El príncipe Carlos solo se casó con Diana de Gales por "obligación y reputación"
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Mientras siguen saliendo a la luz las grabaciones del CNI sobre el rey Juan Carlos y sus amantes -la última, Marta Gayá-, no muy diferentes fueron los matrimonios de conveniencia en otras Casas Reales. En el caso de la británica, se sabe que el Príncipe Carlos se casó con Diana de Gales por obligación, ya que su padre así se lo exigió en una carta afirmando que «su reputación estaba en juego».
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De hecho, el monarca se ‘echó a temblar’ cuando recibió esta carta de su padre, en la que afirmaba que había «impugnado el honor» de su familia, cuando, siendo aún novio de Diana de Gales, tenía dudas de seguir o no la relación con ella. De hecho, pensó que Felipe, su padre, con quien solo se comunicaba por carta, le estaba dando una orden explícita.
Así lo revela ‘Daily Mail’, que además recoge otras declaraciones. Por ejemplo la de Pamela Hicks, amiga de la familia, quien afirma que el príncipe nunca estuvo enamorado y que no estaba preparado psicológicamente cuando interpretó la carta de Felipe como un mensaje «intimidante».
Además, según cuenta Bedell Smith en su último libro, Diana estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado – por lo que se casó con el hombre equivocado. En 1980, la relación de Carlos y Diana, hija de John Spencer, vizconde de Althorp, se había vuelto «clandestina». Sin ninguna propuesta de Carlos, la familia real sintió que su «honor había sido impugnado» y que era una relación «asediada» por la prensa que acampaba frente a su puerta.
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En ese momento, Diana, que solo tenía 19 años y carecía de la confianza que tan fácilmente se había ganado ya Camilla Parker Bowles con Carlos, confesaba a una vecina que se sentía «miserable».
En enero de 1981, Diana tuvo un encuentro de tres días con la familia real en Norfolk, y Bedell Smith cuenta que fue un «tiempo tenso para ella durante toda la jornada». En este momento, Felipe decidió redactar su carta ante las especulaciones que comenzaban a resonar en la prensa sobre el tambaleo de esta relación. «Carlos debería proponerle matrimonio o liberarla. Tiene que tomar una decisión», expresó el padre de Carlos. Ese fue el año en el que contrajeron matrimonio.
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Según Bedell Smith: «No tenían conexiones intelectuales, pocos amigos mutuos, ningún interés en común y ninguna de las experiencias de vida compartida. Aunque Camilla, ‘a priori’, tampoco tenía tantas conexiones con Carlos, provenía de un círculo social alto como él, algo que Diana nunca pudo tener». Por eso, el matrimonio quedaría marcado desde el principio por los celos de Diana sobre Camilla. Un hecho que alimentó sus inseguridades, su bulimia, depresiones, ansiedad y paranoia.
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Como ocurre con los amigos del rey Juan Carlos, en la realeza británica, los amigos también intervinieron. En este caso, el libro cuenta que «uno de los aspectos más tristes de la corta y trágica vida de Diana fue fracaso de los que la rodeaban. Tanto amigos como familiares, intentaron convencerla de que tuviera un diagnóstico adecuado y tratara sus síntomas extremos de inestabilidad mental. Ella estaba atormentada por los sentimientos de vacío y desapego. Temía el abandono, tenía dificultades para mantener las relaciones sociales y solo mantuvo las más cercanas.
De hecho, Diana de Gales alejó a la mayoría de los amigos de Carlos, porque estaba convencida de que estaban conspirando contra ella, según el libro de Bedel Smith. Por estas cuestiones, eran famosos los episodios de Diana llorando en público, y su depresión en Balmoral -la finca real en Escocia-, donde se cortó con fragmentos de vidrio delante del propio príncipe.
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De acuerdo con Bedell Smith, el matrimonio dejó de tener relaciones íntimas en 1984, tras solo tres años juntos, y comenzaron a dormir en habitaciones separadas. A finales de 1986, hacían vidas separadas y Diana comenzó a tener una aventura con su instructor de equitación, el Capitán James Hewitt, de los Guardias de Vida en la Caballería. Según el biógrafo Jonathan Dimbleby, no hay duda de que también tuvo un romance con Barry Mannakee, un oficial de protección real. Otro de sus amantes se decía que fue Will Carling, el ex capitán de rugby de Inglaterra.
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En su famosa entrevista con el programa Panorama de la BBC en noviembre de 1995, Diana admitió haber pasado una noche con Hewitt. Y hablando de Camilla, le dijo al entrevistador Martin Bashir: «Éramos tres en este matrimonio».
Smith escribe que Carlos «había pensado que podría llegar a amar a Diana, al igual que el matrimonio arreglado de su abuela y el rey Jorge VI». Pero seis años después de su matrimonio, le escribió a un amigo: «¿Cómo podría haberlo hecho todo tan mal?». Él ya lloraba en la víspera de su boda con Diana. «Todavía estaba enamorado de Camilla, una mujer vivaz, irreverente, indiferente a la moda y al estilo, modesta y afectuosa».
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De ahí vinieron las inseguridades de Diana. Su insomnio y su anorexia comenzaron a ser protagonistas en su vida. Echaba de menos el almuerzo con sus amigas y sus compras, dos grandes intereses para ella. En aquel momento, comenzó a sufrir episodios de ‘desconcertante desapego’ con el mundo exterior, de obsesiones y rotundos cambios de humor.
La separación de Carlos y Diana fue anunciada en diciembre de 1992 por el primer ministro británico John Major, quien leyó una declaración de la Familia Real al Parlamento británico. En aquellos días, a Diana de Gales le molestaba cualquier cosa que tuviera que ver con su marido. Y Carlos se dio cuenta de que ese ‘falso matrimonio’ se había «roto irremediablemente».