La Guardia Civil reconoce que actúa con afán recaudatorio
Todos los conductores tenemos la sensación de que muchas veces la Guardia Civil actúa con afán recaudatorio. Hasta aquí nada nuevo. Pero cuando esta sospecha llega desde el propio organismo sancionador, es que algo pasa. La polémica nace concretamente de la UGC, siglas con las que se conoce a la Unión de Guardias Civiles, que afirman que las costumbres con las que actúan las autoridades son, cuanto menos, criticables.
Que se hable de este tema precisamente ahora tiene su razón en el aumento de víctimas mortales durante la operación especial de verano respecto al año pasado. Los fallecidos durante los meses de julio y agosto de este año han sido un 2% más que en 2014. Esto ha bastado para que la UGC califique el operativo montado con un ‘suspenso mayúsculo’.
En la web de la UGC se podía leer hace bien poco el siguiente titular: ‘La DGT camufla la realidad’. Un duro golpe al mentón de unas autoridades que viven siempre con la sombra de la duda por sus métodos a la hora de ‘velar por nuestra seguridad’. De hecho, la UGC se queja por escrito de lo que ellos consideran como un pésimo trabajo durante este verano.
¿Cuáles son los puntos que principalmente critica la UGC? Se duda desde este organismo de los masivos controles de alcoholemia, drogas y velocidad realizados, así como de los muchos operativos estáticos de varias horas de duración que se han llevado a cabo. Ambos puntos han provocado el desplazamiento de muchas patrullas inicialmente situadas en las carreteras secundarias hasta estos puntos, haciendo primar los seguros beneficios económicos que acaban reportando estas acciones sobre la vigilancia y la prevención de accidentes en las vías donde más se producen. Ésta es una de las razones por las que el número de muertos ha crecido este año.
No obstante, como siempre sucede los números acabarán diciendo lo que quiera que digan aquel que los facilite. Seguro que las estadísticas de la DGT hablan de la eficacia de los controles realizados en todos los ámbitos, pasando por alto las deficiencias que denuncia la UGC. Si esto es así -y cuando lo dicen los propios Guardias Civiles casi podemos afirmarlo-, estamos viviendo bajo una normativa que jamás podrá funcionar como debe, ya que los que han de hacer caso de ella, directamente no la creen.
