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La Familia Real noruega arranca una segunda jornada de lo más especial. El pasado jueves la princesa Ingrid Alexandra celebraba sus dieciocho años en un evento que estuvo marcado por el glamour. Cita en la que estuvo acompañada por sus padres, Haakon y Mette-Marit, sus dos hermanos, Sverre Magnus y Marius Borg y, por supuesto, sus abuelos, los Reyes, Harald y Sonia de Noruega, entre otros. El Gobierno del país ofreció como regalo una cena que tuvo lugar en la nueva biblioteca Deichman Bjørvika de Oslo y este viernes los festejos han continuado en una gran fiesta ofrecida por los Reyes a su nieta. Esta vez, el enclave escogido para la especial velada ha sido el Palacio Real, escenario al que se han desplazado para vivir uno de los momentos más importantes de la historia de la Casa Real noruega.
Para la gran ocasión, Ingrid Alexandra se ha enfundado en un vestido largo, tal y como dictamina el dress code en color berenjena de estilo fluido y tirante fino. Un diseño realizado en capas a diferentes alturas para aportar así más volumen al estilismo. Se trata de una creación de Alberta Ferretti que ya estrenó su madre el 11 de mayo de 2005 durante una recepción en el Ayuntamiento de Oslo con motivo de la visita de Estado a Noruega del emperador Akihito y la emperatriz Michiko de Japón.
Ha combinado este look de gala con unos stilettos plateados con detalles de abalorios, pero lo que más ha llamado la atención, y no es para menos, es la tiara por la que se ha decantado, ya que es su debut luciendo este accesorio tan especial entre las royals. Ha escogido la misma con la que ha posado en las fotos oficiales difundidas hace unas horas por la Casa Real noruega.
Es la llamada Tiara Boucheron, realizada por una afamada joyería francesa. Se trata de una pieza con diseño en círculos de diamantes engastados en platino con perlas y que, que originalmente perteneció a la princesa Ingeborg, abuela materna del rey Harald. Se la regaló su esposo, el príncipe Carlos de Suecia, y después heredaron la joya sus hijas: la princesa heredera Marta, madre del actual soberano noruego. Una pieza que, sin duda contiene una gran carga sentimental para la familia.
En esta cita, también ha lucido por primera vez una tiara Amalia de Holanda, la misma que llevó su madre Máxima en su boda, la Tiara de las estrellas. Sin embargo, la pequeña Estelle de Suecia, segunda en la línea de sucesión al trono sueco, no ha podido lucir todavía este importante accesorio.
Al igual que ocurrió en la confirmación de Ingrid de Noruega, el Rey Felipe ha acudido en solitario como máximo representante de la Familia Real española. De esta manera, se ha podido notar la gran ausencia de la Reina Letizia y de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Es necesario recordar que, don Felipe es padrino de la Princesa y hace unos días se dejó ver en actitud cómplice con los padres de la heredera, los príncipes Haakon y Mette-Marit, con quienes coincidió en la final de Roland Garros. Por otro lado, ha sido en este escenario royal en el que el hijo de don Juan Carlos ha coincidido con Pablo y Marie-Chantal, con Olimpia, Constantino y Arístides, sus tres hijos mayores, entre otros.