Los encuentros secretos con Ivonne que Pepe Navarro negó
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Sorprendente giro en la historia de Pepe Navarro e Ivonne Reyes
Él los negó rotundamente y después tuvo que rectificar ante la evidencia. Durante dos años seguidos Pepe Navarro e Ivonne Reyes mantuvieron encuentros secretos mientras duró su relación sentimental. El periodista prefirió negar la mayor cuando, años más tarde, la venezolana presentó una demanda de paternidad en la que aseguraba haber mantenido una relación sentimental y sexual.
Sus citas no podían ser de otra manera que reservadas, dado el compromiso del presentador con su pareja de entonces y madre de sus dos hijos mayores, Eva Zaldivar, con la que convivía. Fueron secretas y continuadas entre los años 1995 y 1997, según siempre ha asegurado Ivonne. En aquellos años, ambos coincidieron en la segunda temporada del concurso televisivo ‘El Juego de la Oca’. Después la relación se interrumpió, pero la retomaron en el verano de 1999, cuando disfrutaron de varios encuentros más, fecha en la que Ivonne quedó embarazada, según ella misma ha narrado.
El propio Navarro tuvo que reconocer después, durante el interrogatorio del juicio de paternidad, celebrado en junio de 2010, que sí había mantenido relaciones con ella. El juez descubrió varias contradicciones -Ivonne también equivocó inicialmente los años de la relación- y así se lo recriminó en la sentencia: “Don José Navarro incurre en una contradicción pues, pese haber negado en la contestación todo tipo de relación con la actora, salvo haber sido compañeros de trabajo unos meses en 1995, admite en la prueba de interrogatorio que entre 1995 y 1997 tuvieron una relación sentimental con reiteradas relaciones sexuales en casa de ella”.
Navarro reconoció finalmente en el juicio esos encuentros, pese a que quiso quitarles importancia al relacionarlos con las salidas que después de las grabaciones realizaba con un grupo de compañeros del equipo del programa. Ante la evidencia de algunas fotografías en las que aparecía con la venezolana saliendo de un restaurante en Madrid, coincidiendo con las fechas que Ivonne relataba, el fiscal le insistió y volvió a preguntar: “En la contestación a la demanda niega que haya existido una relación sentimental con doña Ivonne Reyes, sin embargo, hoy ha reconocido que al menos, en el año 95, tuvo usted relaciones sexuales. ¿Es así?”. El presentador matizó entonces: “Sí, pero sentimentales, no”. Ya no podía negar el sexo, pero sí el sentimiento.
Quien así contestaba al fiscal, también se negó hasta en cuatro ocasiones a someterse a la prueba de ADN, entre el 23 de marzo de 2009 y el 4 de abril de 2011, alegando razones de coherencia y dignidad. En febrero del año siguiente, la Audiencia Provincial de Madrid lo declaró padre biológico del hijo de Ivonne Reyes en sentencia firme.
Él nunca recurrió la decisión final de este tribunal, sin embargo, a finales del pasado año, su hija Andrea, una estudiante de 23 años, interpuso un recurso ante el Tribunal Supremo con la intención de que se revisase la sentencia firme que señala que su padre lo es también del hijo de Ivonne Reyes y, por tanto, su hermano.
La Sala Primera del Supremo ha inadmitido a trámite la demanda interpuesta por la hija mayor de Navarro porque “no tiene legitimación para entablar la demanda de revisión”, ya que no fue parte del procedimiento anterior y que en la misma “no se precisa adecuadamente el motivo de revisión de la sentencia. Además, le recuerda que “no es posible crear una prueba que pretenda remediar la voluntaria inactividad y falta de colaboración precisamente de la parte a quien dicha sentencia firme fue desfavorable”.
Navarro nunca colaboró y nunca accedió a someterse a la prueba pese a que el fiscal le explicó reiteradamente en qué consistía, la seguridad absoluta con la que se iba a realizar en un laboratorio oficial y las consecuencias de su negativa. Prefirió contratar un detective privado para que consiguiera un objeto utilizado por su hijo legal y, una vez analizado, presentarlo como prueba en la revisión que su hija solicitó al Supremo y que ahora ha tumbado. Ya conocedor de su fracaso ante el Supremo, él sigue negando y envía mensajes sin parar a la prensa.
Negó una relación que luego reconoció, no accedió a hacerse las pruebas, le dijo no al juez y al fiscal hasta en cuatro ocasiones. ¿Coherencia y dignidad? Mucho más digno y coherente, dado que la relación existió, hubiera sido someterse a las pruebas y evitar este bochornoso espectáculo y el sufrimiento de todos los menores hijos suyos.