La reina Isabel toma una trascendental decisión tras la muerte de Felipe de Edimburgo
La Reina ha decidido que, a partir de ahora, establecerá en el Castillo de Windsor su residencia oficial, sin planes de regresar al Palacio de Buckingham.
La muerte del duque de Edimburgo ha marcado un antes y un después para la familia real británica pero, sobre todo para la reina Isabel. El pasado sábado, Isabel II presidía en la capilla de San Jorge el funeral por el que ha sido su marido durante más de 70 años. Lo hacía acompañada de algunos de los miembros de su familia, incluido el príncipe Harry, que viajaba desde Los Ángeles para estar junto a su abuela en este difícil momento y despedirse de su abuelo, con quien tan buena relación tenía. Vestida completamente de luto y sin casi poder contener la emoción, la monarca se mostraba abatida y devastada en el adiós al amor de su vida.
Un difícil momento que la ha llevado a tomar una decisión. A pesar de que para ella el deber es lo primero, el peso de la Corona es mayor ahora que no tiene a su lado a ‘su roca’, como ella solía llamar a Felipe de Edimburgo. No hay, por el momento intención de abdicar por parte de la monarca, ya que su compromiso con el pueblo está por encima de cualquier cosa, pero sí hay un detalle que desea cambiar.
Tal como han confirmado fuentes cercanas a la Reina al diario “Daily Mail”, Isabel II no volverá a Buckingham de manera definitiva. La monarca no quiere instalarse de nuevo en la que hasta ahora ha sido su residencia oficial, ni pasar una noche más allí. Al parecer el deseo de la Reina es hacer del Castillo de Windsor su residencia permanente y solo acudir a Londres de manera puntual, para determinados compromisos oficiales.
Ante esta situación, es posible que a partir de ahora se lleven a cabo las audiencias en Windsor y que las reuniones semanales con el Primer Ministro también sean reubicadas. Aunque no hay confirmación oficial al respecto, es probable que el príncipe de Gales asuma algunos de los compromisos de su madre, incluida la reunión con embajadores y altos comisionados en el Palacio de Buckingham. Estas cuestiones aún están por redefinir pero, en cualquier caso, no se prevé que Su Majestad se plantee la abdicación.
Al margen de que Windsor se convierta en su nueva residencia permanente, sí que seguirá pasando el verano en Balmoral y la Navidad en Sandringham, siempre que las circunstancias lo permitan.
Hasta que estalló la pandemia, la Reina solía permanecer en Buckingham durante la semana y se trasladaba a Windsor el jueves por la tarde, para disfrutar del entorno campestre el fin de semana. Sin embargo, con la crisis sanitaria decidió establecerse allí junto al duque de Edimburgo y una burbuja reducida de personal.
Para la Reina, Windsor es un lugar muy especial. No solo porque ha pasado los últimos días junto al príncipe Felipe, sino porque además fue un sitio muy importante en su infancia.