Felipe Juan Froilán de todos los Santos: la elección final del enfant terrible entre sus ‘dos padres’
Froilán se ha posicionoado a favor de las memorias de su abuelo, don Juan Carlos I
Juan Carlos le ha lanzado un dardo a Jaime de Marichalar
Felipe de Marichalar está pasando una temporada en España, primero disfrutando de unos días en Galicia y después en la capital, pernoctando en la casa de su madre, la infanta Elena. Casualidad o causalidad, lo ha hecho coincidiendo con la resaca de la publicación de las memorias de su abuelo, Juan Carlos I, el mismo hombre que se ha erigido como la figura paterna que su nieto nunca tuvo. No sólo eso, esta semana el divorcio encubierto de sus padres ha cumplido la mayoría de edad… Una dualidad contextual que ha hecho reflotar dos fuegos en el presente del enfant terrible de la Familia del Rey Felipe VI, un joven que ahora parece ser todo un ángel, según asegura su abuelo, entendido como nuevo rival de su padre biológico y el gran mentor de su nueva buena vida en Abu Dabi… Una dualidad frente a la que Felipe ya ha elegido.
Froilán en España encuentro con Juan Carlos y pasada por Madrid
El último periplo de Felipe de Marichalar en España puede haber pasado como cualquier otro de los que ya ha protagonizado desde que se marchara a Madrid, pero, si sacamos la lupa, nada más lejos de la realidad. El hijo mayor de la infanta Elena se dejaba ver el pasado 10 de noviembre en un aeropuerto gallego confirmando la mayor.

Froilán por las calles de Madrid. (Foto: Gtres)
Se había reencontrado con su abuelo aprovechando las últimas regatas del Rey emérito, en plena promoción de su libro recién estrenado en las librerías francesas. Así lo confirmaba el propio Froilán al programa de Telecinco El tiempo justo cuando el aguerrido reportero Álex Álvarez le preguntaba directamente si se había visto cara a cara con don Juan Carlos: «Me estás viendo aquí, ¿no?», sentenciaba. Cinco palabras con las que el hermano mayor de Victoria Federica lo dejaba claro en una rotunda traducción emocional: estoy a su lado. Era una fecha importante para el padre del rey de España y su nieto no quiso faltar a su lado, mientras su madre, la infanta, Elena acudía a un campeonato ecuestre con homenaje a Astolfi incluido.
Froilán y su abuelo, la biografía bomba y un silencio rotundo sobre Marichalar




Jaime de Marichalar en Madrid. (Foto: Gtres)
Durante su encuentro con el periodista, el joven guardó su opinión sobre las partes más duras de las memorias y algunos capítulos que le tocaban de lleno, pero sí confirmó las palabras de Juan Carlos I sobre la ayuda que habría recibido por parte de su abuelo para cambiar de vida: «Nos ayudamos mutuamente, como cualquier familiar. Eso pasa en todas las familias», decía olvidando (o no) que su progenitor también lo es.
Esta opinión de Felipe corroboraba así lo que ha dejado escrito en negro sobre blanco el Rey Emérito sobre su díscolo pasado, ahora suavizado en Abu Dabi: Froilán también siente que se ha redimido gracias a su ayuda y corrobora con sus palabras que, en el pasado, no gozó de la protección y la guía de la figura presente que dice su abuelo, fue el gran ausente en su vida. ¿En qué lugar deja pues a Jaime de Marichalar la visible actitud de Felipe de Marichalar?
El dardo de Juan Carlos a Marichalar, sin pronunciar su nombre




El Rey Juan Carlos I en Galicia. (Foto: Gtres)
Juan Carlos I ha sido conciso, directo y duramente escueto con el que fue en su día su yerno favorito y con quien aún sigue siendo el padre de su nieto cuidador. Casi sin presencia en la totalidad de las casi 450 páginas de la obra literaria que le ha puesto nuevamente en el disparadero, la única dedicatoria a la figura del esposo de su primogénita durante 15 años ha sido suficiente para perturbar y enfadar a don Jaime, como todavía le llaman en su círculo personal. Sin decir ni su nombre, el padre del Rey Felipe VI señalaba a Marichalar como el causante de la necesidad de su nieto de entregarse a la vida fácil: «el divorcio de sus padres y cierta falta de autoridad parental lo llevaron a una vida desordenada». Un desorden que ha dejado claro ya está ordenado gracias a él.
Un aniversario que reflota la tensión: La última foto padre e hijo
El doloroso dardo de Juan Carlos I al padre de su nieto redimido, con Froilán pisando suelo español, ha tenido además otro contexto histórico a tener en cuenta. La pasada semana, el divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, encubierto con el seudónimo de «cese temporal de la convivencia conyugal» cumplía la mayoría de edad. Dieciocho años que, periodísticamente convertían al padre de Froilán en el hombre más buscado. Con Froilán en la capital hasta el miércoles (último día en el que fue visto en Madrid instalado en la casa de su madre cerca del barrio del Retiro), y con tiempo para tomar cañas con amigos y salir a comer casi a diario, no ha habido ni un encuentro con su padre. De nuevo, la fotografía o la información de un encuentro entre padre e hijo ha brillado por su ausencia avivando así las tensiones entre ambos que ya vienen del pasado y que, ahora, con un presunto señalamiento directo por parte de Juan Carlos a Marichalar, son más evidentes.




Jaime de Marichalar con sus dos hijos. (Foto: Gtres)
La última fotografía frente a los medios en la que aparecen padre e hijo es de hace casi 10 años. Concretamente de marzo de 2016, cuando Jaime y sus hijos Felipe y Victoria acudían a un festival taurino en Illescas. Desde entonces hasta hoy, nada. Una década en la que Froilán fue protagonista de diversos momentos de tensión en la noche madrileña y marbellí, titulares sobre hábitos peligrosos y un exilio a Abu Dabi que ahora pone en relieve su ‘nueva figura paterna y ahora rival de Marichalar: Juan Carlos I, abuelo de Froilán.
¿A quién ha elegido Froilán? La postura clara del hijo de la infanta Elena
Así las cosas, y sin necesidad de confirmaciones vía comunicado, la elección de Felipe de Marichalar es clara y meridiana. El apoyo del joven a su abuelo, junto al silencio y distancia con su padre, muestra que el hijo de la infanta Elena se ha volcado con la figura paternal presente de Juan Carlos I. Una actitud que no sólo confirma la ausencia del pasado de la autoridad de su padre, Jaime de Marichalar, en su vida azarosa y caótica, sino que ofrece un aplauso silencioso al influjo del emérito en su nuevo y renovado presente, más organizado al menos frente a la opinión pública. El joven se convierte así, con la actitud a cara vista, en el otro lanzador del dardo más doloroso que ha recibido su progenitor en los últimos años.