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5 claves para que tu estado de ánimo no provoque un accidente de coche

Estado de animo accidente
Nuestro estado de ánimo puede causar distracciones al volante, que son una de las causas más comunes a la hora de sufrir un accidente en la carretera.

La velocidad, el estado de las carreteras… Muchas son las causas a las que achacamos un accidente de tráfico. Sin embargo, hay una que supera con creces a todas las que generalmente tenemos en mente, y precisamente es una que podemos controlar nosotros. La atención. Distraerse al volante es el peor pecado que se puede cometer, ya que puede derivar en un accidente. Y no hablamos de coger el móvil o algo así, sino de, por ejemplo, ponerse a pensar en otras cosas.

Muchas veces nuestro propio estado de ánimo es el que nos distrae. Puede que hayamos tenido una discusión en el trabajo o en casa que ocupe nuestra mente. O, simplemente, que no tengamos un buen día. Sea cual sea la razón, debemos apartarla de nuestros pensamientos si conducimos. Solamente así pondremos todo de nuestra parte en lo que a seguridad se refiere. Para ello, vamos a darte cinco rápidos consejos de cara a mejorar nuestro desempeño al volante y poder evitar un accidente:

Conoce tu estado

No dejar que nos afecte nuestra vida al volante no es sencillo. Una discusión, una mala noticia o una alegría puede hacer que conduzcamos pensando en las musarañas, como se suele decir. Es recomendable dedicar unos minutos a concentrarnos en la tarea de conducir. De camino al coche mentalízate que solamente cuentan el volante y lo que suceda a tu alrededor.

Planifica tu ruta

Aunque sea un camino conocido el que vas a hacer, conviene repasarlo mentalmente justo antes de afrontarlo. Está demostrado que así iremos más atentos durante los kilómetros que tengamos que recorrer.

Ojo con el piloto automático

La gran mayoría de nosotros tiene una serie de caminos que el coche incluso podría recorrer solo de la cantidad de veces que los completamos en nuestra vida. El trayecto al trabajo, a casa de nuestros padres… No olvidemos que estos desplazamientos entrañan los mismos peligros que uno no habitual, con lo que no hay que caer en la tentación de bajar la guardia.

La conducción defensiva, nuestra aliada

La carretera no es un circuito, y no nos van a dar un trofeo por adelantar al coche que tenemos delante ni nada por el estilo. Te recomendamos practicar una conducción defensiva, de tal manera que puedas anticiparte a los contratiempos. Prueba, porque además verás como tu estrés al volante, uno de nuestros grandes problemas, se reduce.

Respeta los límites de velocidad

Al hilo con lo anterior, también te pedimos encarecidamente que respetes los límites de velocidad. Puede ser la diferencia entre un susto y una tragedia. Además, si lo compruebas un día, verás como 30 km/h arriba o abajo no te van a suponer más de unos míseros minutos a la hora de llegar a tu destino. Merece la pena, creednos.

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