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La situación en Japón respecto a la sucesión es cuanto menos dramática. El actual emperador Naruhito no tiene hijos, solo una hija, la princesa Aiko que, tal como marca la ley en estos momentos, no puede acceder al trono. Ante esta situación, es el hermano del emperador, el príncipe Fumihito y el hijo de este, Hisahito, los siguientes en la línea de sucesión. Sin embargo, a nadie se le escapa que la situación es preocupante, ya que el número de varones que puedan acceder al trono es muy limitada. De hecho, en caso de que Hisahito no tuviera hijos, los derechos pasarían directamente al príncipe Masahito, hermano del anterior emperador Akihito y tío del actual.
Sin embargo, el gran problema es que Masahito, a sus 85 años, tampoco tiene hijos. Es por esto que un grupo de expertos en colaboración con el Gobierno está barajando la posibilidad de que los miembros de la familia imperial puedan adoptar hijos varones para ampliar la línea de sucesión. No obstante, no se trataría de una adopción cualquiera, sino que tendrían que ser hijos nacidos en alguna de las once ramas colaterales de la familia imperial, que desde hace años están vetadas del trono del Crisantemo por ley. Estas familias aristocráticas cuentan todas con un antepasado común con la familia imperial: el primer emperador de Japón, Jimmu. Curiosamente, además, según la tradición, a través de la rama masculina se transmite el cromosoma Y de Jimmu y, por este motivo, las princesas pierden su estatus al casarse con un plebeyo, algo que, al parecer, es otra de las cuestiones que están planteando evaluar.
Lo que por ahora no se plantea es la posibilidad de otorgar derechos sucesorios a las mujeres. Una realidad que levanta ampollas en todo el país, ya que lo consideran una actitud fuera de tiempo. Aún así, hay sectores que consideran que hay que mantenerse fiel a la tradición y no alterar las normas que rigen la sucesión en lo que respecta a las mujeres.
Por ahora no hay confirmación oficial desde la Casa Imperial, aunque varios medios apuntan a que el príncipe Masahito ya habría empezado a estudiar la idea de cara a poder adoptar un hijo con su mujer, la princesa Hanako. De ser así, la línea se ampliaría de manera puntual un escalón, sin dejar de lado la posibilidad de que, llegado el momento, los actuales y legítimos herederos, tengan descendencia, sobre todo pensando en Hisahito, que apenas tiene quince años todavía.
No es esta la única medida que estaría valorando el Ejecutivo. Según fuentes de la agencia de noticias Kyodo News, también se plantea la posibilidad de que las princesas que se casan con hombres plebeyos no pierdan su estatus como ocurre hasta ahora. Este cambio permitiría que los descendientes varones de la hija del emperador Naruhito, la princesa Aiko, como los de sus sobrinas, formen parte de la la línea de sucesión al trono independientemente de que ellas se casen con plebeyos. Una modificación que resulta necesaria sobre todo para garantizar un número suficiente de royals que apoye al próximo emperador.