de personas. Los habitantes se quejan de la proliferación de este tipo de embarcaciones y del olvido de retirar aquellas que no son interesantes para su posterior reutilización».

Como ejemplo, ponen el de un barco pesquero-patera ha permanecido varado meses en la playa de La Isleta del Moro, «sin que nadie decidiera retirarlo, debido al coste del uso de una grúa para hacerlo».

«Por fin, el 12 de diciembre, el Ayuntamiento de Níjar procedió a su retirada, junto a otro yate que llevaba cuatro años varado en la playa de Los Escullos», explica la asociación.

Alta concentración de vertidos

En el mismo escrito, apunta que «se da la paradoja de que el pasado mes de julio se decidió volver a condenar a prisión a uno de estos depositarios, con residencia en Cabo de Gata, por estar involucrado en la segunda fase de la llamada operación Flixita contra las mafias de tráfico de personas en el Mar de Alborán, que desde el año 2012 se dedicaba a vender estas embarcaciones y a traficar con estupefacientes».

La Comandancia de Almería alertaba hace unas semanas que las calas del parque «sufren una alta concentración de vertidos, recipientes y otros residuos que generan este tipo de actividades», y destacaban el trabajo de investigación para «prevenir los riesgos contra personas, navegación y espacios naturales por los vertidos de combustible y residuos por las garrafas de plástico utilizadas».