Desmontamos el mito de que Cristiano Ronaldo es abstemio
El crack de la Juventus y Georgina Rodríguez disfrutan de Turín
¿Qué bebe Cristiano Ronaldo cuando sale a cenar o de fiesta? Quien le ha visto de cerca cuenta que en sus nueve temporadas en el Madrid nunca se le vio sujetando un combinado o cocktail. Durante años se habló de que era abstemio -sí, como la Reina Letizia- y es que esta teoría estaba más que avalada por su comportamiento en sus escapadas privadas, esas en las que siempre se decantaba por las bebidas energéticas, cargada de cantidades ingentes de azúcar pero exentas de graduación alcohólica. El astro del balón tenía razones más que de sobra para rechazar su consumo, la más obvia que son calorías vacías, contraproducentes con mantener un estilo de vida sana y un cuerpo tan libre de grasa como el que luce el portugués gracias a su incansable trabajo.
Sin embargo, como a todo mortal a Cristiano también le gusta darse algún que otro capricho de vez en cuando y eso es lo que ha hecho en su primera escapada desde que se mudó a Italia. Georgina Rodríguez y el flamante jugador de la Juventus han empezado a descubrir la gastronomía transalpina. Tal y como recoge el diario ‘La Stampa’, el pasado 2 de agosto se dejaron caer por el ‘Ristorante La Credenza’, en Turín, recomendados por el chef del equipo y por Bonucci, compañero de CR7, donde disfrutaron de una tranquila velada en un establecimiento elegante, íntimo y exclusivo.
Fueron atendidos por el chef del lugar, el reputado Giovanni Grasso, que escuchó las pretensiones del futbolista y su novia, aunque les recomendó el menú de verano. Le hicieron caso y, como buen amante del pescado que es, eligió como plato principal una ricciola (un tipo de pez) acompañada de tomate, aceitunas y aderezada con albahaca. De primero, una ensalada César con lechuga romana, pollo, anchoas, queso parmesano, cubierta por una salsa hecha con berenjena, menta, salsa de tomate y queso ricotta ahumado. Por su parte, Georgina prefirió spaghettis con langosta y calamar, antes de su dulce postre, un gianduiotto (pequeña chocolatina con forma de barco).
Para regar el paladar, Cristiano escogió una copa de vino ‘Barbaresco’, gama declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO. Un caldo con unos precios que pueden llegar a superar los 2.000 euros por botella. Se trata de un caldo con unos matices muy particulares: perfume etéreo, con notas de pimienta verde, especias y almendra amarga. Solo apta para paladares exquisitos como el del luso, que sorprende que se decante por esta bebida cuando es más frecuente verle con su inseparable botella de agua. Ya hace unos meses brindó con Georgina durante una cena en Madrid. Será que con el tiempo ha ido suavizando sus restricciones.
Tampoco es nada extraño que se tome una copa de vino mientras disfruta de una agradable velada con su pareja. Pero sí resulta chocante de un hombre cuya madre ha llegado a decir que detesta el alcohol y que «su único vicio es el fútbol porque sabe lo malo que hace la bebida a la gente de su alrededor». Se refiere a la muerte de su padre, José Dinis Aveiro, que perdió la vida por problemas de alcoholismo. La relación con su padre no era la mejor pero fue un trauma que cambió por completo la personalidad del exjugador del Real Madrid: “Mi padre era alcohólico. No fue el padre que soñé tener. Yo lo quería, claro, pero nunca tuvimos una buena conversación», ha confesado el crack en alguna ocasión.
CR7 ha moldeado sus gustos y placeres alimenticios.Por ejemplo, durante los primeros años de su carrera no probaba ni una gota de alcohol, pero con el tiempo llegó a incluir una copa de vino tinto en alguna que otra comida, como desveló el chef de la Selección portuguesa, Luis Lavrador. Poco es mucho para él pero una vez al año no hace daño, palabra de Cristiano.