Cupra pide a España que vote no a los aranceles a China para evitar una crisis de producción en Martorell
Con las trabas en el proyecto del Tavascan, la firma tendría que reducir el ensamblaje de coches de combustión
Cupra ha solicitado formalmente al Gobierno de Pedro Sánchez un cambio en el posicionamiento sobre los aranceles a China para que vote no a la imposición de nuevas tasas al envío de coches procedentes del país asiático el próximo mes de noviembre. Esta petición llega tras conocerse que Bruselas gravará la importación del Cupra Tavascan, producido en la planta que tiene el Grupo Volkswagen en Anhui, con tasas del 28%, lo que supone un encarecimiento de 10.000 euros por vehículo en la factura final y pone en riesgo el futuro de la firma con una crisis de producción en la factoría de Martorell.
Así lo han confirmado fuentes cercanas a la negociación, en conversaciones con este diario, que han señalado que altos directivos de la firma del Grupo Volkswagen en España han iniciado contactos formales con el Ejecutivo socialista para que se posicione en contra de los aranceles a la importación de coches 100% eléctricos a Europa o bien presione en Bruselas para que la Comisión Europea (CE) rebaje estas tasas del 28% al 0% para el Cupra Tavascan, ya que se trata de un modelo diseñado en Barcelona y con tecnología alemana procedente de Wolfsburg.
«No sólo el proyecto del Cupra Tavascan corre peligro, nuestra empresa también, ya que se trata de un coche muy importante para que podamos cumplir con los objetivos de CO2 y espero contar con el apoyo del Gobierno de España para un cambio de posición en Bruselas sobre las tasas», señaló Wayne Griffiths, CEO de Cupra.
Los aranceles que ha impuesto Bruselas al envío de coches producidos en China afectan al Cupra Tasvascan. Este modelo se produce en el país a través de una empresa conjunta entre Volkswagen y Anhui Jianghuai Automobile Group (JAC), del que se espera que sea una de las palancas para la electrificación de la compañía y que ahora se pone en juego por las nuevas tasas de Bruselas.
Inicialmente, la CE gravó al coche con una tasa del 38% por cada coche enviado al Viejo Continente. Tras entregar nueva documentación ha pasado al 28%, lo que supone sumar 10.000 euros más al precio del coche, teniendo en cuenta que su precio de partida se sitúa entre los 50.000 euros. Unas cifras que obligarían a Cupra a vender su próximo modelo eléctrico 100% a pérdidas.
Los aranceles a Cupra llegan a Martorell
Unas tasas que tendrían un efecto boomerang en la planta de la firma en Martorell. Con un 28% de arancel, Cupra se vería obligado a reducir los envíos del Tavascan a los distintos mercados europeos por el sobrecoste que estos suponen, lo que comprometería el cumplimiento de los objetivos de C02, también, impuesto por Bruselas. ¿La solución? Reducir las ventas en Europa de los coches de combustión para compensar la falta de eléctricos en las matriculaciones en el Viejo Continente.
Un ajuste en las ventas de los motores 100% eléctricos que afectaría a la producción de Martorell ante la paralización de las ventas de los modelos de diesel y gasolina para que las cuentas de las emisiones de la marca salgan y evitar las multas de la CE. Por el momento, y a la espera de la decisión definitiva de Bruselas, se desconoce cuál será el número de ensamblajes afectados en la planta catalana, que también amenaza con afectar al empleo.