Riversimple Rasa, el urbano de hidrógeno que no podrás comprar
Las nuevas tecnologías eficientes para los motores de los coches son ya el pan nuestro de cada día. El objetivo es cuidar el medio ambiente, y para ello una de las vías son los propulsores impulsados por hidrógeno. Precisamente uno de ellos lo equipa el Riversimple Rasa, un prototipo británico cuya llegada al mercado está prevista para el año 2018. Pero no pienses en él mucho, ya que no lo vas a poder comprar.
El desarrollo de este vehículo se ha llevado a cabo gracias en gran parte a la subvención de 2,5 millones de euros proporcionada por el Gobierno de Gales. Con este dinero, Riversimple ha creado el Rasa, un ligero biplaza que tan solo pesa 580 kilogramos. Uno de los grandes responsables de esta cifra es el chasis del coche, fabricado en fibra de carbono. Esto ayuda a que el consumo de combustible sea menor y que, por tanto, la autonomía se alargue bastante. De hecho, sus creadores afirman que el prototipo puede completar hasta 480 kilómetros sin repostar. Eso sí, su velocidad máxima está limitada a 96 km/h, cifra más que suficiente si tenemos en cuenta que se trata de un vehículo destinado al ámbito urbano.
En principio, Riversimple tiene previsto fabricar un total de 20 unidades del Rasa que ves en las imágenes, las cuales servirán como ‘conejillos de indias’ de cara al futuro modelo de producción. ¿Y por qué no vas a poder comprarlo? Porque la empresa británica pretende hacer negocio con el Rasa de una forma similar al ‘renting’. El cliente pagará una cantidad mensual a modo de alquiler, la cual variará según los kilómetros que se hagan, mientras que la empresa se encargará del mantenimiento del vehículo en todos los sentidos. Al final del periodo de ‘alquiler’, solamente se podrá optar a contar con una nueva unidad del vehículo, nunca a comprarlo.
En cuanto al motor del Riversimple Rasa, te podemos dar algunos detalles. Por ejemplo, sabemos que se impulsa gracias a una pequeña pila de combustible de 8,5 kW, lo que vienen a ser unos 11 CV de potencia. Dentro de esta pila de combustible es donde se produce la reacción necesaria para que la electricidad acabe derivando a cada uno de los cuatro motores que tiene el coche, situados uno en cada rueda. Además, más de la mitad de la energía producida durante las fases de frenado se recupera y transforma en electricidad para aumentar la aceleración. Y todo ello sin emitir más que vapor de agua.