Dime el color de tu coche y te diré lo inteligente que eres: la confirmación de los psicólogos
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Vivimos en un mundo donde las apariencias importan más de lo que a veces nos gustaría admitir. Desde la ropa que usamos hasta el fondo que elegimos para nuestras videollamadas, todo parece decir algo sobre quiénes somos. Pero, ¿y el color del coche que conducimos? Aunque muchos podríamos pensar que es simplemente cuestión de gustos, disponibilidad en el concesionario o incluso precio, una tendencia que ha cobrado fuerza en redes sociales plantea otra hipótesis: el color de tu vehículo podría estar relacionado con tu nivel de inteligencia. ¿Demasiado descabellado? Tal vez. Pero lo cierto es que el tema ha despertado la curiosidad de miles de personas.
Todo comenzó con un vídeo viral publicado en TikTok por los creadores de contenido «40andaya». En tono ligero y divertido, comentan un supuesto estudio que relaciona ciertos colores de coche con puntuaciones más bajas en pruebas de inteligencia. La propuesta es, cuanto menos, provocadora: ¿puede un simple color ser un reflejo de algo tan complejo como el coeficiente intelectual? El debate está servido.
¿Qué revela el color de tu coche sobre ti?
El clip en cuestión se viralizó rápidamente, acumulando miles de «me gusta» y comentarios. En él, los «40andaya» enumeran tres colores que, según el estudio que mencionan, estarían relacionados con niveles más bajos de CI: gris, amarillo y marrón. Uno de los protagonistas, entre carcajadas, admite que su coche es gris, lo que añade un toque de humor y autenticidad al asunto. Pero, ¿hay algo de verdad detrás de esta afirmación?
Las redes, como es habitual, se llenaron de opiniones divididas. Algunos lo tomaron como una broma sin mayor trascendencia. Otros, sin embargo, comenzaron a debatir en serio sobre si las decisiones estéticas, como el color del coche, podrían tener alguna relación con rasgos de nuestra personalidad o incluso con nuestras capacidades intelectuales. La conversación rápidamente pasó de la anécdota a la introspección.
Antes de que cunda el pánico entre conductores de coches grises, amarillos o marrones, merece la pena aclarar algo: no existe una investigación científica concluyente que establezca un vínculo directo entre el color del coche y el coeficiente intelectual de su propietario. Es decir, ningún estudio serio ha afirmado que un tono específico en tu vehículo haga que tu CI suba o baje. La inteligencia es un rasgo complejo que depende de múltiples factores, tanto biológicos como sociales y educativos.
Lo que sí existe es una rama de estudio dentro de la psicología y la sociología que se ha dedicado a analizar cómo nuestras elecciones estéticas (como el color de un coche, la ropa o la decoración del hogar) pueden reflejar ciertos aspectos de nuestra personalidad, nuestras emociones e incluso nuestros patrones de comportamiento. Esto se conoce como psicología del color y, aunque no es una ciencia exacta, sí ofrece algunas pistas interesantes.
El lenguaje oculto del color
Cada color lleva consigo una carga simbólica y emocional. El rojo, por ejemplo, suele asociarse con la pasión, la energía y el liderazgo. No es casualidad que muchos coches deportivos luzcan este tono. El negro, por otro lado, transmite elegancia, poder y sofisticación. Es un color frecuente en autos de alta gama o de carácter ejecutivo. El blanco habla de limpieza, orden y modernidad, mientras que los tonos metálicos como el plata o el gris pueden reflejar neutralidad, sobriedad y un enfoque más práctico.
Entonces, ¿qué hay del gris, ese color que fue señalado en el video como uno de los «menos inteligentes»? Desde el punto de vista psicológico, el gris se asocia con la prudencia, la lógica y el deseo de pasar desapercibido. Lejos de ser un signo de poca inteligencia, podría hablar más bien de alguien que valora la estabilidad, que evita los riesgos innecesarios y que prefiere la funcionalidad a la ostentación. ¿Y el marrón? Puede ser percibido como un color cálido y natural, pero también tradicional y conservador. En cuanto al amarillo, a menudo se vincula con el optimismo, la creatividad y la impulsividad.
Sin embargo, las decisiones de compra muchas veces responden más a factores económicos, prácticos o de disponibilidad que a intenciones simbólicas. Tal vez compraste un coche gris porque era el que estaba en promoción. O tal vez elegiste uno amarillo porque querías algo diferente y había pocas unidades disponibles. La personalidad puede influir en nuestras elecciones, pero no siempre es la única guía. Además, muchos colores también están condicionados por las modas del momento.
No es lo mismo comprar un coche rojo en 2005 que hacerlo en 2025. Las tendencias cambian y lo que ayer parecía llamativo, hoy puede verse anticuado. Las marcas también influencian estas percepciones: un coche negro de una marca de lujo no transmite lo mismo que uno negro de una marca más económica, aunque el color sea idéntico.
Más allá de los colores, lo interesante del debate es que refleja una necesidad humana muy básica: la de encontrar sentido en todo lo que hacemos. Nos gusta creer que nuestras decisiones comunican algo, que dicen quiénes somos o cómo pensamos.