Jorge Javier Vázquez, al límite y a punto de dejarlo todo
Agotado, triste, desencantado y hundido; adjetivos que definen cómo se ha sentido Jorge Javier Vázquez durante los últimos años. El presentador más mediático del corazón ha desvelado que ha sufrido un durísimo proceso depresivo que le ha sumido en el peor momento de su vida y ha querido contarlo en las páginas de la revista ‘Lecturas’. El barcelonés comparte la encrucijada y el laberinto sin salida en el que se convirtió su día a día y cómo perdió el interés y las ganas por todo.
Así lo define él mismo: «Ha sido una especie de desencanto vital. He estado hundido. Tenía la sensación de que todo iba tocando a su fin, que ya había conseguido todo lo que podía conseguir y que no podía esperar nada más de la vida». Algo que consiguió quitarle el sueño: «Las noches eran terribles. Comencé a dejar de dormir bien a raíz de la redacción de mi primera novela. Me despertaba cada hora. De eso hace ya 5 años…». Jorge Javier reconoce que la idea de la muerte le atormentaba y no le dejaba conciliar el sueño.
Jorge Javier: «Sentí que no podía esperar más de la vida. Me despertaba cada hora»
Ni psicólogos ni libros de autoayuda, ni tan siquiera medicación específica, lograron que Jorge Javier elevase su estado de ánimo y recuperase la felicidad. Empezó por sentirse cansado físicamente y lo aludió al paso de la edad y a su cercanía al medio siglo, pero nada más lejos de la realidad, su depresión estaba arraigada dentro de él: «Comía bien y hacía ejercicio cinco veces a la semana y aún así sentía un cansancio físico tremendo. Por la noche me costaba hasta subir las escaleras para ir a mi habitación». Lo que jamás pasó por su cabeza fue la idea de suicidarse: «No, nunca, pero me producía mucha tristeza pensar que lo que me quedaba iba a vivirlo con desasosiego y falta de ilusión».
Quizá su guerra fría con los responsables de la Fabrica de la Tele haya hecho mella en su estado de ánimo, pero Jorge Javier confiesa no haberse sentido decepcionado por nadie en este tiempo y quiere dejar claro que no ha sufrido depresión sino «un fuerte proceso depresivo». Una evolución que a día de hoy marcha encaminada, después de realizarse un chequeo exhaustivo y de someterse a un estudio detallado del sueño: «Ahora duermo seis horas seguidas y es como un milagro. Estoy tomando suplementos vitamínicos y testosterona, porque tenía los niveles de esa hormona muy bajos (…) Afortunadamente he dejado atrás todo un proceso que poco a poco se estaba cargando mi vida, he recuperado el tono vital».