La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin: al filo de las bodas de plata con la libertad en el horizonte
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La incoherencia de la infanta Cristina
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin viven uno de sus momentos más felices. Han pasado casi 25 años desde que la pareja -que entonces recibía el título de duques de Palma-, contrajera matrimonio en Barcelona. Aquel 4 de octubre de 1997, ante la presencia de más de 1500 invitados de todo el mundo, entre los que se encontraban representantes de más de 40 casas reales y autoridades, la Infanta Cristina ponía el broche de oro a su historia de amor con el deportista. Nada hacía pensar en lo que habrían de pasar años después, ni mucho menos en las consecuencias que su actitud tendría para la imagen de la Corona.
Mucho ha llovido desde entonces, pero lo que es incuestionable es que la pareja se ha mantenido unida pese a las circunstancias adversas. Ni siquiera el caso Nóos, ni la delicada situación con la monarquía han hecho mella -aparentemente- en el matrimonio.
Por primera vez en los últimos años, ahora tienen la oportunidad de celebrar juntos este día tan especial. A pesar de que no se trata de una cifra redonda -cumplen 24 años de casados-, las circunstancias de este año son excepcionales. Es la primera vez desde que el exdeportista entrase en prisión antes del verano de 2018 que el matrimonio tiene la oportunidad de pasar el día de su aniversario junta y en libertad.
Sin embargo, podría ocurrir que no todo sea tan idílico como parece. Y es que la fecha en la que la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin celebran este año su aniversario coincide con el inicio de la semana. Por este motivo, cabe esperar que mientras que la hija de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía continúe cumpliendo con sus compromisos laborales en Ginebra, donde reside junto a su hija menor, Irene, Urdangarin haga lo propio en Vitoria, donde trabaja como consultor en un despacho de abogados local. No obstante, siempre cabe la opción que disfruten de unos días juntos durante el fin de semana, de la misma manera que lo hicieron en vacaciones.
Un nuevo escenario
A principios de este año, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León estimó el recurso de Iñaki Urdangarin y le concedió el tercer grado penitenciario. Un nuevo régimen que le permite trabajar fuera del centro penitenciario -al que debe regresar a dormir- y disfrutar de todos los fines de semana libres. Pocas semanas después, se conocía que el marido de la Infanta Cristina dejaba el CIS de Alcalá de Henares para instalarse en la prisión alavesa de Zaballa, en uno de los módulos de la sección abierta. Un centro que se encuentra no muy lejos de la casa de su madre, Claire Liebaert.
Fue en junio cuando se confirmó que el marido de la Infanta Cristina dejaba de ir a dormir a prisión, después de que Instituciones Penitenciarias diera luz verde a la propuesta de la cárcel de Zaballa de avanzar en la semilibertad y aplicarle el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario. Esto le ha permitido cumplir el resto de la pena en su domicilio sin necesidad de portar una pulsera de control telemático y solo sometido a controles semanales presenciales y telefónicos.
Quedan apenas 9 meses para que el cuñado del Rey Felipe pueda solicitar al juez la libertad condicional anticipada, según el artículo 90.2 del Código Penal. Además, el 1 de mayo habrá cumplido ya dos terceras partes de su pena, hecho que se producirá el 1 de mayo de 2022, fecha para la que se prevé su excarcelación como límite.