Italdesign GTZero, fuera de lo común
Extraño, original, llamativo… todos los adjetivos que se te puedan ocurrir dentro de esta línea pueden servir para describir el nuevo Italdesign GTZero, el vehículo que ha desvelado durante el Salón de Ginebra Italdesign Giugiaro, el equipo de diseño del grupo Volkswagen.
Como puedes ver en las imágenes, el Italdesign GTZero es una mezcla de modernidad y clasicismo. Son bastantes los guiños al pasado que se hacen. Los propios diseñadores de este espectacular vehículo han reconocido influencias de modelos como el Alfa Romeo Scighera de 1997, el Daewoo Bucrane de 1995 o el Bizzarrini Manta de 1968.
El Italdesign GTZero es uno de los coches más especiales de cuantos se han presentado en el reciente Salón de Ginebra. De hecho, este prototipo es considerado por sus creadores como una escultura en movimiento. Ni si quiera el hecho de saber que nunca lo llegaremos a ver a la venta le resta un ápice de interés. Pero es que no es nada habitual ver las formas que presenta este vehículo, con un parabrisas de forma hexagonal o con un hueco de acceso al maletero de semejantes dimensiones.
Su espíritu conceptual no impide que el Italdesign GTZero sea una auténtica joya a nivel mecánico. Pero una joya totalmente realista. El chasis monocasco de fibra de carbono con el que cuenta el coche encierra tres motores eléctricos, dos de ellos situados en el eje delantero y el tercero en el trasero. Los tres son capaces de generar una potencia máxima de 483 CV, logrando alcanzar una velocidad punta de 250 km/h. Si hablamos de autonomía, puede llegar a recorrer hasta 500 kilómetros sin recargarse, aunque las baterías pueden volver a adquirir el 80% de su capacidad en tan solo media hora.
Sabemos también que el comportamiento dinámico del Italdesign GTZero sería una auténtica delicia, especialmente por la presencia de cuatro ruedas directrices, lo que siempre aporta un plus de agilidad y aplomo a poco que el sistema esté bien estudiado.
Otro de los puntos que merece comentar de este Italdesign GTZero es el interior, cuyo minimalista diseño es la clave. De hecho, no posee ningún botón físico más allá del que acciona el freno de mano. Todas y cada una de las funciones se controlan a través de una pantalla táctil de grandes dimensiones. No será la única presente en el habitáculo, disponiendo de otra el conductor para recibir los datos más interesantes en lo que a conducción se refiere. Destacan a su vez los asientos de cuero y un salpicadero con detalles en carbono y aluminio.