La malograda imagen de la Corona noruega: del caso Borg a los escándalos de Marta Luisa
El caso del hijo mayor de Mette-Marit de Noruega ha afectado a la imagen de la institución
La familia real ha protagonizado varias polémicas en los últimos años
Marius Borg tendrá que rendir cuentas ante los tribunales a principios del próximo año. El fiscal noruego ha confirmado ya los 32 delitos que se imputan al hijo mayor de la princesa Mette-Marit de Noruega, entre los que se encuentran cuatro presuntas violaciones. Cargos de gravedad que el joven no reconoce, aunque según su defensa, planea declararse culpable de los cargos menores: «Él no está de acuerdo con las acusaciones sobre violación y violencia doméstica», ha dicho su abogado tras la rueda de prensa en la que el fiscal ha recalcado que Borg será tratado como cualquier otro ciudadano noruego, sin ningún tipo de privilegio.
Los cargos contra el hijo mayor de la princesa Mette-Marit se han conocido justo la víspera del cumpleaños de la esposa del príncipe Haakon, que se encuentra en uno de sus momentos más delicados, no solamente por la situación del joven y por cómo todo esto está afectando a la imagen de la Corona, sino también por su estado de salud, ya que padece una fibrosis pulmonar desde hace años que hace que tenga que estar de baja de manera recurrente.
Aunque Mette-Marit no se ha dejado ver en público ni tampoco ha hablado, sí que lo ha hecho la casa real, desde donde han asegurado que corresponde a los tribunales decidir sobre el caso. Además, el príncipe Haakon, que conoce a Marius desde que era un niño y le ha criado prácticamente como si fuera su hijo, ha expresado su preocupación por la situación. «Todas las personas involucradas en este caso piensan que es desafiante y difícil. Ahora se ha aclarado cuál es la acusación y esto debe seguir en los tribunales, que decidirán cómo termina», ha dicho durante un acto oficial, sin entrar en más detalles.
La dañada reputación de la monarquía
Aunque Marius Borg no es miembro de la familia real, su cercanía con la institución hace inevitable que este caso tenga repercusión sobre la imagen de la Corona. Sin embargo, este caso no es la única mancha en el expediente de la familia real, cuya reputación está en la cuerda floja desde hace tiempo por cuestiones que tienen que ver con sus miembros directos.
El apoyo constante de Mette-Marit y Haakon a Marius Borg es comprensible desde el punto de vista privado, pero no tanto que el joven usara a su antojo su pasaporte diplomático -ni siquiera que lo tuviera siendo ya mayor de edad- o que la casa familiar haya sido escenario de algunos de los sucesos que se investigan.
Pero, más allá de esto, hay otras dos figuras que también se han visto salpicadas por la polémica en los últimos años y esto ha afectado gravemente a la imagen de la monarquía. Estamos hablando de la princesa Marta Luisa y del propio rey Harald.
La hermana del príncipe heredero -que, por cierto, tuvo la posibilidad de ser ella la que sucediera a su padre cuando se cambió la norma sobre la sucesión-, es el verso suelto de la familia real. Primero con su boda con Ari Behn, por la que tuvo que renunciar al tratamiento de alteza real y se mantuvo al margen de la mayoría las tareas de representación, y después con la relación con el chamán Durek Verrett. De hecho, el romance con el chamán estuvo en el punto de mira desde el primer momento y fue foco de polémicas de manera continuada, sobre todo, por las creencias y afirmaciones de Durek Verrett, muy cuestionadas.
La princesa tuvo que hacer una distinción clara entre su faceta privada y la oficial. En 2019 renunció a representar oficialmente a la casa real noruega tras una conversación con el rey Harald. En 2022 se anunció que dejaría de utilizar su título de princesa en sus actividades comerciales, especialmente en las que tuvieran que ver con el chamán.
Aunque Marta Luisa y Marius Borg son los que más titulares han acaparado, también el rey Harald ha sido protagonista de algunas polémicas. El monarca se aferra al trono a pesar de su delicada salud y de que ha estado de baja varias veces en los últimos años, lo que ha hecho que su hijo tenga que ejercer de regente de manera recurrente.
Una de las veces fue cuando el rey se marchó de vacaciones a Malasia y tuvo que fletarse un avión medicalizado porque contrajo una infección. Los hechos ocurrieron a principios del pasado año, cuando el monarca tuvo que ser hospitalizado de urgencia. Un pequeño problema de salud acabó convertido en una polémica por cómo tuvo que gestionarse su vuelta, ya que era de sobra conocido que su salud estaba deteriorada desde hace tiempo y no resultaba muy apropiado hacer un viaje de estas características en su estado.