Los aranceles de Trump golpean al automóvil en EEUU: las rutas de comercio marítimas caen un 70%
Estados Unidos aplica una tasa del 25% a los automóviles importados

Los envíos de coches a Estados Unidos se hunde por los aranceles de Donald Trump. Estados Unidos aplica una tasa del 25% a los automóviles importados no fabricados en el país con el objetivo de proteger a la industria automotriz nacional y fomentar la producción local. Lejos de ello, las medidas comerciales de La Casa Blanca están afectando a la economía más grande del mundo con un desplome, sin precedentes, del volumen de automóviles enviados a través de rutas marítimas.
Según los datos a los que ha tenido acceso este diario, los automóviles enviados a Estados Unidos a través de rutas marítimas se ha reducido un 70% desde la puesta en marcha de los gravámenes. Unas cifras que se deben a la paralización de los pedidos de los fabricantes automovilísticos en los puertos de destino a la espera de conocer el porcentaje definitivo de las tasas y realizar un estudio de rentabilidad sobre la comercialización de los modelos en el mercado.
Una medida que no ha afectado a las fábricas de coches con producción en España, ya que ninguna de ellas envían coches a Estados Unidos tras el fin de la producción de Ford en Almusafes de las Ford Tourneo y Ford Transit Connect.
Los aranceles de Trump a los coches
Marcas como Audi, Volkswagen, Jaguar, Land Rover, Nissan, Rolex o Stellantis han paralizado el envío de coches a Estados Unidos por los efectos derivados de los aranceles, en el marco de la guerra comercial, ya que, a pesar de que tienen fábricas en el país hay modelos procedentes de otras instalaciones como México, Canadá, Alemania o China que se ven afectados por las tasas de La Casa Blanca.
Unas tasas que no sólo han provocado la cancelación de envíos a la economía más grande del mundo, sino que también amenaza con la eliminación de algunos modelos del mercado por la desaparición de la rentabilidad. Esto es, aquellos que se produzcan fuera de Estados Unidos y que tengan un tamaño entre el segmento A y el segmento B por su bajo precio y su escasa rentabilidad para las automovilísticas, como es el caso del Volvo EX30, que se produce en Bélgica.
La caída de los envíos y la desaparición de los modelos más económicos del mercado amenaza con provocar un aumento de los precios de los coches en Estados Unidos.
Escasez de componentes
Además de a los fabricantes automovilísticos, las tasas de la Casa Blanca también están afectando a los proveedores industriales en las factorías, que, con los gravámenes al acero de Trump, han dejado de enviar piezas a las fábricas de coches provocando interrupciones en las cadenas de suministro con paradas en las líneas de producción.