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¡Le prohíben ir a la gasolinera!

Gasolinera low cost

Por todo el mundo es sabido que los latinos en general, y los españoles en particular, tenemos fama de ser unos ‘liantes’. Siempre nos las ingeniamos para buscarle tres pies al gato y salir beneficiados de cualquier situación. Y eso nos lleva a veces a ‘tirar de picaresca’ en algunas situaciones. Pues hay a quien un exceso de esta picaresca de la que te hablamos le ha salido bastante caro. Y ojo, porque el individuo del que te vamos a hablar no es ni español, ni latino. Es inglés. Tan correctos como creen ser, no deberían de echar balones fuera y de paso reconocer que entre su población también hay listillos.

El protagonista de la rocambolesca historia que te vamos a contar se llama Paul Fagg, un ciudadano británico de 60 años de edad que tiene el dudoso honor de convertirse en el primer ser humano que tiene prohibida la entrada ¡a cualquier gasolinera! De momento la prohibición, que durará dos años, se extiende al Reino Unido, aunque suponemos que los responsables correspondientes en otros países ya estarán avisados al menos de su forma de actuar. Ésta se basaba en repostar, acercarse a la caja a pagar, fingir que había olvidado la cartera, asegurar que volvería más tarde a saldar su deuda y, directamente, largarse a toda prisa. Obviamente, nunca más volvió a aparecer por las gasolineras en las que había cometido este fraude.

Al parecer, repitió la operación en 41 estaciones de servicio diferentes, lo que ha llevado al juez de turno a prohibirle la entrada en cualquiera de las más de 7.000 gasolineras existentes en el Reino Unido. Pero, ¿por qué una pena tan leve si ha llegado a robar casi 6.000 euros en combustible? Al parecer, el señor Paul Fagg padece ciertos problemas de salud, con lo que al declararse culpable del delito de robo ha podido conmutar una pena de 1 año de prisión por la prohibición que te comentamos.

Además de todo esto, se cree que el bueno de Paul no actuaba por voluntad propia, sino que estaba siendo coaccionado por alguien más para cometer este tipo de robo. Una situación que ha servido como atenuante ante la ley. En cualquier caso, estamos ante una demostración más que nos da la vida de que generalizar suele llevar al error. Es cierto que quizás los latinos, por carácter, tengamos más tendencia a ser pícaros, pero sinvergüenzas los hay en todos los lados.

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