De Reino Unido a Noruega: el ‘annus horribilis’ paralelo de los Windsor y los Glücksburg
Los Windsor han tenido que afrontar varios problemas de salud en el último año
Para la familia real de Noruega, el gran problema han sido las polémicas de su entorno
A pocas semanas de que termine el año toca hacer balance y en el ámbito de la realeza han sido dos las casas reales que han pasado un 2024 especialmente complicado. Estamos hablando de la familia real británica y de la noruega, que tienen en este caso más cosas en común además de los lazos familiares que vinculan a la mayoría de dinastías de Europa -gracias a la inteligente política matrimonial de la reina Victoria-.
La monarquía a cuyo frente está Harald de Noruega y la que encabeza Carlos III han pasado en los últimos meses por episodios bastante dramáticos, hasta el punto de que podríamos hablar hablar en ambos casos del 2024 como un annus horribilis. Una expresión que ya utilizó la Reina Isabel II para describir la serie de catastróficos episodios que afectaron a su entorno en el año 1992.
La princesa Mette-Marit con los reyes de Noruega. (Foto: Gtres).
La salud, la preocupación de los Windsor
Para ‘La Firma’ el 2024 ha estado marcado fundamentalmente por los problemas relacionados con la salud. El propio rey Carlos III y la princesa de Gales han sufrido cáncer, a lo que se suma el melanoma y el cáncer de mama de Sarah Ferguson. Si bien la duquesa de York no es un miembro en activo de la institución, está muy cercana a los Windsor.
Además de la enfermedad del rey y la de la princesa de Gales, la princesa Ana -un pilar indispensable de la Corona-, tuvo un accidente con un caballo y la reina Camila ha tenido que ajustar recientemente su agenda por una infección respiratoria. Pese a todo, parece que, a las puertas de 2025, los Windsor comienzan a ver la luz, al menos en términos de salud.
El rey Carlos III en un acto oficial. (Foto: Gtres).
Una cuestión diferente es la permanente piedra en el zapato que el príncipe Andrés supone para el monarca debido a su insistencia por quedarse en el Royal Lodge, así como a los quebraderos de cabeza derivados de la actitud de los duques de Sussex, que siguen generando titulares de vez en cuando. Con respecto a ellos, al margen de temas oficiales, hay una cuestión que al rey Carlos III le preocupa de manera especial y que tiene que ver con sus nietos Archie y Lilibet Diana. El jefe del Estado disfruta mucho de su papel de abuelo y con ellos no tiene la opción de ejercer como tal. No obstante, este es un tema meramente personal.
El rey Carlos III en el Castillo de Balmoral. (Foto: Gtres).
Los escándalos en torno a los Glücksburg
En el caso de Noruega, la salud del rey Harald y la de la princesa Mette-Marit también han marcado este año. Como si se trazara una línea entre los Windsor y los Glücksburg, ambos jefes de Estado y su nuera han sufrido problemas de salud. Es cierto que la situación de Harald lleva siendo complicada varios años y que Mette-Marit sufre fibrosis pulmonar desde hace tiempo y, aunque la gravedad de la enfermedad de Carlos III y Kate Middleton ha sido mayor y, sobre todo, más llamativa, sí que hay un paralelismo entre las dos casas reales en este sentido.
Marta Luisa de Noruega y el chamán Durek Verret. (Foto: Gtres).
Sin embargo, mientras que la salud ha sido la mayor de las preocupaciones de los Windsor, no así para la familia real de Noruega. A pocos días de una de las citas más importantes de su agenda (la entrega del Premio Nobel de la Paz), Harald y Sonia de Noruega han anunciado que este año no van a estar presentes en la cena de gala, pero sí en la ceremonia principal. Una situación que ha generado cierta alarma, sobre todo porque el monarca ha dicho en más de una ocasión que no piensa abdicar. A pesar de que ha atravesado bastantes contratiempos de salud en los últimos años y de que Haakon está acostumbrado a ejercer como regente, Harald no quiere seguir los pasos de su prima, la reina Margarita de Dinamarca.
Más allá de la salud del jefe del Estado y de la de su nuera -que ha estado recientemente de baja por el tratamiento para la fibrosis pulmonar-, lo que más está pasando factura a la institución son los escándalos. Polémicas, por cierto, que no están protagonizadas por miembros trabajadores de la familia real, pero que sí afectan a la imagen de la Corona.
Marius Borg, con su madre y Haakon de Noruega. (Foto: Gtres).
Estamos hablando de la situación del hijo mayor de Mette-Marit, Marius Borg, y de Marta Luisa y el chamán. La pareja se casó el pasado verano y tiene varios frentes abiertos que repercuten en su entorno. Supuestas deudas con proveedores, acusaciones de abuso sexual hacia el chamán e incluso reconocimiento por parte de Durek Verrett de un comportamiento poco apropiado con algunos clientes. A pesar de esto, el rey Harald mantiene el título de princesa para su hija, aunque no haga uso de él y a pesar de que hay muchos sectores que reclaman que sea del todo apartada.
Pese a que todo lo que ocurre con Marta Luisa ha pasado factura a la reputación de la monarquía, el escándalo del hijo de Mette-Marit es lo más preocupante. Día tras día se publican noticas sobre la situación de Marius, que acaba de pasar una semana en prisión por dos presuntas violaciones. La casa real ha intentado mantenerse al margen y actuar de una manera prudente pero la princesa no deja de ser la madre del joven, al que Haakon conoce desde niño. Incluso canceló un compromiso para viajar a Londres con él, lo cual ha sido muy criticado.
El horizonte de Marius se presenta complicado, pero, sobre todo, surgen muchas dudas sobre qué hará la familia real según avance la investigación y se tomen nuevas medidas. No se puede perder de vista que, más allá de ser el hijo de la princesa consorte, Marius es, sobre todo, el hermano de la futura reina, en quien están puestas muchas de las esperanzas de la monarquía.