Isabel Pantoja: se agrava su situación en los juzgados
Empeoran los problemas judiciales de Isabel Pantoja. Si este martes Look adelantaba que la cantante se enfrentaba a una querella por estafa, nuevos datos apuntan a una realidad más complicada.
“Isabel Pantoja no sólo está imputada por un presunto delito de estafa, sino que le acusan de tres delitos más”. No podía creer lo que mi fuente me aseguraba. El nuevo procedimiento penal, que adelantó Look este martes, y que complica aún más el presente y el futuro de la artista, inmersa en un cisma familiar que no parece tener fin, se agravaba. La constructora cordobesa Hormofer S.L. interpuso una querella en el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Marbella en el año 2017, contra Isabel Pantoja y Codabe S.L., por estafa, alzamiento de bienes, apropiación indebida e insolvencia punible.
Confirmado el dato con la defensa de Pantoja en esta nueva imputación penal, desconocida hasta ahora, me insiste en que la artista “no participó en los hechos que se describen en la querella de ninguna manera”. Así se lo ha detallado al juez en un escrito de recurso en el que explica que “como es público y notorio por su condición profesional, Dña María Isabel Pantoja Martín estaba ingresada en centro penitenciario”. Efectivamente, en marzo de 2015 la cantante se encontraba cumpliendo condena de 2 años en la prisión de mujeres de Alcalá de Guaira (Sevilla) por el caso Blanqueo, por lo que “era imposible”, tal y como argumenta el letrado, que pudiera estar físicamente en la transacción y firma de documentos causante del litigio. Eso es cristalino: ella no pudo estar en la notaría el día de autos. Muchos compañeros de profesión y hasta yo misma podríamos dar fe de ello. Seguimos día a día la información durante el juicio por blanqueo de capitales en la Audiencia de Málaga y su posterior ingreso en el centro penitenciario sevillano.
La venta de su chalé marbellí “Mi Gitana” y una deuda de 2004 contraída con la constructora malagueña Codabe s.l, sin saldar debidamente en el momento de la transacción del inmueble, es el origen de esta querella que pone a Isabel Pantoja de nuevo en aprietos judiciales. Para vender la vivienda, Pantoja debía dejarla libre de cargas, lógicamente. Llegan entonces a una serie de acuerdos extrajudiciales para saldar todas las deudas y embargos con los acreedores. Y aquí es donde se comete el error. En lugar de pagar a Hormofer, empresa ya titular del embargo que Codabe había trabado en el chalé de la cantante, se paga a Codabe. Se extiende un cheque bancario nominativo por valor de 62. 759 euros, una vez negociada la quita (la cantidad inicial era de 87.775 euros) que cobra el abogado de Codabe y aquí paz y… después querella.
No se respetó el derecho preferente que tenía el verdadero acreedor (Hormofer) sobre (Codabe), pero la cuestión es que Isabel Pantoja estaba en otra. Ni vendió, ni llegó a los acuerdos extrajudiciales con los acreedores, quitas incluidas, ni firmó cheques, ni la escritura redactada conforme a la minuta de los abogados intervinientes. ¿Qué ocurrió entonces? Según datos que he podido confirmar, fue su hermano Agustín quien, apoderado debidamente por la propia Isabel como administradora de Panriver 56, cierra la venta del inmueble y firma el resto de los documentos. La artista, sin embargo, ni siquiera pudo ser consciente de los hechos que se relatan y de los negocios que se estaban llevando a cabo por sus apoderados en torno a la empresa de la que era administradora, Panriver56, según su defensa. Entramos en bucle.
Poca broma que la Pantoja investigada es Isabel. Ahora bien, será el juez quien decida si tiene responsabilidad o no; si en caso de que la tenga no sería penal, sólo civil; si llaman a declarar a su hermano, tal vez. Una llamada interesante me da la clave: el derecho preferente de Hormofer no se inscribió debidamente en el registro y, desde luego favorece a Isabel, pero ¿conocían los Pantoja o sus asesores por algún otro medio que con quien tenían que saldar la deuda era con esa constructora en lugar de con Codabe, a quien finalmente pagaron? Entonces la voz al otro lado del teléfono me regala el dato: “sí, existe una notificación vía representación procesal a Panriver 56”. No puedo imaginar cómo es posible. Si se lo notificaron, entonces lo sabían. ¿Omisión, olvido?
El juez resolverá y tiene la ultima palabra, por supuesto, pero 3 cosas se me antojan meridianas: quien cobró a sabiendas de que la deuda ya no era suya y aceptó el cheque, actuó de mala fe (Codabe); en la parte Pantoja alguien no hizo las cosas bien y tercero, que Isabel es la mayor perjudicada