La ‘accidentada despedida’ de Letizia en su despedida de Estocolmo
El bucólico look de la Reina en su cita más esperada en Suecia
El homenaje 'low cost' y sostenible de Letizia en Suecia: un vestido con una curiosa coincidencia
Felipe y Letizia, bienvenida con honores en Suecia a golpe de tocado y conocemos su firma
La Reina Letizia pone rumbo a Suecia vestida de rojo España
Últimas horas de los Reyes en Suecia. Don Felipe y doña Letizia han dado por concluido su viaje de Estado al país escandinavo con una recepción en la residencia de la embajadora de España en Estocolmo. Este ha sido el último acto de Sus Majestades antes de regresar a España, tras dos días de intensas actividades en los que han fortalecido las buenas relaciones entre ambos países.
Ayer la esposa de Felipe VI homenajeaba a los anfitriones en la cena de gala con un look de H&M, de la colección sostenible de la firma sueca, elaborado en tejido reciclado y que, curiosamente, ya había lucido anteriormente la princesa Victoria en una sesión de fotos por su décimo aniversario de boda, en su última jornada en Estocolmo, doña Letizia ha apostado por dos estilismos muy opuestos.
Por la mañana, la Reina acudía junto a Silvia de Suecia a visitar la Biblioteca Bernadotte, donde se guarda una impresionante colección de volúmenes y fotografías. Un acto del que seguro que doña Letizia ha disfrutado especialmente, como amante de la literatura. Para esta cita, al igual que para el almuerzo posterior, ha lucido un look en tonos rosas. Un vestido con detalles florales y de corte lady de la firma Pedro del Hierro que ha combinado con un abrigo rosa fresa de Carolina Herrera y complementos de Magrit.
Por la tarde, los Reyes han asistido juntos a una sesión de discusión entre expertos españoles y suecos sobre energía sostenible y cambio climático y, más en concreto, el desarrollo de la transición a fuentes de energía sostenibles como la energía eólica, hídrica y solar, el papel de la cooperación entre el sector público y privado, además del ámbito académico para reducir el impacto del cambio climático. Una cita que se ha celebrado en la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería (IVA), que a lo largo de los años ha sido el punto de encuentro entre la comunidad empresarial, el mundo académico y los responsables políticos. El objetivo de esta institución ha sido siempre poner la tecnología al servicio de la humanidad y trabajar para hacer una contribución positiva a la sociedad a través de la ciencia técnica y económica.
En esta ocasión, doña Letizia ha recuperado de su fondo de armario un diseño de estilo wrap y corte lady en color azul de la firma sevillana Cherubina, que ha combinado con zapatos de salón negro y una cartera en animal print a tono. Como joyas ha llevado unos pendientes de diamantes negros y su inseparable sortija dorada de Karen Hallam. El cuanto al cabello, lo ha recogido en un moño bajo.
El broche final a este viaje tan especial lo ha puesto la recepción que Sus Majestades han ofrecido en la residencia de la embajadora de España en el país. Un lugar de gran relevancia conocido como “Villa Byströmn”, en honor a su constructor, el escultor sueco, Johan Nyklas Byströmn, uno de los máximos representantes del neoclasicismo europeo. El edificio pasó a manos de la realeza gracias a la adquisición por parte del príncipe Carlos de Suecia (abuelo de los reyes Alberto y Balduino de los Belgas), hasta que en 1928 lo adquirió el Estado español por la visita a Suecia de Alfonso XIII. Esta vez, han sido los Reyes quienes han ejercido como anfitriones de Carlos Gustavo y Silvia de Suecia como gesto para agradecer la hospitalidad de la familia real sueca. A la recepción han asistido, además de los reyes de Suecia, los príncipes Victoria y Carlos Felipe con sus respectivas parejas.
Un momento accidentado
Una de las anécdotas de la noche la ha protagonizado doña Letizia, a la que se le ha caído el bolso durante el saludo a los invitados. La Reina no ha dudado en agacharse a recogerlo con gran naturalidad, y varias personas se han acercado para ayudarla. Sin embargo, ha sido inevitable que se viera parte del contenido del miso: un teléfono móvil y una barra de labios.