Lluvia de diamantes y un look simbólico en la primera gran cita postcovid de Máxima de Holanda
Los reyes Máxima y Guillermo de Holanda han retomado su actividad internacional después de la pandemia con una visita de Estado de dos días a Alemania en la que la argentina ha hecho todo un despliegue de estilo.
Máxima y Guillermo están en Alemania. Los Reyes llegaban esta mañana a Berlín en la que está siendo su primera gran visita de Estado desde que estallara la pandemia del coronavirus. Aunque fueron don Felipe y doña Letizia los primeros royals en retomar su agenda internacional con un viaje de estas características a Andorra, poco a poco la normalidad va regresando al resto de casas reales, sobre todo a medida que avanza el proceso de vacunación y se vislumbra en el horizonte un regreso a la antigua normalidad.
Para su llegada a Alemania, la argentina ha estrenado un favorecedor diseño de una de sus firmas de cabecera, Natan. Un vestido de largo midi y asimétrico, sin mangas y escote cerrado que esconde un bonito mensaje. Y es que la tela está pintada por Pablo Piatti y representa líneas de diversos colores y algunos insectos. Piatti es un argentino que tuvo que dejar su tierra a los veinte años para emprender una carrera incierta en Europa y trabaja desde hace tiempo con Edouard Vermeulen, director creativo de la firma. La Reina lo ha combinado con zapatos de salón de Gianvito Rossi en verde lima, cartera a tono y guantes blancos. Lo más llamativo del look ha sido el tocado estilo casquete, en el mismo tejido que el diseño, que ha sido pintado a mano.
Después de este triunfal estreno en Alemania, Máxima ha preferido reciclar estilismo en su último acto de la jornada. Poco después de las 19:00 horas se ha celebrado una cena de Estado en el Castillo de Bellevue. Para esta cita, la Reina ha recuperado un diseño de Jan Taminiau de su fondo de armario. Se trata de un vestido en color lavanda con escote asimétrico y flores en relieve que emergen de ramas doradas que sobresalen de la tela. Un diseño con un cuidado trabajo de bordado cuyos patrones se encuentran inspirados en el papel pintado del salón japonés de Huis Ten Bosch y simbolizan a través del bambú la sabiduría, la vitalidad y la capacidad de adaptación. Sin duda, un modelo muy adecuado ante la incertidumbre de los últimos tiempos. La Reina estrenó el diseño durante las celebraciones del cumpleaños del Rey en el año 2017 y lo lució un año después en el cincuenta cumpleaños del príncipe Federico de Dinamarca.
Como joyas, Máxima ha apostado por algunas de las piezas más importantes en su haber. A fin de cuentas, es la primera vez en muchos meses que la vemos lucir tiara. La argentina se ha coronado con la versión simple de la Tiara Stuart. Esta tiara es una de las más significativas de la familia Orange y suele estar coronada con un impactante diamante de casi cuarenta quilates del que esta vez ha prescindido. La joya tiene su origen en 1690 y fue un regalo del rey Guillermo III a su esposa, María Estuardo.
Además de la tiara, la argentina ha lucido unos impresionantes pendientes de brillantes que forman parte del aderezo de la misma, así como un collar de chatones, que en alguna otra ocasión ha llevado a modo de tiara y que durante un tiempo fue una de sus piezas preferidas.