Prueba del BMW 530e iPerformance, el coche multiplicado
El BMW 530e iPerformance es un claro ejemplo de hacia dónde se dirige el automóvil, pero es su fase embrionaria. BMW, que tiene ya una gama 100% eléctrica, ofrece una gama de híbridos enchufables que no son sino un paso adelante para que los más atrevidos y a la vez coherentes se decidan por ir probando la electricidad como combustible en su automóvil.
Aunque no sabemos si será este tipo de combustible el que mueva los coches del futuro cuando el petróleo desaparezca por aclamación ecológica, sí parece ser la fuente de energía por la que casi todos los fabricantes están apostando más.
Antes de seguir con la prueba de este modelo hay que recordar que la electricidad hoy por hoy no es el combustible cero emisiones que una mayoría desinformada piensa. Producir electricidad en casi todos los países del mundo poluciona, y mucho, las centrales térmicas que queman carbón o petróleo, la nucleares, tan comentadas, lastran el planeta con bastante cargas negativas.
Cuando la producción eléctrica venga de energías 100% limpias (Eólica, cinética y solar) ya podremos afirmar que los coches eléctricos no polucionan, de momento lo hacen, aunque deslocalizadamente, el coche es verdad que no echa humo por el tubo de escape.
Al margen de estas reflexiones, del BMW 530e poco malo se puede decir. Lo peor, vayamos al grano, es que no tenga capacidad de mover el coche en modo 100% eléctrico por más tiempo o más distancia, una pena. Dicho esto, La Serie 5 en general y el híbrido enchufable en particular son coches con empaque, con un cuidadísimo acabado, con una calidad de materiales que da gusto tocar, palpar, sentir y probar.
Algunos datos del BMW 530e iPerformance
Pudimos enchufar el coche durante 6 horas a un enchufe doméstico, cuando se conectó, el medidor del BMW 530e marcaba una capacidad casi nula de modo eléctrico, apenas 2 kilómetros. Después de esta recarga indicaba que tenía un rango de utilización de 32 kilómetros. No tuvimos la oportunidad de cargarlo más horas, pero el rango debería haber llegado a los 50 kilómetros que anuncia el fabricante si hubiera estado un par de horas más.
Seleccionado el modo eléctrico total comenzamos un trayecto de unos 50 kilómetros, con un tramo urbano de apenas tres kilómetros nada más comenzar y luego una autopista de casi 45 kilómetros. En este recorrido la capacidad del coche para moverse en modo eléctrico fue de 24 kilómetros reales. El consumo medio transcurridos los 50 kilómetros fue de 2,4 litros a los 100 kilómetros recorridos.
Con estas cifras, y una carga de solo unas pocas horas está claro que una persona que tenga un recorrido de unos 12 klómetros de ida y otros 12 de vuelta de su casa al trabajo puede concluir que de lunes a viernes su gasto de gasolina sería cero y su aportación a la putrefacción del planeta bastante baja. Está claro que con unas horas más de carga, ese rango de actuación podría situarse en esos 20 kilómetros efectivos por trayecto, una cifra que resuelve nuestro día a día a la perfección.
Hay que tener en cuenta que el trayecto de la prueba por autopista fue a velocidades legales mantenidas, alrededor de 115 km/h y con el climatizador apagado.
¿Eléctrico o gasolina?
Otra de las pruebas fue un viaje por carretera de varios cientos de kilómetros. En modo gasolina, el BMW 530e sorprende por muchas cosas. En principio la potencia del motor de gasolina es de 184 CV de potencia, que pueden parecer pocos, pero detrás de éstos siempre hay una reserva de fuerza del motor eléctrico cuando requerimos al acelerador toda la potencia del coche en una subida, un adelantamiento o una situación que lo requiera.
A la izquierda de la palanca de cambios hay varios selectores que reúnen los accionadores de las distintas modalidades de uso que se le puede dar al coche. Desde la eléctrica 100% a la eco pro o a la sport. En esta última el coche no deja a nadie impávido. Su peso y tamaño podría indicar menos agilidad, pero esto no es así en ninguna circunstancia, tan solo en carreteras muy viradas es donde se nota que no es el mejor coche para ir rápido.
La caja automática asociada a esta motorización híbrida es muy suave en casi todas las circunstancias, apenas se nota la variación de marchas hacia arriba ni hacia abajo, el uso de las levas del volante es irrelevante, y la retención del motor hay que solventarla a base de freno ya que las reducciones apenas son efectivas. Pero los frenos son otro de los puntos fuertes del coche, poca fatiga, tacto impecable del pedal y muy buena dosificación de la frenada.
La sensación en carretera es que nunca falta potencia, las recuperaciones indican un par motor hacia las ruedas contundente, la suavidad y falta de ruido incluso a plena potencia es muy llamativa y, en la cara B están los consumos que se disparan por encima de los 8 litros a velocidades mantenidas de 140 Km/h.
Interior y maletero
El puesto de conducción, cómodo, atractivo y muy dotado es un ejemplo de diseño equilibrado, los asientos en viajes largos no se hacen notar, los reglajes eléctricos con memoria de la unidad probada cumplían perfectamente.
El propietario recién llegado a la marca tardará unas semanas en explorar todo lo que ofrece el coche en su configuración más completa y compleja de software. Son tantas las combinaciones y carpetas, instrucciones y configuraciones que cualquier neófito tardará en controlar. Una vez acostumbrados a todo el arsenal de posibilidades, será un disfrute asegurado pasar de la radio al navegador, de éste al teléfono y de aquél a cualquiera de las configuraciones posibles para la música, el climatizador, los asientos o las luces del coche.
El maletero resulta algo escaso, las baterías de la parte eléctrica ocupan bastante y le restan litros de capacidad al cofre que además en esta versión berlina tiene una boca de carga bastante estrecha en cuanto a su altura. También es escasa la distancia que hay para las piernas de los ocupantes de la parte de atrás del coche, si bien los asientos son de muy buena calidad y con una banqueta bastante larga, las piernas, si los ocupantes de la parte de delante son personas corpulentas y necesitan echar los asientos hacia atrás, quedarán bastante aprisionadas.
Conclusión
El BMW 530e es una excelente opción de compra para quien necesite un coche de representación, tenga inquietudes por las restricciones de tráfico que cada vez más se activan en las grandes ciudades por temas de excesos de polución, estén preocupados por el medioambiente y a su vez no renuncien a un coche con prestaciones, seguro, suave y estable.
A favor
- Suavidad de uso.
- Acabado.
- Satisfacción general.
En contra
- Rango de uso en modo totalmente eléctrico.
- Maletero.
- Espacio para las piernas en plazas traseras.
Ficha técnica del BMV 530e iPerformance
Ficha técnica | |
Motor | |
---|---|
Situación | Delantera |
Nº Cilindros | 4 |
Tipo de combustible | Gasolina |
Compresión | 11 a 1 |
Potencia (CV/rpm.) | 252 (184 combustión y 113 eléctrico) |
Par máximo (Nm/rpm.) | 420 |
Transmisión | |
Tipo | Automática |
Cambio | Convertidor de par 8 velocidades |
Bastidor | |
Suspensión delantera | Paralelogramo deformable/Resorte helicoidal |
Suspensión trasera | Paralelogramo deformable/Resorte helicoidal |
Frenos | |
Delanteros | Discos ventilados |
Traseros | Discos ventilados |
Dirección | Cremallera eléctrica |
Diámetro de giro (m.) | 12,05 entre paredes |
Número de vueltas de volante | – |
Neumáticos | 225/55 R17 97Y |
Llantas | 17 pulgadas |
CARROCERÍA | |
Nº de plazas | 5 |
Peso en vacío (kilos) | 1.845 |
Depósito de combustible (litros) | 46 |
Largo (mm.) | 4.936 |
Ancho (mm.) | 1.868 |
Alto (mm.) | 1.483 |
Vía delantera (mm.) | 1.604 |
Vía trasera (mm.) | 1.631 |
Distancia entre ejes | 2.975 |
Capacidad del maletero (litros) | 410 |
Prestaciones | |
Velocidad máxima (km/h.) | 235 |
Aceleración de 0 a 100 Km/h. (seg.) | 6,2 |
Consumos | |
Urbano (litros/100 km) | – |
Extraurbano (litros/100 km) | – |
Mixto (litros/100 km) | 1,9 |