La reina Isabel recibe el golpe más duro antes de Navidad
La monarca está viviendo uno de sus años más complicados, a nivel personal e institucional
El 2020 no está siendo un buen año para la reina Isabel. Al margen de la crisis global generada por el coronavirus, la monarca tiene varios frentes abiertos. La abrupta salida de los Sussex de la Familia Real, el escándalo del duque de York o los problemas de salud del príncipe Felipe son algunas de las cuestiones que más han preocupado a la monarca los últimos meses, pero no las únicas. La Reina se ha enfrentado a la pérdida de algunas de las personas de su círculo más íntimo, como su prima Lady Elizabeth Anson, que fallecía recientemente a los 79 años, y que estaba considerada la mejor organizadora de fiestas de la familia.
Ahora la soberana acaba de sufrir un nuevo golpe. Y es que tal como ha trascendido, una de sus mascotas también le ha dicho adiós. Se trata de Vulcano, uno de los dos perros que le quedaban y que, sin duda, son su mayor compañía en estos momentos de aislamiento. La mascota ha fallecido en el castillo de Windsor, donde será enterrada, como el resto de perros que a lo largo de los años han acompañado a Su Majestad.
Con la muerte de Vulcano, a la reina Isabel solo le queda una mascota, Candy, ya que hace unos años decidió no hacerse cargo de más animales para no dejarlos solos cuando falleciera. La monarca siempre se ha hecho cargo de todos sus perros personalmente, desde que a los dieciocho años le regalaran a Susan, la perrita de la que, de una manera o de otra, han sido descendientes el resto. La Reina era especialmente cuidadosa con sus mascotas, de hecho, tenían una habitación especial en Palacio, con camas elevadas para no sentir el frío, comida de lujo y regalos en el día de Navidad. Con la muerte de Vulcano, Isabel II está muy disgustada, incluso hay quien en alguna ocasión ha apuntado que la Reina mostraba más cariño a sus mascotas que a sus propios hijos.
Aunque la mayoría de los perros de la Reina han sido de raza corgi, lo cierto es que algunos también han sido dorgis, resultado de un cruce entre corgi y perro salchicha. Tal era su importancia en el núcleo de la Familia Real, que han participado en algunos de los momentos más relevantes de la vida de Isabel II, como reportajes fotográficos o el famoso encuentro de Su Majestad con Daniel Craig con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres.
Esta triste noticia para la reina Isabel llega apenas unos días después de que los duques de Cambridge también se hayan despedido de la que ha sido su mascota los últimos años. El Palacio de Kensington anunciaba en las redes sociales la muerte de Lupo, el cocker spaniel que acompañaba a Kate Middleton en Amner Hall cuando el príncipe Guillermo ejercía de piloto de ambulancias en los primeros años de su matrimonio.
Sin duda, las navidades este año van a ser muy difíciles para la soberana. No solo no va a poder viajar a Sandringham, el lugar en el que tradicionalmente pasa estas fiestas, sino que tampoco podrá disfrutar de la compañía de sus seres más cercanos, al menos de muchos de ellos. A este escenario se suma ahora la muerte de su mascota y una evidencia más de que el tiempo pasa inexorablemente para todos. De hecho, el propio duque de Edimburgo se encuentra al borde de los cien años.