Caza Crisis de la peste porcina

Greenpeace defiende que cazar jabalíes expande la peste porcina africana y protege a la industria

La reunión del Comité de Caza ha provocado las reacciones de ecologistas y de la Real Federación Española de Caza

La organización ecologista critica las medidas del Gobierno tras el brote detectado en Cataluña a finales de noviembre

El Ministerio de Agricultura ha señalado que las medidas de control poblacional no pueden ni deben limitarse a la actividad cinegética

Según Greenpeace el problema no son los jabalíes sino la ganadería intensiva y las macrogranjas

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Antonio Quilis
  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Greenpeace ha advertido en un comunicado difundido hoy que incrementar la caza de jabalíes para controlar la peste porcina africana puede provocar precisamente el efecto contrario y expandir el virus.

La organización ecologista se pronuncia tras conocer que varias comunidades autónomas plantean aumentar la caza de estos animales en el Comité de Caza celebrado hoy.

En este sentido, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación convocó el Comité de Caza para coordinar con las comunidades autónomas medidas de control de la sobreabundancia de jabalíes, un encuentro que ha provocado la reacción de Greenpeace.

Medidas de control

Durante la reunión, presidida por la directora general de Producciones y Mercados Agrarios, Elena Busutil, se expusieron las medidas de control poblacional que las autonomías tienen en su normativa y las puestas en marcha por la emergencia de la peste porcina africana.

El ministerio informó de la encomienda suscrita con el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos para contar en 2026 con un método de monitoreo de jabalíes que se transferirá a las autonomías.

El ministerio señaló que las medidas de control poblacional no pueden ni deben limitarse a la actividad cinegética en un momento de sobreabundancia como el actual.

Jabalíes
Manada de jabalíes. (Foto proporcionada por la Real Federación Española de Caza).

Nueva reunión en enero

Como se ha hecho en la zona afectada por el foco de peste porcina, deben establecerse colaboraciones con la administración local, expertos científicos y los propios cazadores para implementar las medidas más efectivas según las características de cada territorio. El comité volverá a reunirse en enero para compartir información sobre las medidas de vigilancia, bioseguridad y control puestas en marcha.

La caza como solución

Precisamente, desde el sector de la caza español se defiende lo contrario, que la caza es una de las herramientas más útiles para el control de la especie. El pasado lunes el sector cinegético ha trasladado este lunes al Ministerio de Agricultura un paquete de medidas urgentes para reforzar la lucha contra esta grave enfermedad.

La Asociación Interprofesional de la Carne de Caza (ASICCAZA), la Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Fundación Artemisan recalcan que la actividad cinegética debe ser reconocida como una herramienta sanitaria esencial frente a la peste porcina, actuando como colaborador imprescindible de las administraciones públicas para el control poblacional del jabalí en el medio natural.

Protección a la industria porcina

Para la ONG ecologista, esta estrategia protege exclusivamente a la industria porcina sin abordar el problema de fondo: la concentración excesiva de macrogranjas en España. La declaración de Greenpeace llega en plena crisis sanitaria por el brote de peste porcina africana detectado en Cataluña a finales de noviembre.

Hasta el momento, se han confirmado 13 jabalíes infectados en la zona de Collserola, cerca de Barcelona, de aproximadamente 100 ejemplares encontrados muertos. La Generalitat ha declarado el estado de emergencia y ha aprobado ayudas de hasta 20 millones de euros para el sector porcino, que registra pérdidas semanales de 24 millones de euros.

Peste porcina africana
Un miembro de la UME desinfectan vehiculos, durante la presentación de los medios de la UME para el control de la peste porcina. (Foto: Europa Press).

Los jabalíes, víctimas no culpables

«Los jabalíes son el mensajero y víctimas de la peste porcina africana, no los culpables de que haya aparecido en España», ha declarado Luís Ferreirim, responsable de ganadería en Greenpeace España. La organización reclama reducir el número de cerdos y explotaciones intensivas en zonas de alta concentración, como Cataluña, en lugar de centrarse únicamente en proteger la industria porcina.

Según explica Greenpeace, tanto la llegada del virus a Europa como el actual brote español fueron provocados por el ser humano en un mundo globalizado. En 2007 entró presuntamente por Georgia a través de un buque y, en el caso español, las hipótesis apuntan a comida contaminada proveniente de países de la UE donde el virus está presente o a un posible escape de un centro de investigación donde se desarrolla una vacuna.

La caza agrava el problema

La experiencia de Italia, donde el virus lleva presente varios años, demuestra que la caza no es la solución e incluso puede agravar el problema, según Greenpeace. Los jabalíes potencialmente infectados que escapan presionados por las batidas de cazadores, huyen hacia otros territorios y dispersan aún más la peste porcina. Esta estrategia tampoco funcionó en otros países europeos que apostaron por ella.

Además, afirman que la manipulación de un jabalí infectado por parte de un cazador sin saber que porta el virus puede ayudar a la dispersión a través de ropa, calzado, vehículos o cualquier material donde se pueda impregnar. Los restos que quedan en el campo también representan un riesgo adicional de contagio.

Sin embargo, desde el sector cinegético se han hecho esfuerzos sistemáticos de información recordando a los cazadores con medidas de protección y prevención para no expandir la peste porcina a través de su actividad.

Reacción del sector cinegético

Desde OKGREEN se ha pedido una respuesta a la Real Federación Española de Caza (RFEC) al comunicado de Greenpeace. En ella valoran «positivamente la reunión del Comité de Caza y, consideramos que estas medidas de coordinación son muy necesarias».

Desde la RFEC subrayan que «llevamos tiempo trabajando a través de nuestro propio Comité Interautonómico, precisamente para unificar criterios y mejorar la gestión en un escenario con 17 leyes de caza que requieren el máximo nivel de coordinación».

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Granja de cerdos en Cataluña.

«Es importante subrayar algunas conclusiones expuestas hoy: el Ministerio reconoce que la caza es determinante en la vigilancia pasiva, un aspecto clave especialmente en la detección temprana de enfermedades como la Peste Porcina Africana», continúan explicando.

Señalan que «el papel de los cazadores en la alerta sanitaria y en la gestión del territorio es esencial y debe ser integrado de forma estructural en cualquier estrategia pública».

Desde la Real Federación Española de Caza exponen que se han puesto a disposición del Comité para «extender esta coordinación también con la principal entidad representativa del sector cinegético. Creemos que solo mediante una cooperación real entre administraciones, científicos y cazadores podrá afrontarse con eficacia la sobreabundancia del jabalí y los retos sanitarios derivados de ella».

El verdadero origen del contagio

Tras el comunicado del Ministerio tras la reunión del Comité de Caza, la organización ecologista saca a la luz las declaraciones del experto italiano Vittorio Guberti, veterinario y miembro del equipo de emergencia veterinaria de la UE, que señala que «el 99% de las veces son los humanos quienes transmiten la peste porcina a las granjas industriales».

Según Greenpeace, no existe contacto directo entre un cerdo de explotación industrial y un jabalí, ya que estos animales están totalmente aislados del exterior mediante muros y vallas metálicas.

Esta misma dinámica se observa en las explotaciones avícolas afectadas por gripe aviar. El propio Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha explicado a Greenpeace que el origen más plausible de transmisión del virus en estas instalaciones serían los «animales de dos patas», en clara referencia a los seres humanos.

Peste porcina

Ganadería industrial frágil

Para los ecologistas, la permisividad del Gobierno y las comunidades autónomas ha permitido que la ganadería industrial, particularmente la porcina, creciera de forma desmedida y descontrolada en España. Con más de 34,5 millones de cerdos censados en 2024, la elevada densidad de animales y la concentración de explotaciones hace que cualquier enfermedad se amplifique y propague rápidamente.

«Este modelo destructivo, generador de alto impacto ambiental y sufrimiento animal, resulta muy rentable hasta que la bomba explota», señalan los ecologistas. Añaden que con el actual sistema de ganadería industrial, si el virus entra a las explotaciones intensivas provocará un sacrificio masivo de animales y una debacle económica que, con un modelo bien dimensionado y resiliente, sería menor.

Crisis en Cataluña

La ONG afirma que con el actual brote surge en Cataluña, la gestión vuelve a evidenciar los excesos del modelo agroindustrial basado en producción intensiva y altamente concentrada.

Con más de ocho millones de cerdos, en su mayoría ubicados en zonas como Lleida, Cataluña presenta una de las mayores densidades porcinas de Europa. Sin embargo, en lugar de abordar este problema estructural, «se sigue señalando a la fauna salvaje como chivo expiatorio».

Las primeras medidas impulsadas por la Generalitat han priorizado blindar la industria porcina: se han desplegado dispositivos excepcionales para capturar y eliminar jabalíes en zonas naturales como Collserola y se han destinado millones en ayudas al sector, mientras se evita abrir el debate sobre la insostenibilidad del modelo agroindustrial en la región.

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Demandas urgentes

Frente a esta grave situación, Greenpeace exige una moratoria inmediata a la ganadería intensiva para que no se autoricen nuevos proyectos ni ampliaciones de los existentes. La organización también demanda reducir drásticamente la densidad de animales en explotaciones intensivas y de explotaciones en zonas con alta carga ganadera.

Entre sus propuestas figura desarrollar un Plan Estratégico de Ganadería que determine la carga ganadera máxima para cada región, priorizando la ganadería extensiva ante sus beneficios ambientales y sociales. Este plan debe incluir dotación presupuestaria importante para hacer una transición justa en el sector.

Greenpeace plantea reducir la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50% menos en 2030, priorizando sistemas extensivos y ecológicos. «Sabíamos que la peste porcina africana regresaría a España. Pero primó la codicia de la industria y la permisividad de las autoridades. Ahora pagan los jabalíes y seremos las personas contribuyentes quienes paguemos también las ayudas al sector», ha concluido Ferreirim.