En los últimos años, las mechas Mousy Hair han ganado popularidad como una alternativa sofisticada y discreta para iluminar el cabello sin recurrir a contrastes marcados. Este estilo, inspirado en los tonos naturales que adquiere el pelo con la exposición al sol, se caracteriza por su suavidad y versatilidad, adaptándose tanto a rubios como a morenos. A diferencia de las mechas tradicionales, que suelen buscar un efecto llamativo, el Mousy Hair (literalmente «pelo de ratón», aunque el nombre no le hace justicia) apuesta por una transición casi imperceptible entre la raíz y las puntas, creando un degradado orgánico que simula el claro-oscuro natural del cabello.
La técnica se originó en Asia, donde la preferencia por looks sutiles y armoniosos impulsó su desarrollo, pero rápidamente se expandió a Europa y América gracias a su bajo mantenimiento y elegancia atemporal. Según distintas publicaciones de moda y estilismo como algunos perfiles de Instagram, Tiktok o Pinterest, el 72% de los coloristas europeos incluyen esta técnica en sus servicios, destacando su demanda en clientes de 25 a 40 años. Expertos en coloración, como los citados en un informe del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) sobre tendencias de belleza sostenible, señalan que este método reduce el daño capilar al requerir menos retoques y evitar decoloraciones agresivas. Además, su adaptabilidad a distintos tonos de piel y estilos de vida lo convierte en una opción inclusiva, rompiendo con los estándares rígidos de la coloración tradicional.
Qué son las mechas Mousy Hair
Este estilo consiste en aplicar mechas finas y estratégicamente distribuidas, generalmente dos o tres tonos más claros que el base, pero sin superar el contraste del balayage. El resultado es un cabello con profundidad y movimiento, pero sin líneas definidas.