Estar, ser, compartir: en esto consistía ser reina
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Son muchas las imágenes que tenemos de los Reyes en las zonas afectadas por esta tragedia inconmensurable que ha sido la DANA. Permanecerán para los anales de la historia con todo lujo de detalles los gestos, las palabras y también, por qué no decirlo, todos esos pensamientos que se quedan en algo inescrutable y que no se convierten en expresiones de lo que uno en verdad quiere, de verdad, decir. Si algo hemos aprendido estos días es a tratar de interpretar qué piensan los Reyes. Jamás lo sabremos.
Es de un diálogo de la serie The Crown, pero es muy real: Cuando la madre de la Reina Isabel II le dice a esta que su principal trabajo es «no decir nada». Fácil no ha de ser, desde luego. De hecho ha tenido que ser tremendamente difícil estar como ellos en los lugares, en esas «zonas cero» y no romperse. O romperse, pero lo justo. No opinar, no dar una voz o un golpe en la mesa ante lo que consideras injusto. Los ciudadanos podemos hacerlo. Ellos, no. O no deben, en cualquier caso. Por esta razón, creo que Letizia ha conseguido ganarse incluso a aquellos que no se la creían. Si antes era reina por matrimonio, ahora se lo ha ganado por derecho: por su actitud, estar, ser, compartir, compadecer.
La Reina, por si no lo sabíamos, ha sabido demostrar estos días qué significan todos estos verbos que le dijo a Carlos Alsina en directo. No lo supongo, de hecho estoy convencida de que le ha salido del alma como le saldría a cualquier persona con un mínimo de empatía, esa que parece que a esta gran pareja real le sobra y tanto le falta a otras personas que representan altas instituciones del Estado. ¿Quién puede olvidar las palabras de la Reina consolando hace unos días a una víctima desesperada diciéndole: «Si es que tienes toda la razón del mundo»?
Letizia siempre ha sido una reina, pero quizás nunca había tenido la oportunidad de demostrarlo, porque hay demasiados encorsetamientos en una inexistente corte que, por lo que se ve, todavía tiene mucho «poder», aunque cada vez es más menguante. Pero ha demostrado lo que muchos intuíamos y casi todos queríamos: que es una persona con los pies en la tierra que sabe qué es ser, vivir y estar.
Estar, ser y compartir, le dijo a Carlos Alsina cuando este le acercó el micrófono en pleno directo. Le sale del alma, no necesita fingir como nadie tendríamos esa necesidad ante cualquier desconocido que se derrumba ante nosotros con una gran tragedia. ¿Quién puede soportar de forma estoica sin mostrar una sola mueca de dolor que alguien le cuente, que lo ha perdido todo, incluido, quizás un hijo, un padre…? Quizás haya tenido que estar horas aprendiendo a llevar una tiara, pero a doña Letizia nadie le ha tenido que enseñar nunca nadie a sentir empatía y compasión.
Estar, ser y compartir. Son las palabras que nuestra Reina ha dicho sin guion en medio del ruido, la tragedia y la tristeza. Y le han salido del alma entre todo el barro y lodo que rodea a esta tragedia.