Al descubierto los secretos de la niñera española de los duques de Cambridge
La palentina María Teresa Turrión Borrallo es la encargada de la educación de los príncipes George, Charlotte y Louis.
Lleva casi un lustro cuidando de los hijos de una de las parejas más observadas del mundo, pero pocos conocen en realidad los secretos de María Teresa Turrión Borrallo, la palentina que se encarga directamente de la educación de los pequeños George, Charlotte y Louis de Cambridge.
A su casi medio siglo de vida, la española puede presumir de haber estudiado en una de las escuelas de niñeras más prestigiosas del mundo, el Norland College, de donde salen las modernas ‘Mary Poppins’. Un centro que se caracteriza por el respeto a la tradición, la excelencia y el alto nivel de exigencia, valores que Teresa siempre ha tenido plenamente interiorizados y que no están reñidos con el cariño o la diversión.
Pese a que las cuestiones relacionadas con la educación de los hijos del príncipe Guillermo y Kate Middleton nunca han trascendido en exceso, ahora, la autora del libro «Nanny in a book» Louise Heren ha pasado un año en la prestigiosa institución para conocer cómo es la preparación que tuvo la niñera de los Duques. Un minucioso trabajo de investigación que verá la luz próximamente en forma de documental y que revelará algunas de las técnicas que María Teresa Turrión Borrallo utiliza con los pequeños George, Charlotte y Louis.
Una educación normal
A pesar de lo que se pueda creer, los hijos de los Duques tienen una educación bastante normal, dentro de que son miembros de la realeza. María Teresa mantiene una relación muy estrecha y cercana con los niños y los trata como a cualquier otro niño de su edad.
La importancia de la implicación
Entre las cosas que resaltan en Norland, una de las más importantes es que una vez los niños tienen edad suficiente, se impliquen en la planificación de sus actividades. Es normal que los días de diario no se les ofrezcan opciones, pero para los fines de semana, es fundamental que se les permita empezar a pensar por sí mismos y planificar actividades. «Así, aunque la niñera mantiene cierto control, el niño siente que puede elegir y se siente importante», resalta la autora.
Planificación siempre
No hay que dejar nada al azar. La labor fundamental de la niñera es estar pendiente de los niños en cada una de sus salidas y en el tiempo que permanezca junto a ellos, por lo que es fundamental que no se olvide de ningún detalle. «Su trabajo es que los niños se sientan felices, a salvo y estén presentables en todo momento, por lo que antes de cada acto oficial, María y Kate habrán hablado para no dejar nada sin organizar y evitar problemas».
Horarios
Las cuestiones relacionadas con los horarios son esenciales para los niños, ya que tienen que mantener una rutina. Se utilizan las comidas como claves de aprendizaje, por ejemplo, saben que tienen que lavarse las manos porque van a comer, se les enseña a poner la mesa, se les da opción sobre qué verduras prefieren comer para que se acostumbren a comer un poco de todo…
Lo mismo ocurre con el tema del sueño. Los niños tienen que mantener un horario más o menos fijo. Son conscientes de la hora del baño, lo que implica que después toca lectura y dormir. La información es la clave para que no les pille por sorpresa y puedan enfadarse.
Una niñera cariñosa
Pese a que María Teresa tiene a ser estricta en cuanto a planteamientos porque su posición lo requiere, su acercamiento es muy tierno y dulce. En lugar de regañar directamente a los niños, suele siempre preguntarles los motivos de sus actos, lo que les obliga a pensar y a buscar una explicación. Esto les ayuda a darse cuenta de que no han actuado bien y a replanteárselo de cara al futuro.
Rabietas
No hay un sistema infalible para lidiar con las rabietas ya que cada niño es diferente pero la palentina intenta evitar cualquier berrinche antes de que se produzca, algo que puede hacerse con cierta facilidad cuando se conoce a los niños. Aunque a veces son inevitables, lo que sí se puede hacer es de cada enfado una oportunidad de aprendizaje.
Una palabra prohibida
Pese a que la educación de los hijos de los Cambridge -y de otros niños royals- en esencia no dista mucho del resto de niños de familias normales, lo cierto es que en cuestiones de vocabulario sí que hay algunos términos que no son apropiados. Por ejemplo, nunca oiremos en a María Teresa hablar de los pequeños como ‘kids’, sino como ‘children’, ya que se considera que el primero es una forma vulgar y el segundo la manera educada de hablar de ellos.