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Llegan a España los radares gemelos: el truco para saber dónde están

Radares gemelos

En las últimas décadas, el control de la velocidad en las carreteras españolas ha ganado protagonismo debido al incremento de dispositivos tecnológicos instalados por la Dirección General de Tráfico (DGT). Entre ellos, destacan los radares gemelos, también conocidos como radares de tramo, que han transformado la forma en que se vigila la circulación en autopistas y carreteras convencionales. Este sistema tiene como principal objetivo garantizar la seguridad vial y reducir las infracciones por exceso de velocidad.

A diferencia de los radares tradicionales, que miden la velocidad de un vehículo en un punto específico, los radares de tramo miden la velocidad media en un recorrido determinado. Este método ha demostrado ser más eficaz para evitar que los conductores reduzcan la velocidad sólo al pasar por un punto fijo. Gracias al uso de cámaras con iluminación infrarroja, los radares de tramo funcionan durante la noche, en días lluviosos, con niebla e incluso cuando está nevando.

Así funcionan los radares gemelos

Los radares gemelos, o de tramo, son un sistema compuesto por dos cámaras situadas en puntos estratégicos de una carretera, separadas por varios kilómetros. Estas cámaras están sincronizadas a través de tecnología satelital y funcionan de manera conjunta para calcular la velocidad media de los vehículos que circulan entre ambos puntos.

Al pasar un coche por la primera cámara, ésta registra la hora exacta y la matrícula; al llegar a la segunda cámara, se vuelve a registrar la hora. Con estos datos, un sistema computarizado determina el tiempo que ha tardado en recorrer el tramo y calcula la velocidad media.

El procedimiento para imponer una sanción mediante un radar de tramo, cuyo margen de error es de apenas un 1%, es sencillo pero efectivo. Cuando un vehículo supera el límite de velocidad permitido en el tramo monitoreado, el sistema registra automáticamente una infracción. La información registrada incluye la matrícula del coche, la velocidad media registrada y, en algunos casos, una imagen del vehículo como prueba adicional.

Una vez se procesan los datos, se tramita la multa correspondiente. Según la Ley de Tráfico, las sanciones pueden variar desde los 100 euros, en casos leves, hasta los 600 euros y la pérdida de puntos del carnet de conducir, en infracciones más graves.

El uso de radares de tramo presenta diversas ventajas en comparación con los radares fijos o móviles. Por un lado, permiten controlar la velocidad de manera más efectiva, evitando que los conductores reduzcan la velocidad sólo en puntos concretos para evitar una multa.

Sin embargo, también tienen una serie de inconvenientes. Un aspecto a tener en cuenta es la dificultad de instalarlos en carreteras con múltiples entradas y salidas, ya que esto podría afectar la precisión de las mediciones.

Ubicación

Los radares de tramo se encuentran distribuidos a lo largo de las principales vías de España, como autopistas, autovías y carreteras convencionales. Estos dispositivos se suelen instalar en lugares estratégicos donde se ha identificado un riesgo elevado de accidentes o donde es necesario garantizar una velocidad constante, como túneles o tramos con curvas peligrosas.

En la Comunidad de Madrid, uno de los puntos más conocidos es la AP-6, a la altura del kilómetro 49, así como en la A-4, a la altura del kilómetro 46.  En Castilla y León, destaca el radar de tramo más largo del país, situado en la carretera CL-615, en Palencia. Este tramo cubre una extensión de 23 kilómetros.

En Galicia, los radares de tramo están presentes en carreteras como la AP-9, a la altura de Santiago de Compostela, y en la N-550, que conecta puntos clave como Vigo y La Coruña. Estos dispositivos son esenciales para controlar la velocidad en tramos sinuosos y con condiciones climáticas adversas.

En Canarias, destacan los radares instalados en la TF-5, entre La Laguna y Santa Cruz de Tenerife. En Gran Canaria, se han instalado en la GC-3, cerca de Las Palmas, y en la GC-4, que conecta con la zona norte. Estos radares ayudan a controlar el exceso de velocidad en carreteras muy transitadas.

En Andalucía, los radares de tramo están presentes en carreteras de gran afluencia, como la A-7 y la A-45. Por ejemplo, en Málaga, estos dispositivos se encuentran en tramos críticos debido a la alta densidad de tráfico y el riesgo de accidentes. En Cádiz, los radares se sitúan en la CA-33 y la CA-35.

En Cataluña, en la C-16, a la altura del túnel del Cadí, se encuentra un radar que controla un tramo de aproximadamente 12 kilómetros. En la AP-7, cerca de Girona, hay otro radar de tramo que supervisa una sección clave por el intenso tráfico hacia la frontera con Francia.

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