Las exigencias de Sara Carbonero
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Un año del “sí, quiero” de Sara Carbonero e Iker Casillas
El pasado 8 de marzo, Sara Carbonero (33) se vio obligada a cancelar uno de sus últimos compromisos profesionales. Un día antes, el abuelo de Iker Casillas (35) fallecía en Ávila a los 95 años de edad y para arropar a su marido en tan doloroso trance, la periodista informaba de que debía anular su cita publicitaria con una firma de cremas solares.
Este jueves, tres semanas después del suceso, la manchega va a cumplir con su compromiso en Madrid. Y, como suele ser habitual, atenderá a los medios de comunicación acreditados para hablar de las ventajas del producto que promociona, pero también de algunos aspectos de su vida privada. Los profesionales que se han citado con ella ya han cumplido con los requisitos de la joven: enviar por escrito qué preguntas quieren hacerle.
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El afán controlador de Sara Carbonero llega hasta este punto. Desde que se convirtió en reclamo de los medios y personaje del ‘cuore’, exige a los periodistas que quieran acudir a sus presentaciones que envíen las cuestiones que quieren formularle para evitar imprevistos. Nunca veta ninguna pregunta, eso es cierto, pero cuando se trata de entrevistas ‘one to one’ -solo con un medio concreto- prefiere tener controlado sobre qué y sobre quién van a hablar los que, hay que recordar, son sus compañeros de profesión.
Un procedimiento que no lleva a cabo ningún otro personaje público
Este procedimiento no se lleva a cabo actualmente con ningún otro personaje público. Sobre todo porque no tiene mucho sentido debido a que las entrevistas terminan derivando en conversaciones espontáneas donde los periodistas improvisan las preguntas. Unas satisfacen al entrevistado y otras, como es lógico, no.
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Fruto de esa espontaneidad, lo habitual es que, muchas de las preguntas que se formulan en los encuentros de Sara con la prensa, no estén en la lista previa que han pedido sus representantes. La mujer de Iker Casillas lo entiende como parte de su trabajo y, pese al control que intenta ejercer antes de sus actos publicitarios, lo cierto es que acepta que alguna cuestión incómoda se cuele en las entrevistas.
Este actitud de la periodista ha sido, más de una vez, comentada entre los profesionales de la prensa del corazón. No entienden que una compañera pida las preguntas antes de ser entrevistada, sobre todo, si después está dispuesta a responder a todo lo que se le pregunta. Hasta para eso, Sara es única.