La historia de amor de Ágatha Ruiz de la Prada y Luis Miguel Rodríguez se consolida en Ronda
Este fin de semana Ágatha Ruiz de la Prada y su pareja, Luis Miguel Rodríguez, coincidieron en la Goyesca con la ex del empresario, Carmen Martínez Bordiú
El día en el que Ágatha Ruiz de la Prada (58) gritó a los cuatro vientos su amor por Luis Miguel Rodríguez (58) estaba claro que lo suyo iba en serio. Sin cortapisas, se declaró al ‘reciclador’ en el plató de ‘Viva la vida’: «Estoy enamorada de Luismi (…) Para mí es un marciano total. Nunca jamás hubiera pensado… jamás». Su separación de Pedro J. Ramírez la convirtió en una mujer completamente renovada y llegó incluso a confesar que, con este nuevo amor, de nuevo se sentía como una niña. Cada emoción erizaba su piel. Lo mismo que ha sucedido durante este fin de semana rondeño. La pareja acudió este sábado a una de las citas taurinas por excelencia de la temporada española: la Goyesca de Ronda. Allí la plaza de toros, la afición y los vecinos de esta increíble ciudad malagueña fueron testigos de que esta relación sentimental se consolida a pasos agigantados.
La diseñadora y el empresario pasearon por las calles de Ronda cogidos de la mano, demostrando una complicidad inigualable y que lo suyo va viento en popa. Así lo evidenció también que Ágatha y Luis Miguel posaran para los reporteros apostados en las inmediaciones de la plaza, a los que, por cierto, llamó la atención el despliegue de armario que Ágatha había lucido en tan solo un día. Piezas entre las que destacó el vestido patriota con el que acudió para disfrutar junto a su pareja del fantástico cartel formado por los diestros Cayetano Rivera, Morante de la Puebla y Roca Rey.
Ya en el interior de la plaza Luis Miguel se encontró con su ex, Carmen Martínez Bordiú, quien acudió con su actual pareja, Tim McKeague, a disfrutar de una tarde de toros. Un reencuentro que supuso que durante unos instantes se alejaran las miradas del albero y se centraran en ellos cuatro, aunque según reveló Ágatha el pasado mes de julio, no existía tensión ninguna. De hecho, la mujer que presentó a la pareja fue la propia Carmen. Para que luego digan que las casualidades no existen.