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Ya es oficial. Los hijos de los duques de Sussex tienen el título de príncipes. Después de que hace unos días una fuente cercana a la pareja confirmara a una revista norteamericana que se había celebrado el bautizo de la ‘princesa Lilibet’, el príncipe Enrique y su esposa, Meghan Markle, han revelado a través de un portavoz que sus dos hijos tienen derecho de nacimiento a llevar el título. Algo que, el Palacio de Buckingham no ha confirmado a través de un comunicado, pero que sí ha dado por hecho, de facto. Este mismo jueves a media mañana, la página web de la familia real actualizaba parte de los detalles relativos a la sucesión e incorporaba el título de príncipe y princesa junto a los nombres de Archie y Lilibet.
Ha sido la primera vez que los hijos de los duques de Sussex, que llevan ya varios años desvinculados de las tareas oficiales de la familia real, han sido reconocidos como príncipes. Un detalle que tiene mucho que ver con el hecho de que sean, en estos momentos, nietos del Rey. No hay que olvidar que cuando ambos nacieron, la Reina Isabel era la jefa del Estado y, por lo tanto, ni Archie ni Lilibet, como bisnietos, tenían derecho a título de príncipes, salvo que la monarca decidiera lo contrario -como pasó con los hijos menores de los entonces duques de Cambridge-. Sin embargo, al convertirse Carlos en el soberano, la situación ha cambiado, y todos sus nietos tienen automáticamente derecho a este título.
Sin embargo, dado que los Sussex no ejercen como representantes de la Corona y, además, están completamente desvinculados de ‘La Firma’, cabía esperar que sus hijos no utilizaran estos títulos. De hecho, el propio Enrique ha dicho en alguna ocasión que quería que su descendencia se criase de una manera lo más normal posible, con todo lo que ello implica. A pesar de esto, en una entrevista con Oprah Winfrey, Meghan Markle insinuó que a Archie no le querían dar el título de príncipe por el ‘posible color de su piel’. Algo completamente inexacto, ya que, en realidad, en ese momento, por nacimiento, no le correspondía.
A pesar de que ahora, tanto Archie como Lilibet llevan el título de príncipe y princesa, no se les ha concedido el tratamiento de Alteza Real, que tampoco puede utilizar ni Enrique, ni tampoco Meghan Markle, porque se encuentran fuera de la estructura de ‘La Firma’. De hecho, al margen de las polémicas, lo cierto es que nunca se planteó que los descendientes de Enrique tuvieran tratamiento de Alteza Real, ya que, de haber sido así, la propia Reina Isabel, cuando se emitió la Carta Patente tras conocerse el primer embarazo de Catalina Middleton, habría extendido los títulos y tratamientos a los futuros descendientes de Enrique, pero no lo hizo.
No obstante, la manera en la que se ha dado a conocer este cambio en la posición de Archie y Lilibet y la precipitación en los acontecimientos hacen pensar en una maniobra por parte de los duques de Sussex para presionar a Buckingham para dar a sus hijos un estatus que, en realidad, nunca van a ejercer o quizás haya sido una manera de buscar una respuesta en el rey Carlos a todas las llamadas de atención de los últimos meses.