Cómo evitar averías en verano
Por suerte para ellos son muchos los que ya disfrutan de sus vacaciones de verano, y otros están cada vez más cerca de hacerlo. Así que hoy venimos a recordarte algo importante si eres de aquellos que apenas se acuerdan del mantenimiento de su coche hasta que tiene que recorrer largas distancias en verano.
Estamos ante la época perfecta para sufrir averías en el coche. No es agradable decirlo, pero una cifra importante de conductores tendrá que recurrir a la grúa esta época estival después de que su coche le haya dejado tirado. En tu mano está evitar ser uno de ellos, tan solo basta con seguir algunos de estos consejos.
Tus neumáticos, siempre a punto
Como podrás comprobar más adelante, la mayoría de averías en verano están causadas por el calor. Conducir largas distancias a temperaturas cercanas a los 40º hace que los distintos componentes de nuestro coche sufran más de lo normal y nos puedan dar un disgusto si no se encuentran a punto.
Uno de ellos son los neumáticos. Esos grandes olvidados que solo nos acordamos de revisar y sustituir cuando observamos que su dibujo se ha desgastado. Pero también es necesario revisar su edad. Unos neumáticos con más de cinco años corren más riesgo de sufrir un reventón, y más aún con las elevadísimas temperaturas que alcanza el asfalto en esta época.
Revisar el nivel de líquidos
Nos referimos especialmente al aceite y al líquido refrigerante, dos fluidos que mal mantenidos causan buena parte de las averías. Un aceite en buen estado es fundamental en verano, ya que durante el trayecto alcanzará temperaturas muy altas y debe tener buena calidad para no dañar los distintos componentes. El líquido refrigerante también es fundamental para mantener una temperatura adecuada en el motor.
Por lo general se recomienda no circular con el mismo aceite más de 20.000 kilómetros y sustituir el líquido refrigerante cada dos años. Aún así, lo mejor es que eches un vistazo al libro de mantemiento de tu coche.
El turbo, muchas veces olvidado
Los turbos cada vez más evolucionados de los coches actuales son también cada vez más caros. Sustituir este elemento de nuestro vehículo puede tener un coste de alrededor de 1.000 euros. En nuestra mano está evitar que nos de problemas este verano.
Recuerda no apagar el motor de tu coche inmediatamente al llegar a una gasolinera o al destino de tu viaje. Venimos de realizar muchos kilómetros y la temperatura del turbo es muy alta. Si paramos de golpe, el aceite que lubrica el circuito se carboniza, con el consiguiente riesgo de avería. Lo mejor es dejar el coche encendido un par de minutos para enfriar el turbo.
Cuidado con los frenos
Verano, viajes en familia y el coche cargado hasta arriba. En esta situación los frenos de nuestro automóvil necesitan hacer un mayor esfuerzo en cada detención. Es importante que tengas en buen estado las pastillas, pero también lo es que seas consciente de la temperatura que alcanzan los discos en esta época. Intenta así no lavar el coche en una gasolinera tras realizar muchos kilómetros, ya que el agua fría al contacto con los discos puede hacer que estos se doblen, causando un problema de frenado a posteriori.