La mujer de Ángel Nieto a una amiga: "Aún no me lo creo"
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La mujer de Ángel Nieto se aferró a la esperanza hasta el último momento
Los últimos días de vida de Ángel Nieto fueron muy dolorosos para la familia, especialmente para su mujer, Belinda Alonso. Días antes del fallecimiento, ella se planteó la posibilidad de trasladarlo a Barcelona para que siguiera la recuperación de la mano de un neurocirujano muy amigo de la pareja, según me relata un íntimo que ha estado a su lado durante el ingreso y las últimas horas. Poniéndome en su piel, yo habría hecho lo mismo.
El traumatismo craneoencefálico que Ángel presentaba tras salir despedido de su quad, al ser embestido desde atrás por una conductora, era muy grave y las lesiones importantes. Superadas las primeras 48 horas, parecía que su estado se estabilizaba. Sin embargo, ella no estaba tranquila del todo. Tres días después del accidente, le visitó el doctor Ángel Villamor, traumatólogo que operó a Fonsi y a Pablo, médico en quien confían de manera especial. Todo había sido tan rápido. No podían creerlo.
El traslado fue desaconsejado por el equipo médico que lo atendía en la policlínica de Ibiza y que lo trató los ocho días que permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos. Ángel no parecía estar en las mejores condiciones para sacarlo del hospital y afrontar un traslado a otra ciudad. Belinda sentía que, quizá, podía hacer más, según relata una fuente muy cercana a los Nieto, y se mantuvo en contacto toda la semana con su amigo neurocirujano para tener su opinión sobre el tratamiento, quien finalmente viajó hasta Ibiza este jueves, horas antes del fallecimiento del campeón zamorano.
Todo cambió este miércoles cuando los médicos le comunican que había mejorado y que van a empezar a retirarle la medicación. El parte médico emitido esa misma tarde, a las 3, señalaba precisamente que se había retirado el sensor de presión intracraneal y que el paciente se encontraba en ‘proceso de despertar’. Parecían buenas noticias. La mujer de Ángel, que ha pasado ocho días en el hospital, durmiendo en el sofá en la antesala de la UCI, acompañada por su hermana, se durmió esa noche con mayor esperanza. Sin embargo, pocas horas después, todo cambió y a peor. Pablo Nieto lo confirmaba por la mañana: «Hasta ayer iba todo bien, pero a las doce se complicó todo y a las 3 le operaron. Estamos destrozados».
Cuando Belinda recibe la noticia del empeoramiento que los médicos explicaban como ‘súbito’ no entiende nada y según una amiga íntima, se cuestionaba ‘cómo era posible que se hablara de mejoría la tarde anterior y horas después que la situación fuera irreversible’. Fueron momentos muy tensos, tanto que incluso se planteó la posibilidad de denunciar al hospital por posible negligencia. ¿Fue la decisión de retirar la medicación la que rompe los nervios de la mujer de Nieto? ‘Estaba muy nerviosa, la situación era difícil. El traslado se desaconsejó. El miércoles le dijeron que había mejoría y que le retiraban la sedación. Al día siguiente ya no había nada que hacer’. El parte médico posterior al que informó del proceso de despertar llegaba poco antes de las 3 de la tarde de ese mismo jueves y confirmaba el estado crítico de Ángel. Se había realizado una craniectomía descompresiva urgente, pero explicaba que el paciente no había respondido a la intervención ni al resto de medidas farmacológicas desde la madrugaba. Los médicos temían por su vida.
En la antesala a la Unidad de Cuidados Intensivos, la familia y unos cuantos buenos amigos intentaban llevar la situación lo mejor posible durante la larga mañana del jueves. Había tensión y algunos de estos amigos, empresarios conocidos, pusieron a disposición de la mujer de Nieto apoyo jurídico en el caso de que decidiera seguir adelante, si bien uno de ellos le recomendó que demandar al hospital no era la mejor idea. Las horas seguían pasando lentamente y lo verdaderamente importante era la vida de Ángel que ya, lamentablemente, se apagaba. Gelete y Pablo Nieto habían salido a hablar con los medios a las puertas del hospital. Amablemente atendieron a los periodistas y ya Pablo reconoció que estaban ‘destrozados’. Sabían que la situación era irreversible.
A las 6 de la tarde, los médicos decidieron realizar dos pruebas in extremis: un TAC y una arteriografía. Querían confirmar si el expiloto presentaba muerte cerebral. Precedieron con el TAC y se confirmó el estado en el que Ángel Nieto llevaba horas. ‘La segunda prueba ni se la hicieron. Estaba muerto’. Eran las 18.43, dato que el comunicado enviado a los medios omitía y que este viernes el centro hospitalario me confirmaba tras insistir. La tarde anterior no entendía cómo se había emitido un parte que no daba la hora oficial del fallecimiento.
‘Creemos que llevaba en muerte cerebral varias horas, pero ahora ya no importa’. El leal amigo de Ángel que me relata esta impresión asegura también que, tras los lógicos momentos de tensión y nervios y la realidad aplastante de que el campeón se había ido, aunque su cuerpo estuviera allí con ellos, tanto su mujer como los hijos intentaron comenzar a asimilar que, después de 8 días de lucha, no pudo superar las heridas del accidente y que se iba para siempre. Se había hecho cuanto estaba en manos de los médicos.
Ironías de la vida, una de sus íntimas amigas, me cuenta entre sollozos: ‘A Ángel le encantaba moverse por Ibiza en quad. Recuerdo que me dijo que era el mejor medio para ir por la isla’. No hacía mucho le había confesado el 12+1 campeón del mundo de motociclismo que lo prefería porque ‘le tenía mucho respeto a la moto’.
Entre el mar de Ibiza, en el que una tristísima Belinda se dio ayer un baño temprano tras los durísimos ocho días de hospital, y la ciudad de Madrid descansarán las cenizas de Ángel Nieto, querido por todos, y a quienes muchos hubieran querido ver como premio Princesa de Asturias por su enorme talla deportiva y logros conseguidos. ´Aún no me lo creo’, acierta a decir Belinda cuando su amiga la abraza. Descansa, campeón.