El impacto de la princesa Leonor en la imagen internacional del Juan Sebastián Elcano

Cuando el hoy Rey Felipe VI embarcó en el buque escuela Juan Sebastián Elcano en el año 1987, el interés por la historia de la nave y sus características aumentó de manera considerable. Elcano no era un desconocido en el mundo, ni mucho menos, pero la presencia del entonces heredero a bordo hizo que en cada una de las paradas de la travesía se prestara más atención al barco.

Sin embargo, en aquel momento había que esperar a los periódicos o a los programas de televisión para poder conocer cómo estaba siendo la travesía de don Felipe. La información no era inmediata y tardaba mucho más en llegar de una parte del planeta a otra.

La situación de la princesa de Asturias es muy diferente. Desde el momento en el que Leonor subió a bordo hemos podido tener detalles de su día a día, ya sea por medios oficiales o por cuentas en redes sociales que consiguen obtener información de fuentes directas. La inmediatez que caracteriza a la época actual puede ser negativa para algunas cosas, pero muy positiva para otras, como para dar visibilidad a esta nave casi centenaria.

En cada una de las paradas que hasta ahora ha hecho el crucero han trascendido imágenes de la princesa Leonor en su tiempo libre. Por ejemplo, en la fiesta previa a los carnavales a la que asistió con algunos amigos o en la visita a la playa en Montevideo, donde la vimos por primera vez en bikini. En este caso hubo que esperar a que las revistas publicaran las imágenes, aunque si el autor o alguien más que estaba allí hubiera querido, las fotografías habrían estado en las redes de manera casi inmediata.

La travesía de Leonor a bordo del buque está generando mucho interés en todo el mundo. Según los datos que se tienen, las solicitudes para visitar la nave en las jornadas de puertas abiertas han ido in crescendo. De hecho, gracias a la Armada se ha podido ver a la princesa ejerciendo como guía de un grupo de curiosos que querían conocer de cerca el Juan Sebastián Elcano pero, sobre todo, ver a la princesa.

Una embajada itinerante

Es innegable la importancia que tiene el  buque escuela para la Armada y para España, ya que es una embajada flotante. Sin embargo, no cabe duda de que el interés por la nave se ha multiplicado gracias a Leonor. Elcano ya era un buque insignia de nuestro país, pero debido a que la heredera está a bordo en estos momentos la atención sobre él ha crecido.

En realidad, la situación se parece a lo que pasó cuando Felipe VI hizo su crucero, pero con la importante diferencia de que en su caso la información era menos inmediata.

Ahora todo el mundo puede saber cómo funciona el buque o la estructura que tiene con hacer una simple búsqueda en la red. La información llega de manera inmediata y a través de varias fuentes, sin tener que esperar a un periódico o a la televisión.

Es fácil conocer prácticamente todo sobre el Juan Sebastián Elcano: su eslora, su manga, la distribución de las cubiertas, quién es el comandante, los miembros de la tripulación… incluso las actividades que tienen que realizar los guardiamarinas durante su formación. Las comunicaciones han mejorado con respecto a la etapa del Rey Felipe, de hecho, se pueden dar clases online, pero hay algunas zonas en las que no hay cobertura y no se puede mantener contacto más allá de los sistemas básicos que llevan los barcos para situaciones de emergencia.

A esto hay que añadir que, debido a la presencia de la princesa, los medios locales de cada una de las escalas también se hacen eco de la llegada del buque escuela y ofrecen información detallada de las actividades de los guardiamarinas y de las opciones para visitar la nave. En definitiva, el paso de Leonor por el Juan Sebastián Elcano ha motivado que el barco sea aún más conocido en todo el mundo.