Exclusiva | La versión ante el juez que pone en jaque a Arantxa Sánchez Vicario
Vídeo exclusivo | LOOK ofrece la declaración completa ante el juez de Arantxa Sánchez Vicario por el 'caso Luxemburgo'
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Su padre. Emilio Sánchez Benito es el causante de todos los males de Arantxa Sánchez Vicario. Al menos y, según ella, los que tienen que ver con su vida profesional, porque para los del corazón hay otro responsable, Josep Santacana y en eso las deudas son de amor y no hay jueces que valgan. Aunque han sido estos problemas, los que se derivan de su tortuoso divorcio con el empresario catalán, los que han copado los titulares de los principales medios de comunicación en las últimas semanas, lo cierto es que el todavía matrimonio se enfrenta a otra causa legal que aún está lejos de resolverse: la que tiene que ver con su millonaria deuda con el banco de Luxemburgo. En marzo de este año la justicia desestimó la pena de prisión preventiva que pedía el banco, pero, salvo este respiro, los problemas judiciales continúan para Arantxa y, en la amalgama de conflictos que se encadenan en su vida desde hace varios años, su divorcio y su millonaria deuda con el banco luxemburgués se entrelazan de manera caprichosa.
No hay tregua, los problemas ahogan y, por si fuera poco, ahora ven la luz las contradicciones en las que ha incurrido Arantxa a lo largo de los últimos meses. LOOK ofrece en exclusiva la declaración que la tenista hizo ante el juez el pasado mes de noviembre en relación a ese delito de alzamiento de bienes que se le imputa. Unas afirmaciones que ahora ponen en jaque a la deportista no solo al confirmar que siguió depositando su confianza en su padre a pesar de querellarse contra él, sino también a la hora de defender la versión que hasta ahora ha mantenido en su duro proceso de divorcio. Tal y como se explica unas líneas más adelante, solo un mes después de desligar a Josep de cualquier movimiento económico relacionado con su patrimonio, le acusaba de haberse quedado con todos sus bienes. “Me arrepiento de haberle dado todo el control de lo que tenía”, declaró la tenista a la revista ‘¡Hola!’ solo unas semanas después de esta declaración que ahora LOOK ofrece en exclusiva.
Este digital ha tenido acceso al vídeo que muestra a esa Arantxa que intenta convencer a la justicia de que no hizo ningún movimiento que pudiera hacer desaparecer su patrimonio o que fuera dirigido a evitar el pago de una deuda que supera los cinco millones de euros. En su declaración, Arantxa se niega a contestar cualquier pregunta que no provenga de su abogado y es su letrado el que durante casi 20 minutos le arranca a su cliente las razones que le han llevado a sentarse ante la justicia: ella no controlaba su patrimonio y se ha visto en esta complicada situación financiera solo gracias a los negligentes comportamientos de su administrador, Emilio Sánchez Benito, su padre.
A lo largo de toda su declaración es recurrente acusar a su padre, fallecido en 2016, de haberla avocado a la situación legal en la que actualmente se encuentra. Según Arantxa, fueron sus padres los que decidieron que se mudara a Andorra, los que gestionaron su patrimonio y, sobre todo, los que se encargaron de vender parte de sus bienes cuando la Agencia Tributaria informó a la deportista de las numerosas deudas que tenía contraídas con el fisco. “¿Cuándo se entera de que sus bienes se habían administrado de una manera contraria a sus intereses?”, le pregunta en el interrogatorio su abogado Emilio Zegri. “A mediados de 2010. A raíz de la reclamación que hizo Hacienda”, responde ella. “¿Hasta ese momento creía usted que era una persona solvente?”, se interesa Zegri. “Sí, yo confiaba en mi familia. Yo había ganado mucho dinero jugando al tenis y a mí siempre me habían dicho que ganaba mucho dinero”, apunta ella, que añade que hasta 2010 fue “fundamentalmente” su padre quien gestionaba su patrimonio. “Estoy segura”, insiste, de hecho.
Arantxa, respecto a sus padres: “He tenido sentimientos contradictorios”
Pero estas declaraciones contra su padre realizadas por videoconferencia desde el consulado de España en Miami en el marco de la causa que la investiga a ella y a su marido por un presunto delito de alzamiento de bienes es solo el aperitivo de lo que estaba por llegar. Arantxa, que, según la justicia, ha desviado sus bienes para impedir que se lleve a cabo la ejecución de una sentencia del Tribunal Supremo que la obliga a pagar más de cinco millones de euros al Banco de Luxemburgo, se escuda una y otra vez en las actuaciones de su padre como administrador de su fortuna. Una fortuna que, sin embargo, siguió controlando su familia a pesar de que en 2010 la tenista se querelló contra ellos al considerar que habían controlado su dinero en contra de sus intereses. A la pregunta de su abogado de quién se deshizo de sus propiedades, ella sentencia: “Mi padre y las personas que él puso al frente de las sociedades”. Y entonces llega la pregunta clave, esa que busca la respuesta a porqué siguió confiando en sus padres después de conocer el gran problema en que ellos le habían metido con la Agencia Tributaria. “Estábamos luchando para quitarle de la administración, pero él era el que lo sabía todo, el que era dueño de las empresas y no quería perder el control de esas empresas. Yo, a lo largo de este procedimiento, he tenido sentimientos contradictorios”.
“Mi marido no tuvo nada que ver”
A pesar de que en pleno proceso de divorcio, la versión de Arantxa Sánchez Vicario es que su marido, Josep Santacana, ha controlado todo su patrimonio y ha llegado incluso a apropiarse del mismo, en su declaración ante el juez Arantxa negó la mayor. No solo desvinculó al catalán de todos los movimientos de su patrimonio de los últimos años y que levantaron la sospecha de que pudiera estar incurriendo en un presunto delito de alzamiento de bienes, sino que reconoció que era él el que, con su trabajo, sostenía económicamente a la familia.
“Tengo dos hijos y vivimos del trabajo de mi marido que se dedica al marketing y a las relaciones públicas. Él hace años que trabaja en Estados Unidos”, declaró Arantxa Sánchez Vicario, que además reconoce haber tenido problemas para empezar a conseguir ella misma una fuente de ingresos. “Empiezo a aparecer ahora en algunas cosas de mi profesión, que es el tenis, en Estados Unidos porque, hasta ahora, no podía porque solo tenía un visado de acompañante. El año pasado es cuando obtuve la green card”.
Unas declaraciones que ponen de manifiesto que era Josep quien sostenía económicamente a la familia y que ahora cobran una relevancia mayor si se contextualizan. Arantxa declaró por la causa que mantiene abierta con el Banco de Luxemburgo el pasado mes de noviembre. Entonces ella y Pep ya estaban separados pero la cordialidad aún reinaba entre ellos. Por entonces aún remaban en la misma dirección, eran una familia sin hacer vida en común y la demanda de divorcio aún no se había interpuesto. La parte más cruda de su ruptura aún no había comenzado y Arantxa Sánchez Vicario todavía quería lo mejor para el padre de sus hijos. La estrategia iba a cambiar solo un mes después.