Basura

Cómo evitar que la basura sea un error de diseño a través de la circularidad y la desmaterialización

Un estudio señala a los consumidores, los productos y la propia operativa de las empresas como los principales actores que deben impulsar la economía circular

Diseño basura
El desafío ambiental que enfrenta la sociedad se resume en dos metas clave para las empresas: descarbonización y circularidad

La basura es un error de diseño. Con esta rotunda afirmación se encabeza el informe Desmaterialización y circularidad elaborado por la consultora Neture Impact, que afirma que el actual sistema productivo utiliza materiales «prácticamente indestructibles para satisfacer necesidades puntuales, sin un plan para su recuperación».

En el centro del análisis realizado por la consultora de impacto positivo de The Cocktail, se hace hincapié en tres dimensiones clave que las empresas deben tener en cuenta para fijar el objetivo de su actividad en la aceleración de la economía circular y en la desmaterialización.

En concreto, en este informe se revela que se deben de tener en cuenta al consumidor, al producto y a la propia operativa de las empresas como claves para impulsar la economía circular. Y es que la desmaterialización, que implica reducir la intensidad material de la economía, se presenta como un primer paso fundamental.

El problema de los residuos

Y es que la situación es alarmante ya que solo un 7,2% de economía es circular, lo que produce un balance muy negativo para el planeta porque «más del 90% de los recursos extraídos y consumidos no regresan a los ciclos productivos y se convierten en residuos», según se cita en el documento.

Desde la consultora se visibiliza el problema de que la basura es un error de diseño resaltando que se estima que para 2050, se generarán 3.400 millones de toneladas de residuos anualmente, «lo que requiere una transformación radical en nuestro sistema productivo y de consumo. Además, un 40% de la reducción de emisiones dependerá directamente de los avances en la circularización de la economía».

Los autores del informe señalan que la generación de residuos no es un fenómeno exclusivamente humano, ya que son producidos por todo tipo de vida como consecuencia de las relaciones entre los organismos bióticos y su entorno.

Continúan explicando que, en ausencia de humanos, «los ciclos naturales convierten los desechos de un ser vivo en nutrientes para otro, generando una suma cero entre todos los elementos del ecosistema. Sin embargo, los humanos hemos roto esta estabilidad desde el inicio mismo del neolítico».

Sin recuperación de materiales

Se pone en el foco la ausencia de planes para la recuperación de los materiales, como un fallo del sistema con fuertes implicaciones ambientales, económicas y sociales. Por ello se propone como una necesidad el avanzar en la desmaterialización y circularización de la economía como la mejor estrategia para resolver este problema.

Y todo ello, toda esta situación, supone un gran reto para las empresas a la hora de hacer sostenibles sus negocios y conseguir así alcanzar los objetivos de descarbonización y que el diseño sea sostenible y no acabe como basura indestructible.

El desafío ambiental que enfrenta la sociedad se resume en dos metas clave para las empresas: descarbonización y circularidad. Aunque muchas compañías ya han adoptado medidas como la transición a energías renovables y planes de neutralidad de carbono, estas acciones no son suficientes en la emergencia climática actual, aseveran sus autores.

circularidad y desmaterialización
En un contexto en el que más del 90% de los recursos consumidos se convierten en residuos, la circularidad se vuelve esencial

Eficiencia y reducción de costes

Esto implica reintroducir materiales en los ciclos productivos a través de procesos como el reciclaje, el compostaje y la reparación y evitar realizar un diseño de un producto que acabe en la basura.

Aunque la desmaterialización mejora la eficiencia y reduce costes, la circularización puede implicar mayor complejidad operativa y gastos adicionales. Ambas estrategias son necesarias para abordar la crisis climática y promover una economía más sostenible.

El papel de los consumidores

Desde, Neture Impact, se identifica como uno de los primeros ejes de la circularidad «la transformación de las experiencias de consumo, implicando cambios en comportamientos como el refill, segunda mano y reciclaje, que dependen de la participación activa del consumidor».

Un cambio que no es fácil el consumidor es uno de los actores principales de la circularidad, y es necesario convencerles para que cambien sus hábitos y sean conscientes sobre el impacto positivo de sus acciones, involucrando a las marcas en la promoción de nuevas formas de consumo y reconocer el impacto ambiental y social de sus elecciones, según aporta el estudio.

Productos más sostenibles

Con el informe se pretende visibilizar el papel de las empresas de servicios porque desempeñan un papel esencial en la transición hacia una economía circular «a pesar de que este enfoque se vincula comúnmente con la industria y la gestión de residuos, sectores como bancos, aseguradoras, telecomunicaciones y distribución son cruciales en la transformación de los modelos económicos lineales».

Las empresas no sólo ofrecen servicios, también son influyentes en las decisiones financieras y de comportamientos de consumo de los clientes, lo que las convierte en actores clave para impulsar prácticas más sostenibles y circulares en la sociedad.

Los autores del estudio indican que para comercializar productos hay que «analizar la sostenibilidad social y ambiental de la solución, definir estrategias para circularizar y diseñar la experiencia de compra y post-compra».

Entre las soluciones están el establecer modelos comerciales y de precios, con programas de fidelidad, etiquetado digital, sistemas de alerta y, además, desarrollar una tesis material de impacto sobre la nueva solución, asegurando su relevancia en el contexto circular.

Operativas más sostenibles

En cuanto a las operativas de las empresas se recomienda impulsar el conocimiento, el diagnóstico y la información de su actividad para «implementar sistemas de gestión y medición sólidos en todas las etapas de la cadena no solo ayuda a las empresas a identificar áreas de mejora y optimizar sus operaciones, sino que también facilita la generación de conocimientos compartidos con otros actores implicados».

En este punto se debe diagnosticar el impacto ambiental a lo largo de la cadena de valor, definir un modelo de gobierno circular en la empresa y optimizar la logística inversa.

Para evitar la no circularidad de los productos, el diseño debe intervenir para evitar el error de que acabe en la basura. En este sentido, desde la consultora se  señala que los esfuerzos deben orientarse a la creación de una nueva línea de productos o una nueva marca 100% circular .

La Tierra como sistema cerrado

Además, no es menor la importancia de analizar las implicaciones financieras del modelo circular y establecer un plan de negocio para la transición y el establecimiento de alianzas estratégicas con diversos actores de la red y aplicar tecnología y arquitectura de datos.

«El modelo económico lineal -en el que los materiales se extraen, se utilizan y se desechan- compromete la viabilidad de nuestras economías en el largo plazo. La Tierra es un sistema cerrado que no importa materiales del exterior ni exporta basura», explica Xavier Vallés Aznar, Managing Director de Neture Impact

Por último, Vallés afirma que «las cadenas de valor que no prevean el tratamiento circular de materiales escasos tienen una fecha de caducidad más o menos temprana», explica Xavier Vallés Aznar, Managing Director de Neture Impact.