Doble portazo a un posible regreso del príncipe Harry a sus deberes reales

El príncipe Enrique continúa en el punto de mira de todos los británicos. Y no es para menos. Desde que la Casa Real anunciara que el Rey Carlos III padece cáncer, son muchos los habitantes del Reino Unido quienes han pensado en una posible reconciliación entre padre e hijo, e incluso en el regreso del hijo menor del monarca del Reino Unido y de su primera esposa, la princesa Diana, a sus deberes reales. Enrique, cabe recordar, renunció a sus privilegios y obligaciones reales en enero de 2020 de acuerdo a su deseo de ser, junto a su esposa, Meghan Markle, «económicamente autónomos» y vivir parte del año en Norteamérica.

Esto último, sea como fuere, viene a raíz de unas declaraciones que el propio príncipe Enrique habría hecho a su círculo más cercano, en las que aseguraría que no le importaría volver a sus funciones como miembro de la familia real británica y príncipe del Reino Unido desde su nacimiento para echar una mano a la Institución mientras su padre está en tratamiento y la princesa de Gales, Catalina Middleton, se recupera de la cirugía abdominal a la que fue sometida hace varias semanas.

Pero las probabilidades de que eso ocurra son, según The Daily Mail, cero. «Hay cero por ciento de posibilidades de que el duque intervenga ayudando a la monarquía», señala la publicación ¿Por qué? Se entiende que, pese a los contratiempos de las últimas semanas, los términos de la cumbre de Sandringham, en la que el duque de Sussex negoció ante su padre, el entonces príncipe de Gales, Carlos; su hermano, el príncipe Guillermo, y su abuela, la Reina Isabel II, su salida de la Familia Real británica; siguen vigentes, lo que descarta cualquier posibilidad de «estar a tiempo partido» en la monarquía.

Asimismo, a esto cabría sumar que, de acuerdo con el citado medio, el marido de Meghan Markle y su padre no discutieron ningún tipo de acuerdo al respecto de este asunto durante el encuentro de poco más de treinta minutos que mantuvieron el pasado día 6 de febrero. Menos de 24 horas después de que el Palacio de Buckingham emitiera un comunicado en el que confirmaba que el rey Carlos III había sido diagnosticado con un tipo de cáncer, su hijo menor se desplazaba hasta Londres para acompañar a su progenitor. «Esos términos estaban bastante claros y la enfermedad del Rey no los ha alterado», explican.

A ambas congeturas, se sumaría, además, la intención del príncipe Enrique de solicitar la nacionalidad estadounidense: «Se me ha pasado por la cabeza», dijo hace varios días. Y es que según el Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos, dicha solicitud podría exigirle renunciar a su título real. «Todo solicitante que posea un título hereditario o una posición de nobleza en un Estado extranjero deberá renunciar a dicho título o posición (…). El solicitante deberá renunciar expresamente al título en una ceremonia pública y USCIS deberá dejar constancia de la renuncia como parte del procedimiento», declaran los documentos del departamento.

El cambio de nacionalidad supondría que el príncipe Enrique dejara de ser el quinto en la línea de sucesión al trono, lo que provocaría una cisma sin precedentes en Gran Bretaña. La única excepción para el duque de Sussex, es este sentido, es que el Servicio del país de América del Norte le concediera la ciudadanía honoraria por una Ley del Congreso o por una proclamación emitida por el Presidente de los Estados Unidos, en virtud de la autorización concedida por el Congreso.