El ‘repuesto’ del Rey Carlos que debió servir de ejemplo al príncipe Enrique
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Más de una semana después de la publicación de la polémica biografía del príncipe Enrique, todavía continúan analizándose las declaraciones del duque de Sussex, no solo en el extenso libro, sino también, en las diferentes entrevistas que el hijo menor del Rey Carlos ha ofrecido en varios medios. Una obra en la que el hermano del heredero arremete duramente contra la Reina Consorte y contra el príncipe Guillermo, pero en la que habla con nostalgia y con cierta melancolía de su padre. De hecho, a lo largo del libro, son muchas las ocasiones en las que asegura que el Rey Carlos era incapaz de mostrar sus emociones, aunque siempre se refería a él como «mi querido hijo».
Aún así, una de las cuestiones que más llama la atención, desde la primera página de la biografía, es cómo Enrique se refiere a sí mismo como ‘El repuesto’ y lo hace con un tono que puede interpretarse de crítica, a la vez que de resignación. Es más, el título del texto es precisamente ese. Algo que, él mismo asegura que tiene asumido, que es consciente que nació como ‘repuesto’ de Guillermo, como una opción por si al heredero le ocurría algo. Sin duda, esta posición le ha pasado factura y ha hecho mella en su carácter.
Un ‘repuesto’ que ha desarrollado animadversión hacia la institución y que se ha rebelado contra un orden establecido que va mucho más allá de él mismo. Siempre ha habido un heredero y un ‘repuesto’, sin que ello haya afectado a los privilegios o al trato o el cariño que ha recibido ese ‘repuesto’. De hecho, es tal la molestia de Enrique que en los últimos días incluso asegura que siente preocupación por sus sobrinos, los príncipes Carlota y Luis, ya que alguno de ellos está destinado a ser un ‘repuesto’.
Sin embargo, la realidad es que mucho antes del nacimiento de Enrique y de que experimentara la ‘crisis’ que le llevó a abandonar ‘La Firma’, la Corona Británica ha tenido numerosos ejemplos ‘repuestos’. El más reciente de ellos, por cierto, constituye un auténtico paradigma de servicio y dedicación a la institución, todo lo contrario de lo que representa el duque de Sussex.
La hermana menor del Rey Carlos, la princesa Ana, ha sido el primero de los ‘repuestos’, del actual monarca. La única hija de la Reina Isabel y el duque de Edimburgo, a sus 72 años, continúa al servicio de la Corona y es uno de los mayores apoyos del Rey. En palabras del periodista Robert Hardman, «Ana es la emérita de repuesto, es perfecta», dijo en un documental de ITV de 2020 para conmemorar el 70 cumpleaños de la Princesa.
A pesar de que en su juventud tuvo un carácter algo rebelde, Ana siempre contó con el apoyo de su padre, al que estaba muy unida. Muy comprometida con la institución, Ana ha sido desde su más tierna infancia muy consciente de su papel y es, de hecho, una de las royals más trabajadoras, a veces, incluso con más compromisos que el actual Rey: «ella nunca quiso ningún ascenso. Es un ejemplo de cómo, incluso si estás claramente destinado a un papel secundario, eso no significa que no puedas hacer una contribución», aseguró Hardman.
A pesar de que la princesa Ana es todo un ejemplo a seguir, los otros ‘repuestos’ más recientes no se han caracterizado precisamente por eso, sino por su trayectoria ‘complicada’. La princesa Margarita, a la que la Reina Isabel estaba muy unida, llevó una autodestructiva; mientras que el príncipe Andrés, el segundo repuesto de Carlos III, vive su etapa final alejado de ‘La Firma’ por sus escándalos.
El gran dilema de liberar a los ‘repuestos’
Más allá de que la Princesa Real haya desarrollado una labor ejemplar y sigue actuando como uno de los grandes apoyos para el monarca, lo cierto es que las declaraciones del duque de Sussex han llevado a varios sectores de la sociedad a plantearse si sería necesario liberar de la presión a los ‘repuestos’ del heredero, para evitar que se repitan situaciones similares en el futuro. Es más, el propio Enrique expresó su preocupación por este tema en una entrevista con el Daily Telegraph: «Guillermo y yo hemos hablado de eso una o dos veces, y él me ha dejado muy claro que sus hijos no son mi responsabilidad, todavía siento una responsabilidad al saber que de esos tres niños, al menos uno terminará como yo, el ‘repuesto’. Y eso duele, eso me preocupa», declaró el duque de Sussex.
Una realidad que ha generado debate en el Reino Unido, pero sobre la que desde el Palacio de Buckingham no se han pronunciado. ¿Sería quizás mejor que solo el heredero o heredera sea preparado para su papel del futuro y que el resto de miembros de la Familia Real no tengan ningún tipo de prerrogativa especial, trabajen como el resto y no reciban títulos?. Quizás ahí esté la clave para evitar que nadie se sienta como un ‘repuesto’, pero si volviera a producirse un caso como el de Eduardo VIII o, el destino no lo quiera, alguna catástrofe, la monarquía podría encontrarse con un nuevo monarca que no haya recibido ningún tipo de preparación para ello. No olvidemos que el propio padre de la Reina Isabel fue un ‘repuesto’. Una situación que, a lo largo de la Historia se ha repetido de manera recurrente -Enrique VIII, Carlos I-, pero que, ahora, es poco probable que suceda.