El ‘arma secreta’ del rey Carlos III para el resurgir de ‘La Firma’
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El ascenso de la duquesa de Edimburgo, eclipsado por un dramático accidente
Un miembro del Prince’s Trust de Carlos III, desaparecido al intentar 'visitar' el Titanic
A pesar de que la nueva monarquía de Carlos III sigue, en esencia, la estela de la Reina Isabel II, lo cierto es que el soberano siempre ha tenido claro que quiere que su reinado tenga un estilo propio. El padre del príncipe de Gales tiene el objetivo de que la institución sea útil y esté al servicio de los ciudadanos, que no esté lastrada por figuras que perjudiquen su imagen y que tenga una vocación de permanencia. Una tarea complicada para el soberano, sobre todo por los recientes escándalos que han salpicado a diferentes miembros de ‘La Firma’ y porque la sombra de la Reina Isabel es muy alargada y son muchas las personas que no encuentran sentido a la Corona más allá de ella.
En el proyecto de Carlos III no tienen cabida ni los duques de Sussex -que se marcharon de ‘La Firma’ por decisión propia-, ni el duque de York, a pesar de los intentos del príncipe Andrés por intentar retomar su papel tras los escándalos de los últimos tiempos. El monarca quiere que la Corona tenga una imagen impecable y además, su voluntad es que Camila tenga el papel que él considera que merece. A pesar de que la Reina ha conseguido ganarse el cariño de la mayoría de los británicos y de que muchos han dejado atrás toda la historia con Diana de Gales, lo cierto es que aún hay sectores a los que les cuesta verla como reina titular. Es más, la propia Reina Isabel antes de morir pidió que Camila ni fuera princesa, sino reina, pero consorte. Un detalle que Carlos ha obviado por completo, por su deseo de darle a su mujer ese papel que se le ha negado hasta la saciedad.
Más allá de que el monarca cuenta con el inquebrantable apoyo de su mujer, Carlos ha estructurado la nueva Firma en algunas figuras clave, tal como se pudo comprobar en las fotografías oficiales de su coronación. Los príncipes de Gales -y sus hijos llegado el momento-, la princesa Ana y su marido, el duque de Kent, los duques de Gloucester, la princesa Alexandra y los duques de Edimburgo son los apoyos del monarca para representar a la Corona. Entre ellos, obviamente, la Reina y los príncipes de Gales son los que más relevancia tienen, junto con la princesa Ana, que es una de las royals con mejor imagen, sin embargo, en los últimos tiempos hay una figura que ha ganado protagonismo y a la que muchos consideran el ‘arma secreta’ del jefe del Estado.
Se trata de la duquesa de Edimburgo, la esposa del príncipe Eduardo. Sophie Rhys Jones, a la que muchos vieron como una especie de ‘doble’ de Diana cuando entró a formar parte de la Familia Real, es, a día de hoy, uno de los miembros más importantes de la Corona. Un papel que viene perfilándose desde hace tiempo, dado que también ha estado muy cercana a la Reina Isabel.
Según apuntan varios medios, el Rey tiene una relación muy estrecha con su cuñada y tiene grandes planes para ella. De su complicidad no hay dudas y, es más, queda patente en los actos en los que se les ha visto juntos. Sophie ha sido en los últimos años una de las mejores embajadoras de ‘La Firma’ aunque, en ocasiones, su papel haya quedado algo opacado por el protagonismo de otros royals. Recientemente, el corresponsal Richard Eden del Daily Mail comentó precisamente esto, la falta de atención hacia ella, por ejemplo, en un viaje a Irak. «Fue una visita importante, pero atrajo muy poca cobertura de los medios, en parte porque el Gobierno no quiso publicitarla hasta después de que ocurriera, por razones de seguridad. Algo similar ocurrió en 2020, cuando Sophie se convirtió en el primer miembro de la realeza en visitar Sudán del Sur y la primera en visitar la República Democrática del Congo el año pasado.
El viaje a Irak, a pesar de su relevancia, se mantuvo en secreto por razones de seguridad, y se llevó a cabo a petición de la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo, en apoyo de la Agenda de Mujeres, Paz y Seguridad, según confirmó el Palacio de Buckingham. Es más, el Ministerio de Relaciones Exteriores desaconseja todos los viajes a la mayoría de las provincias de Irak, en medio de la amenaza de protestas violentas en la Zona Internacional de Bagdad y sus alrededores. Sin embargo, Sophie aprovechó este desplazamiento para visitar una escuela secundaria para niñas y hablar con estudiantes y maestros sobre la educación de las mujeres jóvenes en el país y sus esperanzas para el futuro. También visitó un centro de planificación familiar para conocer los proyectos en marcha para apoyar la salud reproductiva y el bienestar de las mujeres iraquíes y se reunió con líderes empresariales para hablar sobre la importancia de la independencia económica de las mujeres. Asimismo, transmitió un mensaje del Rey al presidente iraquí, Abdul Latif Rashid, y la Primera Dama tras reunirse con ellos en Bagdad.
No fue esta la primera vez que la duquesa de Edimburgo visitó Irak, sino que acompañó a Carlos III en su etapa como príncipe de Gales en 2004, cuando viajaron para reunirse con el personal militar en Basora durante la Guerra de Irak. También el príncipe Felipe visitó la zona en 2006, cuando el marido de la Reina Isabel tenía 85 años.
A pesar de que Sophie ha estado en el punto de mira recientemente por la muerte accidental de una mujer a consecuencia de un accidente con el personal de su escolta, la duquesa de Edimburgo se postula como una de las figuras clave para la monarquía de Carlos III, sobre todo, en el ámbito internacional y para cuestiones que requieren atención pero que no pueden abarcar los miembros centrales de ‘La Firma’. Un apoyo muy necesario en una institución cada vez más envejecida que necesita urgentemente potenciar a los más jóvenes y buscar refuerzos que garanticen su futuro.