REPASA SU VIDA

Melanie Griffith, sobre Antonio Banderas: «Me sentí atrapada durante el matrimonio»

Melanie Griffith
Melanie Griffith en imagen de archivo / Gtres
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Ha sido imprescindible el trascurso del tiempo para que la actriz Melanie Griffith pueda hablar sin rencor ni pudor sobre las heridas del pasado, como su intensa relación con Antonio Banderas y su seria adicción al alcohol. La intérprete estadounidense ha asegurado que los hombres han dejado una imborrable huella en ella y que su vínculo con ellos la ha convertido en una persona reticente y desconfiada a priori. En concreto, en su historia de amor con el malagueño Antonio Banderas -del que se separó en 2014- confiesa haberse sentido atascada: «Parte de la razón por la que mi matrimonio terminó es porque personalmente me quedé atrapada. No dejaré que eso vuelva a suceder, quiero disfrutar de la vida, quiero poder hacer lo que quiera».

Tras un tiempo manteniendo una relación volcánica, las aguas se han calmado y ambos han reconducido su separación hacia la cordialidad. Hace unos días, en ‘El árbol de tu vida’, Antonio Banderas reconoció la «excelente» relación que mantiene con su exmujer. Esta buena sintonía no ha impedido, eso sí, que la actriz se borre el tatuaje de su brazo con mensaje de amor hacia Banderas.

Melanie Griffith

Melanie junto a Antonio Banderas en la Semana Santa antes de separarse / Gtres

Actualmente, Griffith, de 59 años, lleva una vida tranquila, marcada por las rutinas domésticas y sin ningún interés por el género masculino: «Soy tímida con los hombres ahora, muy reticente. No he conocido a nadie en los casi dos años que llevo divorciada de Banderas». Se encuentra feliz sola, pese a los intentos baldíos de su amiga Kris Jenner por presentarle a «hombres interesantes», tal y como ha asegurado en la revista PORTER.

Melanie ha sucumbido a los encantos de la cirugía estética en más de una ocasión, tanto que incluso confiesa que llegó a obsesionarse en exceso y tuvo que ponerse en manos de profesionales: «No era consciente hasta que me lo dijo la gente. Tuve que ir a un cirujano especializado para deshacer muchas operaciones». Esto se ha debido a su odio por el proceso de envejecimiento.

Por otra parte, en 1988 tuvo que ingresar para tratar su adicción al alcohol cuando su primer hijo tenía solo tres años: «Yo era una madre funcional, no era como un borracho tirado en el suelo, destaca Griffith. No hice cosas que debería haber hecho, pero siempre estuve atenta a mis hijos».

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