Familia Real Española

UN EPISODIO DRAMÁTICO

El triste suceso que obsesionó a la Reina Sofía para cuidarse hasta el extremo

La Reina Sofía mantiene una alimentación equilibrada y se cuida mucho

Desde la muerte de su padre, doña Sofía empezó a mantener una dieta aún más estricta

  • Andrea Mori
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La salud de la Reina Sofía nunca ha sido un motivo de gran preocupación en la Familia Real. A diferencia del caso de Juan Carlos I, que ha sido ingresado en varias ocasiones a lo largo de los años y ha pasado por quirófano varias veces por diferentes motivos, en el caso de doña Sofía no se tiene constancia de grandes problemas de salud o de ingresos hospitalarios, más allá de los nacimientos de sus tres hijos.

Sin embargo, el pasado martes, tras asistir al funeral de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo, doña Sofía tuvo que ser ingresada a consecuencia de una infección del tracto urinario, tal como informaron fuentes oficiales. Las mismas fuentes confirmaron que su evolución es rápida y positiva. No obstante, el hecho de que haya sido ingresada ha llamado mucho la atención ya que, si hay algo que caracterizado a la Reina Sofía es su constante compromiso con la Corona, sin ausencias en actos oficiales por enfermedad. Esto se debe a que la madre del jefe del Estado siempre ha intentado llevar una vida lo más sana posible, debido a un dramático suceso que la marcó mucho.

La Reina Sofía, en el funeral de Fernando Gómez-Acebo./ Gtres

Preocupación por una vida sana

No es ningún secreto que doña Sofía mantiene una dieta equilibrada y que se cuida mucho, algo que se debe, en gran medida, a un triste acontecimiento por el que tuvo que pasar hace algunas décadas. Se trata de la muerte de su padre, el rey Pablo de Grecia, que falleció en el año 1964.

El abuelo del Rey Felipe VI falleció a consecuencia de un agresivo cáncer de estómago cuando tenía 63 años. Pablo de Grecia rechazó que le administraran calmantes y quiso mantenerse consciente hasta el último momento, escuchando su pieza de música preferida, La Pasión según San Mateo, de Bach. Junto a él estuvo la Reina Sofía, que sentía adoración por su padre y que prometió que no volvería a comer carne.

La Reina Sofía, en un acto en Madrid. / Gtres

Dieta equilibrada y ejercicio moderado

De hecho, a partir de la muerte de su padre, doña Sofía decidió dar un giro radical a su forma de ver la vida y, sobre todo, a su alimentación. La madre de Felipe VI eliminó de su dieta muchos alimentos que están considerados como perjudiciales, mantiene una alimentación muy equilibrada y saludable, prácticamente vegana, en la que la quinoa y los pescados son ingredientes básicos. No obstante, tiene debilidad por los dulces y los postres y en su mesa nunca falta el aceite de oliva virgen, fundamental en la dieta mediterránea.

Además de cuidar mucho todo lo relativo a su alimentación, doña Sofía también se preocupa por otras cuestiones relacionadas con la salud, como el ejercicio. Por ejemplo, se sabe que intenta mantenerse lo más activa posible y que tiene una máquina para caminar en su residencia en el Palacio de la Zarzuela, ya que prefiere este tipo de ejercicio a practicarlo en el exterior.

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