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NUEVA GENERACIÓN

Pauline Ducruet y Alexandra de Hannover: royals enamoradas ¿a un paso del altar?

La hija mayor de Estefanía de Mónaco y la menor de la princesa Carolina pertenecen a la nueva generación de la dinastía Grimaldi que toman el relevo del glamour de antaño y que están al borde de comprometerse.

  • Andrea Mori
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El Principado de Mónaco vive nuevos tiempos y las últimas generaciones piden paso a las que hasta ahora han ocupado el foco central. Al margen del príncipe Alberto, la princesa Charlene y sus dos hijos, lo cierto es que la otra rama de los Grimaldi, con Carolina y Estefanía de Mónaco al frente, han sido los grandes protagonistas de la vida social del pequeño país durante mucho tiempo. Sin embargo, con los hijos mayores de la princesa de Hanover ya casados y con el de Estefanía también, la atención se centra en Alexandra de Hanover, Pauline Ducruet, y Camille Gottlieb.

Son ellas tres quienes tienen todas las papeletas de convertirse en las protagonistas de la próxima gran boda royal en Mónaco, después de que en el verano de 2019 contrajese matrimonio en la catedral Luis Ducruet y Marie Chevallier en el primer gran enlace en el templo desde el de Grace Kelly y Rainiero. Pero, ¿Quiénes ocupan el corazón de las jóvenes?

Alexandra de Hanover y su novio en una imagen de archivo / Gtres

Pauline Ducruet a sus 27 años es quien más cerca está de un compromiso firme. La hija mayor de Estefanía de Mónaco se ha convertido en un cotizado rostro en el mundo de la moda gracias a su firma Alter Designs, que apuesta por diseños sostenibles y que desafíen la barrera entre géneros. En lo que respecta a su vida personal, hace apenas unas semanas se dejó ver en público en actitud cariñosa con su novio, Maxime Giaccardi, con quien mantiene una relación estable de varios años y del que, a tenor de las imágenes que se han publicado, está profundamente enamorada. De hecho, él mismo le dedicaba unas entrañables palabras a la joven con motivo de su cumpleaños: “Felicidades a esta pequeña tormenta, mi mejor amiga y el amor de mi vida”.

Una declaración que hace pensar en la posibilidad de que la pareja pueda estar pensando en dar un paso más en su relación, aunque por ahora no se han pronunciado al respecto. Algo que tampoco es de extrañar dado que Pauline no pertenece de facto al entorno oficial de la familia principesca y todo lo que tenga que ver con su vida es privado -ella no es princesa-.

Pauline y Giaccardi se conocieron antes hace más de cinco años, aunque al principio entre ellos solo había una bonita amistad. Fue en el 2017 cuando la situación cambió y empezaron a dedicarse tiernos mensajes en las redes.

La hija de Estefanía de Mónaco está pletórica con su novio / Gtres

No se sabe mucho de su vida, aunque según su perfil de Linkedin, Giaccardi está enfocado en el sector del lujo. En 2017 fundó su propia empresa llamada Oblivion Lifestyle Management con sede en Mónaco. Esta empresa ofrece multitud de servicios en diferentes partes del mundo, servicios como mayordomos,  guardaespaldas, yates, jets, coches de lujo o entradas exclusivas a eventos.

Además, Maxime Giaccardi es el fundador de Infinity Homes, una agencia inmobiliaria que trabaja en exclusiva con mansiones y pisos de lujo que están fuera del mercado habitual y que se encuentran en Mónaco y la Costa azul. También aparece como representante de la empresa de yates Shoreside Support en Mónaco y copropietario de un restaurante de cocina libanesa.

Frente al caso de Pauline, la princesa Alexandra de Hannover, a sus 21 años, mantiene una sólida relación con el millonario es Ben-Sylvester Strautmann. La pareja empezó su romance hace ya cinco años y el alemán está muy integrado en la familia y a veces ha ido de vacaciones con ellos.

Ben es hijo de una familia de banqueros y conoció a Alexandra en una  carrera solidaria. Fue en 2018 la pareja oficializó su relación yendo junta al Baile de la Rosa y compartiendo veraneo con el resto de los Grimaldi en Saint Tropez. Pese a que es alemán, ha pasado gran parte de su vida en Mónaco, donde sus padres trabajan como banqueros. La pareja es muy discreta con su relación. Comparten su pasión por el deporte, tanto que Alexandra ha practicado durante mucho tiempo el patinaje artístico mientras que Ben ha jugado al baloncesto de manera casi profesional.

Sin visos de que desde Palacio confirmen ningún detalle, solo nos queda hacer apuestas a ver quién de ellas será la próxima en vestirse de blanco.

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